jueves, 1 de diciembre de 2011

Saldando una vieja deuda con la amistad. Cometas en el cielo, Khaled Hosseini


Salamandra, 2010

           ¿Cómo se hace frente a las diferencias étnicas?, ¿cómo sobrevive la amistad de dos niños que se criaron juntos, cuando la iniquidad de la guerra los separa definitivamente?, ¿cuánto tiempo perdura el remordimiento de no haber estado a la altura de lo que la amistad exigía?, ¿cómo acallar la voz interior que reclama justicia?
            Estas son algunas de las reflexiones a las que conduce la historia de Hassan y Amir, relatada por éste ultimo. Amigos desde la infancia y compañeros de aventuras, pertenecientes a distintas clases de la sociedad de Afganistán –lugar en donde se inicia la trama-, la cobardía de Amir ante la agresión del amigo genera un remordimiento que deviene en una brecha vincular, a la cual la posterior invasión rusa torna geográfica y el ulterior ascenso de los talibanes transforma en angustiosa.
            Por otra parte, la vida en el exilio americano, el desarraigo y la adaptación a una nueva realidad sin perder el contacto con las raíces, el descubrimiento del amor y los beneficios que otorga el disponer de plena libertad en el extranjero, son el costo de una entrega que se materializa cuando ese pasado brillante y memorable vuelve sobre Amir para exigirle una participación personal y absoluta en aras de saldar una vieja deuda de amigos. Una deuda que se lleva en el alma.
            En estilo coloquial y ameno, el autor no sólo se encarga de narrarnos el suceder de sus protagonistas, sino que también utiliza el relato para mostrarnos una realidad social basada en la estratificación y en la discriminación étnica –en este caso, entre pastunes y hazaras; pudiéndose trasladar a otros entornos-; la vida en esos pueblos otrora felices, hoy devastados por los gobiernos de turno, donde el fundamentalismo religioso y la intolerancia han hecho estragos y en los que los índices de supervivencia resultan escasos.
            Empero, la obra es también un canto a la amistad. Un sentimiento que traspone la muerte física y encarna en sus descendientes, aun a pesar del paso del tiempo y los recelos propios de una larga ausencia. Es una epopeya al rescate de la herencia, de una identidad más allá de la desesperanza y la desolación; una forma de mantener en la conciencia colectiva, en la memoria, todo aquello que ha sido parte de una infancia que se ha vivido en plenitud, a la que jamás se renuncia ni se olvida.
            En definitiva, es un libro destinado a aquellos que se permiten exponer sin tapujos la emoción a flor de piel. Si bien por momentos resulta un poco sensiblero y efectista, lo cierto es que Hosseini nos pinta un cuadro agridulce, sin enmascarar el dolor ni situarse en el rol de víctima.

Marcelo Zuccotti

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