lunes, 25 de noviembre de 2013

Vacío existencial. Bariloche, Andrés Neuman


Anagrama, 1999

           Me anunciaron con tiempo que Andrés Neuman viajaba a Buenos Aires; venía a presentar su último título en una reconocida casa editorial que también es librería en nuestro conspicuo barrio de Palermo. Su nombre me sonaba; seguramente tenía algo de su autoría en mi tótem de espera. Efectivamente, encontré este libro y, al verlo breve, lo encaré decidido. Recordé que lo había comprado porque compartía el ‘hobby’ con el personaje central; además, no hablaba de la dictadura ni de desaparecidos.
            Demetrio Rota es un recolector de basura de la ciudad de Buenos Aires, vive en un diminuto apartamento del barrio de Chacarita y tiene una afición: arma rompecabezas –puzzles-. Alejado de su ciudad natal, que da título a esta novela, pasa sus días sin mayores vínculos que con su compañero de recorrido, el Negro, y la mujer de éste, devenida en su amante circunstancial.
            Lo que Neuman va intercalando con el correr de las páginas es el pasado de Demetrio, a través del recuerdo de una iniciación sexual adolescente; el intento de refugiarse en esa memoria, por medio de la selección cuidadosa de piezas en el rompecabezas que, como es previsible, tiene al lago sureño como irrenunciable motivo, y el vacío existencial de la vida del protagonista, para quien el futuro se presenta tan desolador como el destino de las bolsas que recoge cada madrugada.
            A su manera, Rota es él mismo un desperdicio social. Arrancado de su entorno natural debido al desempleo y posterior enfermedad y muerte de su padre, tuvo que crecer de golpe y hallar en la gran ciudad un lugar y un trabajo con el cual pudiera afrontar la vida de su madre y de sí. Sin contacto ni inserción en su nueva realidad, Rota encarna el arquetipo de aquellos a quienes las circunstancias fueron modelando su vida, en una suerte de ‘fuga hacia adelante’, sin dejarle tomar las riendas de su propio acontecer.
            Neuman opone a una idealización del pasado y la naturaleza romántica de la evocación, la sordidez y decadencia de las metrópolis, que convierte a los seres en desechos de sí mismos, con lo que refuerza la dicotomía en que se debate su personaje principal: aspirar a mejorar socialmente, ser parte de la clase media, sin poder abandonar la desidia e indolencia de la sociedad que lo rodea.
            Escrito en estilo coloquial, el texto resulta fluido y ameno, intercalando palabras del dialecto propio de los estratos más bajos de la sociedad local junto a vocablos y giros españoles, por lo que puede leerse tanto como una novela argentina escrita por un español, o como una novela española escrita por un argentino, condiciones de la que Neuman puede hacer gala, habiendo nacido en el sur argentino y viviendo ahora en España. Un libro recomendable.

8 comentarios:

  1. Vaya, suena interesante. A mí también me gustan los puzzles pero vivo con el temor de perder una pieza. Me lo apunto por la recomendación. Besos congelados.

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    1. Es interesante, Norah. Neuman ha escrito otras cosas que aun no he adquirido, pero su estilo me anima a buscarlas.
      Una anécdota: estaba armando un 6000 piezas proveniente de una casa de origen alemán que había quebrado, y a poco de concluir me di cuenta que le faltaba una. Acudí a los importadores. Nada. Me allegué hasta la embajada para pedir reposición, sin suerte. Al final, fui a un taller de fotocomposición y la mandé a hacer. ¿Tenaz, yo?
      Recibe la calidez de un beso primaveral desde estos confines, como burdo intento de descongelamiento.

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  2. Me lo apunto, como tú, solo lo conzoco de oídas pero el argumento me atrae bastante, muy Perec todo ajjaja. Creo que lo encontraré sin mucha difucultad. Un abrazo, marcelo.

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    1. Empecé por éste, y alentó mis expectativas, Yossi. Imagino que puede ser de tu agrado. Acabo de ver tu reseña sobre los libros de Perec y me parece que anda por ese camino. Un fuerte abrazo!

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  3. Hola Marcelo. Lo que más me llama la atención es el personaje, porque, en cierta medida, parece acercarse a lo que yo esperaba encontrar en "Amor y basura". Desafortunadamente no ha sido así y el libro es un fiasco. Dicho esto, me llevo tu recomendación para conciliarme con los recolectores de basura del universo literario. A ver si puedo afrontar el reto que me supone eso del dialecto local y giros españoles. Gracias. Un abrazo,

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    1. Qué bueno tenerte por acá, Marisa! Tenía el libro de Klima como importante; lamento que la experiencia no haya sido buena. Los giros 'porteños' no son numerosos y sí accesibles. Espero que lo puedas encontrar. Un beso.

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  4. No hago puzzles, así que por ahí nos distanciamos Marcelo.
    Sin embargo coincido en que también tengo una novela sin leer del autor: Una vez Argentina, no es larga, poco más de 250 páginas, igual me animo a leerla pronto. Lo que señalas me atrae bastante, los personajes que transitan por el margen siempre me atraen.

    Un abrazo!!

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    1. No nos distanciemos! Yo llegué a los puzzles de la mano de la gastroenterología. Es una historia larga como el intestino. Quienes presentaron el último libro de Neuman esta noche, aconsejaron leer el que tienes. Que lo disfrutes mucho, Laura. Un beso grande.

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