Grijalbo, 1983
Cuando
le otorgaron el Premio Nobel de Literatura a la autora, en 1991, me pregunté qué habría escrito
para tamaño reconocimiento. Veinte años después, investigando un poco acerca de
su obra, di con éste ejemplar, al que conservo con cierto grado de orgullo,
porque se trata de una primera edición en castellano. La casualidad quiso que
mi lectura coincidiera con el deceso de Gordimer, acaecido el pasado domingo. Contaba
con noventa años.
La familia Smales se ve inmersa en
las luchas raciales del apartheid
sudafricano en Soweto, las inmediaciones de Johannesburgo, durante 1976. A
diferencia de otras familias blancas con mejores recursos o contactos, no puede
emigrar; la única opción en ese caso es abandonar su sitio y alejarse del
centro del disturbio. Para ello, confían su supervivencia a quien los ha
acompañado durante quince años: el servidor negro July, quien decide ofrecerles
albergue en su propia ‘casa’ distante más de seiscientos kilómetros.
Así, Bam y Maureen Smales, junto a
sus hijos Victor, Gina y Royce, emprenden un viaje hacia el ‘hinterland’
sudafricano. No van a contar con las comodidades habituales –agua potable,
sanitarios ni privacidad- pero al menos podrán refugiarse de los disparos y salvar
sus vidas. Su único capital son unos billetes de banco retirados antes de
fugarse y un transporte destartalado que les permite trasladarse. El problema
es que, al ser blancos, solo pueden comunicarse con July, quien es el único que
se defiende con la lengua inglesa. Pero ellos se convierten en visitantes de la
comunidad negra, que cuenta con sus propias costumbres, creencias y maneras de
proveerse de alimento, entre otras cosas. Una visita obligada al jefe del
territorio y la posesión de una escopeta con municiones serán el desencadenante
del desenlace final de la historia.
¿Qué ocurre cuando ‘nosotros’ –los
blancos- nos convertimos en ‘ellos’, al rodearnos de aquellos que luchan contra
nosotros? ¿mantenemos nuestra identidad, o hacemos causa común con los que
intentan despojarnos de lo que consideramos nuestro? Este es el planteo de este
enorme libro de Gordimer, no tanto por su volumen sino por la densidad de la
formulación. ¿Dónde se empieza a desdibujar la grieta que separa a unos de
otros? ¿cuándo dejamos de ser ‘amos’ para mezclarnos, tratando de ser ‘uno más’?,
¿podemos convertirnos en ‘uno más’, en tales circunstancias? Las preguntas
acerca de la identidad, la pertenencia y la serie de problemas que apareja que
el servidor –que tiene a su mujer e hijos lejos, pero que comparte con otra
mujer su vida de ciudad- venga con ese grupo de blancos a modificar la vida
cotidiana de la aldea, son el detonante de una situación delicada y extrema que
Gordimer construye a partir del apartheid.
Fluido, con estilo coloquial y
ameno, las páginas se suceden rápida y vertiginosamente. La lectura resulta
dinámica y esclarecedora. Las situaciones límite y las circunstancias difíciles
no hacen óbice para cuestionar acerca de la lealtad, con todas sus
implicancias.
Un libro que se lee bien y se
entiende mejor. Si alguien se interesa por lo ocurrido antes y después de
Mandela en la República de Sudáfrica, éste resulta el mejor de los comienzos.
Una novela reveladora, que se lleva muy bien con los acordes de Us and them, de Pink Floyd. O con ese
himno gigante llamado Biko, con el
que cierra habitualmente sus presentaciones nada menos que Peter Gabriel.
He leído dos novelas suyas: Un invitado de honor y La historia de mi hijo, de ambas guardo un buen recuerdo tanto por su manera de escribir como por su contenido siempre con ese trasfondo crítico hacia el racismo en Sudáfrica.
ResponderEliminarNo he leído ésta que comentas pero parece plantear muchas preguntas sobre las que pensar. De entrada es fácil decir que me integraría sin dificultad en una comunidad diferente y ser "una más", pero sé que nada es fácil y que siempre suele haber complicaciones que no somos capaces de prever si no estamos en esa situación.
Voy a buscar, y recordar, ambos temas.
Muchos besos!! (con bastante calor)
Tengo 'La hija de Burger' aun para leer, pero nada más. Sí, comparto contigo el gusto por esa forma literaria de expresarnos su lucha contra el racismo.
EliminarTratando de ser lo más honesto posible respecto de integrarnos, ser 'uno más' en medio de una comunidad ajena, perdona mi escepticismo, pero no creo que sea nada fácil sobrellevar las costumbres y hábitos de los otros -que no comparten nuestra lengua-, en un medio que nos resulta decididamente hostil -porque somos sus 'invasores'-. No dudo de tu capacidad. Para nada. Pero influye mucho el cómo nos ven aquellos que, en definitiva, nos combaten. Y en este caso, con justicia.
Te mando un montón de besos y abrazos, Luna!
Sí, sí, estoy totalmente de acuerdo en que no es nada fácil integrarse y aceptar otras realidades, y más si estas suponen disminuir nuestras comodidades como parece ser el caso y además te perciben como enemigos. Muy complicado.
EliminarTe mando también un montón de besos!!
Si algo admiro por encima de todo es la gente comprometida y coherente. Nadine Godimer poseía ambas virtudes: compromiso y coherencia. Y además tenía la virtude de escribir bien, más que bien, y se alejó de compromisos editoriales para volcarse en lo que sus valores personales le dictaban. Por otro lado, sé lo difícil que es para ti acceder a algunos libros, pero mira, ahí estás con una primera edición en castellano ;)
ResponderEliminarBesos!
Comparto contigo, Gordimer sabía escribir y defender aquello en lo que creía. Da gusto leerla.
EliminarEl Nano Serrat decía 'De vez en cuando la vida...'. Parafraseándolo, alguna vez me toca conseguir algo distinto, añejo. Me gusta transitar las páginas de un tiempo ido, como quien se sube a un transporte que ya no es posible encontrar, que conducía a un paraje que ya no existe. El libro aun puede ofrecer esa posibilidad.
Un beso grande, Ana!
Fascinante! estoy deseando leerlo. Supongo que no habrá ninguna edición en ebook no?
ResponderEliminarHola! No, no creo que haya una edición electrónica, pero si lo encuentras en papel, no lo dudes.
EliminarGracias por darte una vuelta por aquí.
Saludos.