Siglo XXI, 2011
Llegué
a esta edición por una discusión sostenida con el dueño de otra editorial local
que proponía una compilación de los mejores trabajos de Hernández. Como el Nano
Serrat me enseñó no escoger sólo una parte, pues fui por todo. Para ello debí
robarle a alguien estos volúmenes. Me explico: al ir en su busca –solo
aparecían en una única sucursal de una cadena de librerías-, ya alguien los
había reservado; mas al no tener identificación del interesado, me hice pasar
por él. Lo que sigue, como siempre, son las líneas de mi experiencia personal.
El primer volumen reúne los trabajos
de Fulano de tal, Libro sin tapas, La
cara de Ana, La envenenada, Cuentos y fragmentos, Cuentos inéditos y Por los tiempos de Clemente Colling, todos
aparecidos entre 1925 y 1942. Rescato del presente ejemplar la construcción
literaria enfocada básicamente en los recuerdos de infancia y en otorgarle vida
a los objetos que, de otra manera, serían mudos espectadores de los hechos.
Hernández es un maestro del relato breve, donde abunda la literatura
fantástica: ventanas con vida propia, una piedra que filosofa, una
circunferencia que cambia el ritmo. Por otra parte, repasa en gran medida
aspectos de su vida al narrarnos sus inicios como talentoso pianista –profesión
con la que se ganó la vida durante sus años mozos- y la imagen de su inspirador,
aplicándose a una minuciosa observación del maestro tanto como del entorno en
que éste, su realidad miserable y el mundillo de la música local permitía, con
un pincel que oscila entre el humor irónico y la descripción poética.
“Debajo de un árbol y
encima de un césped vivía un silencio de cuerpo de aire y de vestidos de luz,
que el sol le hacía todos los días y la luna le regalaba todas las noches.
Siempre que iba a vestirlo
lo encontraba con distintos vestidos, y me abrazaba tan fuertemente que
enseguida yo me quedaba lleno de silencio.
Él es el único que sabe qué
bella eres y cuánto te amo.
Él pasa su mano por mi
frente y mis ojos, y a pesar de que su mano es suave como una brisa, despierta
mis recuerdos y ellos se prenden a mis vestidos.
Cuando vuelvo a mi casa él
me acompaña un trecho largo. Después con su mano de brisa, despide lentamente
mis queridos recuerdos.
Y todos ellos, los que
llevan tu nombre, tu imagen, tu belleza, tus movimientos, tus palabras, tu
almita y tu amor, vuelven a dormir en el rincón más caliente del corazón.”
El segundo volumen compila El caballo perdido, una evocación que
se inicia con las clases de piano de su maestra Celina y derivan en
asociaciones de sueños y pensamientos con vida propia, muy surrealista, junto a
una serie de relatos que alternan recuerdos y construcciones oníricas, entre
los que destaca el que le da título, Nadie
encendía las lámparas. A ellos se suma un genial relato largo, Las Hortensias, en el que una pareja
utiliza una muñeca símil a la mujer, para sentirse acompañados, y lo que ello
depara.
El tercer volumen agrupa otra serie
de relatos reunidos en Tierras de la
memoria, una colección de recuerdos que dispara sendas reflexiones en un
estilo que se asemeja bastante al empleado por Proust; y una construcción que
intenta separar al Yo del cuerpo y de la cabeza –donde habitan los
pensamientos- reunida en Diario del
sinvergüenza y Últimas invenciones.
Acompaña la presente edición un
prólogo explicativo del arte de Felisberto Hernández y su ubicación temporal a
cargo de David Huerta, cerrando la misma con un Apéndice que contiene un
muestrario de fragmentos de ideas y textos desprendidos que el propio autor
guardaba como ensayos de elaboración.
El único reparo que opongo es que la
edición no es demasiado cuidada; parece fruto del apuro por lanzarla al mercado
y en ese apuro se han cometido errores de edición que salpican a la obra. Me
refiero a inversiones de letras, o ausencia de algunas de ellas en frases y
párrafos.
Por lo demás, relatos bien
construidos, con una matriz que utiliza fantasía, memoria, recuerdos y
elementos tomados de los sueños, corporizan todo el trabajo que Hernández supo
delinear con singular maestría a lo largo de su vida literaria. Un autor para
visitar; algo fuera de lo común.
Me descubres a un autor totalmente desconocido.¡Muchas gracias!
ResponderEliminarsaludos
Es la obra completa de un poeta uruguayo, muy afamado, quien junto a Macedonio Fernández constituían la vanguardia literaria entre los años '20 y '40 del siglo pasado por ser muy creativos. Han servido de modelo a muchos escritores posteriores. Incluso Borges los ha ponderado.
ResponderEliminarSi encuentras algo de él, haz experiencia, Agnieszka. Lo vale.
Un abrazo!