Debolsillo, 2008
“Lo que en cualquier otro
lugar era un sistema bipartidista, aquí era una lucha con veneno, mentiras,
perjurios, difamaciones, escándalos. Los periódicos se tenían cogidos del
cuello los unos a los otros, los jueces eran parte, el dinero fluía por cloacas
subterráneas…”
Éste fue el párrafo que había
hallado en un pasatiempo literario de una revista local que despertó mi
curiosidad e incitó mi búsqueda. Sin tener mayor idea del contenido, supuse que
podría tratarse de una descripción bastante fidedigna de lo vivido en este país
en algún momento y por eso no dudé en llevarlo apenas logré dar con él. No
hablaba de Argentina sino de España, pero la escena bien podía adaptarse a
otras realidades latinoamericanas.
Arthur Daane es un camarógrafo
neerlandés que ha perdido a su mujer y a su hijo en un trágico accidente. Ha
alcanzado logros y reconocimientos por su actividad y tiene en mente rodar una
película de la que solo posee fragmentos dispersos. Deambula por las calles de
Berlín en invierno a fines de los ’90, cámara en mano, en busca de más imágenes
y escenas, hasta que conoce a Elik, una compatriota, por la que siente
inmediata atracción. En su periplo de bares y reuniones lo acompañan un artista
plástico, un intelectual y una científica –hermana gemela de la esposa del
intelectual-, además de su amiga Erna, quien sólo se comunica en off a través de los recuerdos que el
propio Daane guarda de ella.
Es la historia de un amor sui generis entre un hombre solo y una
mujer con un pasado misterioso, quien intenta rescatar del olvido a una reina
española medieval para su tesis de doctorado. Pero esa historia es más bien el
vehículo, la excusa, para dar rienda a devaneos metafísicos, apreciaciones
estéticas y literarias y ponderaciones gastronómicas de punzante mirada
centroeuropea, en medio de los cambios que ha dejado la caída del Muro, esa
cicatriz imperecedera que su protagonista recorre a diario. La trama lo conduce
a España, en momentos de un brote de violencia –la ETA ha cobrado víctimas-,
afectándolo a él mismo en un intento de robo.
Con un estilo coloquial, el texto
contiene una crítica no muy velada a la mercantilización estadounidense, que
tiende a la uniformidad sin matices. Por otra parte, para enlazar un capítulo a
otro, Nooteboom ha dispuesto una suerte de coro de voces impersonales, a modo
de tragedia griega, que invoca la vanidad de nuestros hechos humanos y sienta
las bases para una reflexión introspectiva. Un libro que oscila entre la novela
y el ensayo y brinda una visión distinta de ese crisol de lenguas llamado
Europa.
El fragmento que citas podría ser, si no fuera por la dependencia de los jueces y la corrupción, la descripción de cualquier país, desafortunadamente. Nooteboom es un autor a quien tengo pendiente, así que me llevo esta novela apuntada para el año que viene.
ResponderEliminarsaludos
La historia como tal puede parecer fútil, pero lo más importante son esos paseos por Berlín después de la caída del Muro, las apreciaciones estéticas y un cierto culto por la amistad.
EliminarEspero que sea de tu agrado, Agnieszka.
Un abrazo grande.
Ya llovió desde que leí este libro, en mis años rebeldes cuando me gustaba ir de rara. Lo recuerdo como denso y en cierto modo deslavazado, experimental. Pero tengo apuntada una frase que me gustó mucho. Cuando recuerde dónde, la traigo.
ResponderEliminarBesos para vos
Sí, se adensa en ciertas partes y vuelve a fluir en otras. Hay mucho de experimental, sobre todo en los diálogos entre Arthur y sus amigos Victor y Arno, aunque también cierta riqueza valorativa respecto de ese Berlín sin Muro.
EliminarEspero con ansia tu frase.
Un beso, Norah.
No he leído nada suyo y mira que el nombre que sonaba, de hecho he ido a las estanterías a ver si había algo, leído o por leer, y no he encontrado nada.
ResponderEliminarMe atrae ese trasfondo histórico de finales de los años ochenta que tanto han cambiado Europa y el mundo. En España era el momento en el que ETA estaba más activa.
Va a la nube personal y veremos...
Abrazos!!
Ese deambular por Berlín y la visita a España es lo que más rescato del texto. También, la nostalgia por caminar las calles en donde solía estar el Muro. Un texto a medias entre novela y ensayo.
ResponderEliminarUn gran abrazo, U-to!
La cita encaja en muchos paises, lamentablemente. Poner el telediario y ver las noticias es estomagarse. La historia de amor sui generis, los devaneos metafísicos me ponen el freno. Mejor miro, y ya veremos.
ResponderEliminarUn abrazo
El paseo por Berlín sigue siendo atractivo, Ana. Y las consideraciones acerca del arte y la cultura diría que es el nervio central. Le importa más España que Rusia; critica la tendencia a la uniformidad. Brinda una imagen de la Europa pos Muro interesante. Échale una mirada antes de decidir.
EliminarUn abrazo a ti.
La cita, sin duda, atrae... Buena introducción la que nos brindas. Habrá que tenerla en cuenta
ResponderEliminarSaludos
Gracias, Ildefonso. La cita es aplicable a muchas realidades, sí. No obstante, el libro está bien, aunque me resulta difícil de clasificar.
EliminarSaludos.