El Olivo Azul, 2007
I.
Hay muchos escritores de origen ruso
cuyas letras han trascendido al gran mundo lector. Sin embargo, Andreiev no se
encuentra actualmente entre ellos; sospecho que se debe a que nadie que
publique alguna de sus obras espera hacer
caja, más bien lo contrario. Por esa misma razón lo incluí en mi Año Ruso.
II.
Parece que hacia fines del siglo XIX
en la Rusia de los Zares cualquier delito cometido se castigaba con la horca,
así fuera un asesinato o un robo. Andreiev juzgó aberrante ese hecho, abogando
por su abolición y no encontró mejor recurso que destinar esta obra para
señalar tanto el horror como el despropósito de la pena capital.
III.
La breve novela que da origen al
título de marras expone magistralmente el sentir de un grupo de prisioneros
que, habiendo sido condenados a la horca, pasan sus últimos días y horas en una
celda, previas a su ejecución. Cinco de ellos –tres hombres y dos mujeres,
jóvenes en su mayoría- han participado en un atentado contra un ministro, pero
la acción de la policía desbarató el plan y fueron capturados. Otro de los
signados apuñaló a su señor en un intento de violar a su esposa y el último es
un asesino y ladrón confeso.
IV.
El lector accede así a las
sensaciones de miedo, pánico, orfandad y abulia con cada uno de los personajes,
como si tuviera la ocasión de visitarlo en semejante condición, pocos momentos
antes de cumplir su condena. Algunas de las escenas resultan desgarradoras;
otras despiertan la empatía y llaman a la reflexión sobre qué acto humano
merece una punición tan terrible. Es que segar vidas por cometer distintas
clases de delitos –alguno de ellos solo en grado de tentativa- resulta –lo menos-
inicuo y exagerado.
V.
En estilo conciso, sin ambages ni florituras, el presente texto se completa con el relato
Un pensamiento, en el que, a través
de epístolas, el protagonista –un médico- confiesa el asesinato perpetrado por él
contra su amigo, alternando momentos de plena lucidez con otros de delirio y
cierta mística, de manera que se desdibuja si realmente su mente es brillante o
enferma. En suma, dos buenos trabajos con los que abordar las letras de
Andreiev.
La justicia no existe en un sistema totalitario, la arbitrariedad es la clave del sentido de las leyes y los tribunales, así que el punto de partida es muy real. No sé si será fácil encontrar el libro pero me has despertado una inmensa curiosidad (esa que no puedo controlar, jajaja).
ResponderEliminarUn gran abrazo y buen fin de semana.
Digamos que tanto libro como contenido son marginales. Uno asocia totalitarismo ruso con stalinismo, sin recordar que también el zarismo era -lo menos- autoritario. ¿Habrá habido algún momento de la historia rusa libre de ello?
EliminarPuede que encuentres el libro en una biblioteca. Yo lo tengo desde hace años; lo vi y lo aproveché.
Buen fin de semana y gracias por darte una vuelta, U-to.
Un abrazo.
ResponderEliminarLo cierto es que tuve la oportunidad de comprar el libro, la colección de EL Olivo Azul, está en una de mis librerías (de usados) de cabecera, pero de alguna forma no me atreví a comprarlo, es tanta la oferta, que la selección a veces se hace imposible sin descartar cosas.
En cuanto al tema, me recuerda a un librito de Bufalino, ( me recuerda la espera, o la vigilia en espera de la ejecución, )La crítica de un régimen despiadado, es la función que deben asumir cierto tipo de escritores o de filósofos, (no tienen por qué ser todos, pero sí una minoría que ya comienza a escasear) Y ya van quedando pocos y son mirados por la opinión pública(la que se crea-es creada a la fuerza- , la que suele imponer a base de mentiras repetidas que se hacen verdad) decía que los convierte en excéntrico o viejos ensoñadores, cuando no pobres escritores anclados en el pasado. y así nos va, o diría más, a mí tampoco me va durar la vida tanto como a los jóvenes al rededor que van perdiendo pasos y fronteras, y volveremos, creo, a lo que cuenta ese libro, porque gente sin cultura será gente condenada.
un abrazo
cuídate Marcelo
Hola, Wine
EliminarEntiendo el tema de la selección; a mi me pasa muchas veces. Como en este caso, los compro pensando en que alguna vez los leeré.
Mis notas personales sobre el libro de Bufalino que citas puedes encontrarlas aquí a la derecha. Lo leí en 2013 y me ha gustado mucho. Aunque éste no se le parece; aquí no hay necesidad de un delator, sólo enfrentarse a las últimas horas de vida.
El papel del escritor debe ser un poco el que propone Antonio Tabucchi en 'Sostiene Pereira', de denuncia aún cuando en ello vaya en juego la propia vida. ¡Debe ser por eso que quedan pocos!
Coincido con tu mirada acerca de los jóvenes; cada vez tienen menos oportunidades.
Si aún puedes hacerte de algunos libros de esta colección, te sugiero que lo hagas; contiene buenos títulos.
Recibe un fuerte abrazo.
Me ha recordado a El color de la leche de Leyshon y a Ritos funerarios de noséquién. Estos libros me dan mucha pena y rabia así que para muestra ya vale un botón. Siempre hay algún inocente. Prefiero a los otros rusos, a ver si me pongo con alguno.
ResponderEliminarUn besito, señor Z.
Tengo los dos de Leyshon para leer, pero siempre los postergo por otro/s.
EliminarIntento alternar los dramas con las comedias, de manera de mantener el equilibrio. Aunque reconozco que la literatura rusa tiende más a las primeras.
Besito y Feliz día de la madre atrasado (es que has dado a luz tantas buenas recomendaciones...)