Anagrama, 2010
I.
Es un libro de tintes
autobiográficos que Richard Ford quiso allegarnos como un reconocimiento que él
mismo tributara a quien en vida fuera Edna Akin, su madre, que entre otras
cosas tuvo que cargar con que su propia madre se largara de su casa conyugal tras
un boxeador algo más joven siendo ella pequeña, haciéndola pasar por su hermana.
II.
Su única asistencia a una escuela
fue con unas monjas de Santa Ana; se mudaron muchas veces de localidad debido
al trabajo del padrastro; se enamoró y casó con Parker, el padre del autor, en
1928 y juntos conformaron una pareja sólida, que se llevaba bien, viajaban
mucho y juntos, hasta que la muerte de Parker en 1960 la dejó casi sola y con
un adolescente algo díscolo.
III.
Ford narra en poco menos que un centenar de
páginas su relación con Edna, a la que agradece el clima de libertad
responsable en el que lo crió, su intención continua de ayudarlo –como supongo
hacen todas las madres-, sus múltiples cambios de actividad, su único amorío
después de Parker y, fundamentalmente, los últimos años, donde Edna debió
enfrentar un cáncer de mama que retornó y al final la llevó de este mundo.
La versión digital, en otra gentileza de Epublibre
IV.
En una atmósfera intimista y
coloquial, Ford va ofreciendo escenas donde ambos son protagonistas de lo
acontecido entre ellos, como quien exhibe una serie de fotografías de un álbum
familiar que conforman parte de esa evolución que se ha mantenido a lo largo de
los años como una continuidad del cordón umbilical que alguna vez los había
unido. Un libro emotivo y cariñoso.
V.
Párrafo aparte merece mi elección de
este libro. Mientras leía las páginas que Ford destinó a la enfermedad de su
madre y su posterior deceso, no pude dejar de identificarme con ellas, puesto
que, tan hijo único como él, yo también he tenido que vérmelas con
circunstancias semejantes aunque en otro contexto y tiempo, aprendiendo a hacer
frente a una insoslayable agonía que, por más que se asuma racionalmente, nunca
alivia el dolor que supone la pérdida de la propia madre, que en mi caso tuvo
lugar el pasado 30 de marzo. Sirvan entonces estas líneas para recordarla con
todo mi amor de hijo y mi agradecimiento eterno por haberme legado la gran
pasión familiar que ha sido siempre la lectura.
Lo cierto Marcelo es que leyendo que perdiste a tu madre hace tan poco tiempo, no puedo más que darte un abrazo lejano en el espacio, pero cercano en la simpatia; no queda más camino que decirte que hay caminos que compartes que no quisieras que fueran así, pero que la vida no da otra opción.
ResponderEliminarEn cuanto a Ford, me encanta su trilogía Bascombe, y sus cuentos y.. creo que me gusta todo lo que he leído de FOrd. DE alguna forma, sin haber leído este que reseñas, sí espero de él algo semejate de lo que describes. Bascombe es un tipo que pudiera ser yo, y sus cuentos narran cosas que pudieras hacerlas yo; lo que no siginifica que FORd sea así, pero de alguna forma, él y yo, creo, sabemos de lo que va esto..
un abrazo grande
cuídate mucho
Agradezco tu abrazo siempre cercano, Wine. Lamentablemente, estos caminos compartidos se transitan con dolor.
EliminarDe R. Ford tengo sólo 'Acción de gracias' de la trilogía Bascombe. Quizás pueda conseguir el resto. Y 'Francamente, Frank'! Me gusta su estilo.
'Canadá' me gustó mucho pero, como todo aquello que nos gusta, temí repetir para que no resultara empalagoso.
Gracias por tus líneas.
Un gran abrazo.
Uff, Marcelo, siento de corazón el fallecimiento de tu madre, sé que ya era muy mayor, como me comentaste alguna vez, y que estabas muy unido a ella. Un momento duro para ti, querido amigo, te acompaño en el sentimiento, y te admiro por seguir al pie del cañón, aquí con tu blog, no debe de ser fácil. Me uno al abrazo que te manda nuestro amigo Wineruda.
ResponderEliminarQueda claro que la novela de Ford ha tenido una significación especial para ti, por lo demás no lo he leído, aunque de un tiempo a esta parte su nombre ha sonado con asiduidad por España, debido a la concesión del Premio Princesa de Asturias de las Letras 2016.
Un cálido abrazo, amigo.
Gracias por tu afecto, Paco. Mi madre y yo hemos sido en otros tiempos dos soldados luchando espalda con espalda, sobre todo en momentos de escasez. El blog me facilitó una vía de distracción ante una situación tan dolorosa.
EliminarRichard Ford es un autor a descubrir, amigo. Como le dije a Wine, sólo leí éste y 'Canadá' que me gustó mucho y suelo recomendarlo cada vez que alguien pregunta sobre una buena ficción. Debieras darle una oportunidad.
Recibe un fuerte abrazo y mi agradecimiento por tus líneas.
Hoy leo tu entrada sobre este libro homenaje a una figura tan importante en la vida de cada uno, espero poder leerlo pronto. Unos minutos antes había leído una columna de Elvira Lindo que concluía "Su lectura me devolvió un recuerdo olvidado: nunca le dije a mi madre que Pippi era huérfana. Tuve una especie de sensibilidad intuitiva. Ella estaba muy enferma y mis risas le habrían provocado melancolía." Y hace unos días conocí el poema que Luis García Montero dedicó a su madre.
ResponderEliminar"...Te llevaré a París. En mi recuerdo
has aprendido algo
de lo que te olvidaste en la vida:
pedir por ti, andar por tus ciudades."
La lectura que siempre ayuda. Un abrazo fuerte.
Lo bueno de Ford es que narra sin alharaca ni juicios de valor y, fundamentalmente, sin dar cabida a la vena sensiblera.
EliminarLa lectura siempre ayuda; más en los momentos dolorosos.
Gracias por tus líneas, Ana.
Un gran abrazo.
Pues iba a decir que me gustaba mucho la historia, que aún no he leído nada del autor y me parece buena idea empezar con este.
ResponderEliminarPero he leído el último párrafo y lo ha cambiado todo. Ahora solo voy a decir que un beso y un abrazo muy fuerte.
Sigue siendo buena idea empezar por éste. La parte dolorosa está en las últimas páginas y la manera de relatarla está a tono con el resto del texto. No hay golpes bajos ni sensiblería. Sólo se lamenta -como yo- de no haberse dado cuenta que Edna se iba.
EliminarGracias por el beso y el abrazo, Norah. Retribuyo del mismo modo.
Querido Marcelo, ya te lo dije y te lo vuelvo a decir con inmenso cariño, siento mucho la muerte de tu madre y el dolor que te ha causado.
ResponderEliminarHe leído a Ford y me gusta su literatura, esta novela me interesa y procurare leerla. Acabo de leer de Alejandro Palomas "Una madre" que ya comentaré, no me ha acabado de convencer pese a su éxito.
Un gran abrazo que quiere ser consolador.
Gracias nuevamente por acompañarme en estos tiempos de pérdida.
EliminarRespecto a Ford, 'Canadá' me ha parecido muy buena, y sigo la recomendación de Wineruda sobre la trilogía Bascombe.
Espero con cierta expectativa tu reseña sobre el libro de Palomas, que tanta resonancia ha tenido.
Aprovecho para darte mis felicitaciones por tu nuevo trabajo. Imagino la escasez de tu tiempo personal, repartido entre presentaciones y entrevistas, por lo cual, que dediques unos minutos a pasar por aquí, me honra.
Un gran abrazo para ti!