Alianza - Emecé, 2009
I.
No había visitado las letras de
Camus y me pareció buena ocasión para hacerlo. Si bien poseo sus títulos más
preciados, nunca hallé el momento de encarar unas letras que sospechaba densas
o, al menos, con mucha sustancia. Confieso que hubiera sido más apropiado leer La peste en estos tiempos pero, por
fortuna, las líneas de buenos amigos lectores alentaron esta lectura.
II.
Meursault es un joven francés que se
encuentra en Argel. Es avisado mientras trabaja que su madre ha fallecido en el
hospicio. Pide el permiso necesario para afrontar la situación y se pone en
marcha. Con cierto grado de ilustración y buenos modales, lleva una vida
ordenada, algo parca, y tiene poco contacto con la sociedad en general. Solo
cuenta con un par de vecinos, una joven casadera y poco más. Pero resulta
indolente y extraño: no llora en el
funeral ni en el cortejo; no respeta duelo ninguno; no le importa casarse con
la joven cuando ésta se lo propone… en suma, no parece respetar cánones
sociales. Una serie de hechos ajenos desencadena incidentes por los que termina
matando a un hombre, sin buscarlo. Por ello, será encerrado esperando su juicio
y el dictamen del jurado.
III.
Dividido en dos partes netamente
distintas, Camus nos allega la figura de un joven que lo único que tiene claro
es que los seres humanos habremos de morir. Sin saber cuándo ni dónde. Por lo
tanto, todo lo que ocurre en nuestro tiempo de vida es circunstancial y, como
tal, irrelevante. En la primera parte, narra cómo es la vida del protagonista
hasta llegar al crimen. En la segunda, repasa sus días en la cárcel desde que
es apresado, hasta el juicio y el veredicto final.
La versión digital, gentileza de Epublibre
IV.
Meursault encarna a un paria, alguien cuya característica
principal es el desapego. Vive al día sin hacerse mayores preguntas ni guardar
respeto por las normas que la sociedad impone al individuo. En ese sentido, su
final resulta previsible. Por otra, realiza una denuncia al exhibir cómo
reacciona esa sociedad, para quien guardar
las formas es tanto o más importante que el asesinato cometido por un
hombre. Además, su gnosticismo vuelve más fácil su condena. Una condena que
debe ser ejemplar, no fuera cosa que este ejemplo nocivo prospere…
V.
De prosa fluida y directa, con
frases cortas y escenas bien delineadas, Camus interpela sobre nuestras
emociones, creencias y cómo la sociedad va modelando la vida de cada ser a
través de un tejido de convencionalismos que, parece, es mejor no desatender.
Sorprende la cantidad de reflexiones que dispara en una novela que apenas
sobrepasa el centenar de páginas. Agradezco a Lorena su mirada, la que podéis
hallar aquí. Una obra maestra.
Se trata de una novela magnífica que deja una sensación de desesperanza infinita. Parece mentira que con un argumento tan sencillo, se puedan contar tantas cosas. Desde luego es una novela en la que te puedes hundir hasta ahogarte aunque también puedes nadar por la superficie y disfrutar de un baño sin consecuencias.
ResponderEliminarUn beso.
Me ha gustado tanto el planteo como la concisión del texto; lo que demuestra que no se necesita ser extenso para lograr una obra trascendente.
EliminarAdemás, desnuda el influjo de la sociedad sobre el individuo.
Un beso para ti, Rosa.
Vale, el señor Camus tiene razón en lo que dice. La vida es circunstancial y como cantaba Big Tom, "te vas a ir igual que has venido", y eso para todos. Pero como al fin y al cabo, la vida es lo único que tenemos, prefiero que me cuenten otras historias aunque sea todo mentira.
ResponderEliminarBesitos fantasiosos
Lo bueno de esta novela es que te propone bucear en ti mismo; la profundidad que desees alcanzar la decides tú.
EliminarBesitos reflexivos.
Pues para mí, habiendo pasado un tiempo de su lectura, aún la sigo digeriendo, y le personaje de Meursault me resulta antipático y negativo, no tengo ningún aprecio ni empatía por él; no por sus actos, sino por la falta de ellos. A mí siempre me han resultado repulsivos las personas que dejan que la vida pase, sin mayor interacción : dejar que la vida resbale por tus lados me resulta sumamente odioso. QUe diría VIctor Jara, ni chicha ni limoná..
ResponderEliminarComo habitualmente, tu mirada aporta luz desde un ángulo distinto, Wine. Coincido en que la desidia y el desapego del protagonista no ganan empatía del lector, aunque sospecho que la crítica sobre los convencionalismo sociales está bien formulada.
EliminarEs un libro destinado a la polémica, sin duda. Y es posible hallar algún rasgo de Meursault en cada uno de nosotros, como bien lo señala Lorena en sus líneas.
Un abrazo, Maestro.
Estimado Marcelo, por lo que nos dices sería un individuo algo así como laissez faire et laissez passer, le monde va de lui même.
ResponderEliminarNo sé si Camus admite una lectura descontextualizada en tiempo y espacio. El hexágono fue y es muchas cosas, es la Pucelle d'Orléans, es La Résistance y también la colonialista más feroz, en estos dos últimos casos al mando del General nacido en Lille.
Quizás suceda algo así con El cero y el infinito, Koestler o Rebelión en la granja, Orwell.
Cordial saludo
Creo que responde a una visión de la sociedad de su tiempo; el derecho a una vida vivida 'a flor de piel', sin mayores objetivos ni apegos y sin respeto por convencionalismos sociales.
EliminarComo elemento disparador de reflexiones, está magníficamente estructurada.
Tendré que visitar las letras que me sugiere, para tener una mirada más panorámica.
Saludos.
No obstante reconozco en Camus un gran escritor, que una cosa no quita la cosa, digo lo que digo comparándole por ejemplo con El proceso, Kafka, eso puede pasar en cualquier tiempo y lugar.
ResponderEliminarAprecio tu reseña, mantiene activa la mente del lector. Tu biblioteca se me aparece como un gran jardín sin orden, allí no hay leyes, sin parterres, sembrado "al boleo", lo que hace que pase de las estaciones, siempre en flor, imposible de factorear.
Ha sido mi primer visita a las letras de Camus y me ha despertado cierta curiosidad por el resto de sus trabajos más logrados.
EliminarRespondiendo al rótulo de 'lector nómade' con el que me definiera Andrés Neuman, mi biblioteca responde a esa esencia, carente de orden y concierto. Ejerzo entera libertad sobre ella, después de media vida dedicada al estudio de leyes y mecanismos. Pero no se deje engañar: responde bien a las enseñanzas de Ilya Prigogine, quien sostuvo que dentro de todo caos existe un orden, y a las de J. R. R. Tolkien, quien señaló que 'no todo el que anda errante está perdido'.
Un abrazo.
Lo tengo pendiente... además que creo que es buena opción para estrenarse con el autor =)
ResponderEliminarBesotes
Para mi, ha sido un buen inicio en las letras de Camus. Despierta la curiosidad sobre el resto de su obra. Te gustará.
EliminarUn beso.
Una magnífica obra. Leí El extrangero hace ya mucho, pero es una lectura que no olvido. Mersault está echo a medida de ese existencialismo ateo que influenciaba a Camus, un protagonista que se mueve por una vida que parece carecer de sentido, o al menos lo ha perdido.
ResponderEliminarUn abrazo pibe!!
Hola, Paco!
EliminarHay elementos interesantes en la novela de Camus. No es solo la indolencia del protagonista -un cierto 'deja vú' sobre la existencia-; hay también un desdén por los convencionalismos sociales, que pone muy de manifiesto en la segunda parte.
Un abrazo, chaval!
Todo un clásico ya y para mí un imprescindible. Un libro de bella prosa, con una fuerte carga filosófica y del que, como bien dices, se puede sacar mucho a pesar de su breve extensión.
ResponderEliminarMuchas gracias por la mención. Me alegra mucho saber que lo has disfrutado.
Un abrazo
Yo soy el agradecido, Lorena. Si no hubiera sido por ti, creo que Camus aún estaría esperando...
EliminarConsidero que es un libro que abre el juego a la polémica o el debate. Lo propondría para un club de lectura.
Un abrazo para ti.
Uno de mis libros de cabecera. Hace muy poco leía un comentario de Jean Paul Sartre sobre El extranjero, y entre otras cosas Sartre destacaba la formulación de oraciones pasivas en Camus: donde un naturalista clásico, como Maupassant, habría dicho "El puente atraviesa el río", Camus dice "Hay un río y sobre él un puente". Y que esa formulación es perfecta para un filósofo del absurdo como Camus, porque nunca termina de integrar el mundo y la vida humana: el mundo está dado, existe, pero no se puede relacionar armoniosamente con las personas. Sólo está ahí, pasivamente, y Camus lo expone incluso desde la construcción de sus oraciones...
ResponderEliminarSí, es un libro que denota algo inalcanzable. Todo está ahí, pero está para ser percibido y no apropiado o asimilado. Ésa es la sensación que me he llevado de su lectura.
EliminarGracias por darte una vuelta por aquí.
Saludos.