I.
Soy de los que creen que los libros
nos encuentran; no cabe otra explicación para este caso. Llegaba temprano a
efectuar un trámite y recordé la existencia de una librería de usados en
derredor. Decidí visitarla y, después de hurgar en medio de columnas de libros,
hallé este regalo. No era sólo por el
precio; el título estaba agotado hacía tiempo. Eso sí, debió esperar siete
años.
II.
Jack Gladney es un docente de una universidad
del Medio Oeste americano. Promediando su medio siglo de vida, está casado con
Babette después de varias nupcias anteriores. Ambos aportan un par de hijos al
matrimonio, sin ninguno entre ambos. Un accidente ferroviario libera una
sustancia tóxica letal a la que Jack, en un descuido, queda expuesto, con
imprevisibles consecuencias. Mientras tanto, Babette intenta hacer frente a un
miedo irracional.
III.
Dividida en tres partes, esta sagaz
y burlona novela –donde todo encaja perfectamente- trata especialmente de ese ruido blanco –como lo indica su título original-
que, como las ondas hertzianas de la radiación posmoderna, nos acompaña desde que hacemos uso de razón;
aquel viejo miedo que se acrecienta con la edad: la muerte (insomne y sorda, al decir de Pavese).
IV.
DeLillo expone de manera sabia el
único miedo que parece quedarle a una sociedad ufana de sí misma, aquiescente con
las múltiples ofertas que brinda el consumo sin límites. Miedo visceral, que no
solo envuelve al matrimonio protagonista sino que los impulsa a buscar la
existencia de algún fármaco con que se le pueda hacer frente, y así poder vivir
más libres y despreocupados. Pero no es sólo eso. También aprovecha para tomar en
solfa los tics académicos de los institutos de enseñanza; reflejar la escasa atención
de niños y adolescentes –hípercríticos
con los adultos- y, de paso, descreer del rol preponderante de la ciencia en el
alivio de la población humana –en especial, el uso de ésta como conejillo de indias en la eficacia de
nuevos fármacos-.
V.
Ordenado en capítulos cortos y fluidos,
con diálogos jugosos, acertadas descripciones de los hombres de clase media y
con reflexiones memorables como la siguiente,
‘Así es la naturaleza de la
muerte moderna […]. Posee una vida propia independiente de la nuestra. Crece continuamente
en prestigio y dimensión. Posee un alcance que nunca tuvo antes. La estudiamos
desde un punto de vista objetivo. Podemos predecir su aparición, perseguir el
rastro que va dejando en nuestro cuerpo. Podemos obtener imágenes en sección del
aspecto que muestra, registrar el sonido de sus rumores y sus ondas. Nunca habíamos
estado tan cercanos a ella, nunca nos habían resultado tan familiares sus
hábitos y sus actitudes. La conocemos de un modo íntimo. Sin embargo, continúa
creciendo, incrementando su ámbito y su capacidad., buscando nuevas vías de
salida, nuevas rutas y nuevos medios. Cuanto más aprendemos, mayor es su
desarrollo. ¿Se deberá quizá a alguna ley física? Todo avance en el
conocimiento y en la técnica se ve correspondido por un nuevo tipo de muerte,
por una nueva cepa. La muerte sabe adaptarse del mismo modo que lo hacen los
agentes víricos. ¿Será alguna ley natural?...’.
el conjunto se vuelve una maravilla. Si además añadiéramos que el texto ha sido escrito en 1985, cuando aún el avance tecnológico de las comunicaciones era incipiente, la obra alcanza ribetes memorables, como todo buen friso de época, tan descarnado en su mirada como plenamente vigente. De obligada lectura para todo buen lector.
Hola, Marcelo. Hace tiempo que tengo la intención de leer algo de este autor que tengo la intuición de que me va a gustar. Esta propuesta es interesante aunque no sé si la que más. Igual se relaciona demasiado con la situación actual de la que parece no somos capaces de escapar de una vez por todas.
ResponderEliminarMe encanta la portada y la suerte, de la que carezco a la hora de rebuscar en librerías de viejo. Mejor recurro a mi biblioteca, ese sitio maravilloso que rara vez me falla.
Por cierto, alguna recomendación de otro título de este autor?
Besitos interesados
Hola, Guapa. Dicen que es una de las mejores novelas de DeLillo; otras podrían ser 'Mao II' y 'Submundo', pero no las he encarado aún.
EliminarEn lo personal, ha sido toda una revelación. No esperaba encontrarme con tanta materia para reflexionar.
Envidio sanamente que puedas recurrir a esa biblioteca que tantos beneficios te reporta. De todas maneras, éste parece ser un libro de lectura obligada.
Besitos afirmadores.
Te diré que no he leído nada de Don Delillo. Es de esos autores que siempre tengo en mente, pero a los que nunca les llega el momento. Creo que podría empezar por este libro, que además está en mi lista de pendientes desde hace mucho, porque el miedo a la muerte es algo que me acompaña desde hace muchos años. Ahora he aprendido a mantenerlo más o menos dominado, pero cuando tenía unos veinte años pasé una depresión a cuenta del tema.
ResponderEliminarAquí el hecho de ser un miedo universal no hace que disminuya. Vamos, que a pesar de ser mal de muchos en este tema no consuela nada.
Un beso.
Quizás sea una buena ocasión para que visites sus letras, Rosa. El temor a la muerte no es un tema menor; como tú misma señalas, hay quienes lo tienen más o menos presente, a cierta distancia, pero nunca está ausente.
EliminarLlamativo me resulta que a los veinte años alguien se pregunte acerca de la muerte, justo cuando un ser humano se encuentra tan lleno de vida. Sospecho que en ello debe haber habido un hecho traumático de por medio, que disparó ese temor.
Pero no es solo ese tema, sino todos los demás que he descripto sucintamente. Por eso es una gran novela.
No la dejes pasar mucho tiempo más.
Un beso para ti.
Es una de las obras maestras de la literatura y la mejor novela que he leído del autor. De hecho, el resto de obras que he intentado leer me han parecido mediocres en comparación.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias por pasar y dejar tu comentario. No puedo saber cómo me resultarán las otras, porque estas son mis primeras armas con su obra. Espero poder encarar alguna otra suya, para poder comparar. Coincido contigo que es una obra maestra.
EliminarSaludos cordiales.