Esta
combinación surgió gracias a una amiga lectora, quien habiendo visto la
realización cinematográfica me propuso compartir la lectura del libro de
marras. Lo que sigue es un resumen de las principales apreciaciones de ambas
manifestaciones artísticas.
Penelope Fitzgerald (Impedimenta, 2010)
Florence Green es una mujer viuda
que ha decidido no sólo comprar una vieja casona abandonada en una aldea costera
en Suffolk, sino que se ha propuesto utilizar parte de la misma para llevar a
cabo el proyecto soñado con quien fuera su marido: poner una librería.
Enamorada de los libros y defensora a ultranza de la lectura, Green no duda en
solicitar la ayuda económica del banco local para acceder a la propiedad y
efectuar las primeras provisiones de material bibliográfico, en un pueblo donde
no existe propuesta semejante.
Pero no las tiene todas consigo. La
emprendedora Violet Gamart, líder local en el interés del desarrollo cultural,
guardaba la esperanza de que esa propiedad sirviera a los fines de establecer
allí mismo un centro destinado al cultivo de las artes. Mujer poderosa, con contactos
en el Parlamento, no cejará hasta lograr ese proyecto. Así, Green no cuenta para
defender su espacio con mucho más que la ayuda de un austero, solitario y ya entrado
en años Mr. Brundish, dueño de la mansión más añeja del lugar, y la
colaboración de la pequeña Christine Gipping en la puesta en marcha y las
tareas habituales de una librería.
Ambientada en 1959, la autora
plantea claramente la lucha entre dos antagonismos: la realización material de
aquello que ha nacido como una ilusión personal -a la vez que brinda un
servicio útil a la comunidad y permite tener un medio de ganarse la vida-, en
oposición a la búsqueda de renombre y satisfacción egoísta de quien cuenta no
sólo con los recursos económicos necesarios sino que puede valerse de los
vínculos con el poder gubernamental y de la ayuda de gente inescrupulosa para
llevar a cabo sus fines.
De estilo ameno y coloquial, con
acertadas descripciones tanto del entorno geográfico y social –en donde cada
novedad corre como reguero de pólvora-, magníficas construcciones psicológicas de
los roles protagónicos y escenas de contrapunto bien logradas, esta breve novela
costumbrista sirve a Fitzgerald para afirmar sus propias creencias,
‘Un buen libro es la
preciosa savia del alma de un maestro, embalsamada y atesorada
intencionadamente para una vida más allá de la vida y, como tal, no hay duda
que debe ser un artículo de primera necesidad.’
El conjunto se disfruta como un rayo de sol en
medio de una bruma otoñal. Para pasar un rato agradable.
Isabel Coixet (Transeuropa, 2017)
Esta coproducción internacional de
capitales catalanes, británicos y alemanes, tiene por epicentro la costa de
Irlanda en exteriores, mientras que las escenas del interior han sido filmadas
enteramente en Cataluña.
El guión, reescrito para su
adaptación a la pantalla grande por la propia directora, se apega en su mayoría
al texto de Fitzgerald, o bien mantiene
el espíritu, aún con la supresión de algunos tópicos del libro y la
introducción -de manera original- de Mr. Brundish en la trama. En general, los
roles protagónicos cumplen su cometido de manera prolija y eficiente. El
problema con el trabajo actoral –sobre todo, de los roles secundarios- es que,
por momentos, abunda el acting, una
sobreactuación que opaca el desarrollo del relato y les quita brillo a actores
de la talla de Bill Nighy –muy en su papel de ermitaño huraño- y de Patricia
Clarkson, como opulenta contrafigura.
Por
otra parte, la fotografía acompaña bien a la ficción y la música, sin grandes
virtudes, está al servicio del argumento. No existen mayores escenas que
cautiven al espectador ni lo sorprendan; todo fluye normalmente hacia un final
predecible –que no coincide con el del libro-. En algunos pasajes, los diálogos
se podrían haber recortado, tanto como el uso de los primeros planos que poco o
nada aportan. Y el abuso de la voz en off –que casi indica al espectador qué
debe sentir- termina siendo cargoso.
En síntesis, el resultado es una
propuesta de casi dos horas de duración, querible para todos aquellos que
amamos los libros y la lectura, pero sin demasiado condimento emocional y nada
para el recuerdo. Entretenida, aunque mediocre.
Testimonio del Pelibro 23, con la póstuma fotografía de la tablet.
Hola Marcelo. Me encanta que traigas libros que ya he leído y pelis que he visto, porque disfruto comparando pareceres y encima no aumenta mi lista, que se lleva un respirito.
ResponderEliminarDe acuerdo con el libro. Que me lo pensé mucho hasta que una reseña dio en el clavo y dijo algo que me hizo sentir, tengo que leerlo. Y lo hice, conecté con el personaje de la librera y su amigo, me sentí a gusto en el bucólico espacio en el que tiene lugar. Un libro de esos que uno lee y piensa, no necesito nada más. No me saquen de aquí.
Con la peli también coincido, se cargan la magia del libro aunque respeten las líneas generales. Bonita de ver pero sin más.
Besitos cómplices.
A mi me ha gustado, Maja, pero reconozco que no es una gran novela. Como tampoco lo es la peli, que si bien se apega bastante bien al texto, algunas actuaciones no son nada relevantes. De Fitzgerald he disfrutado mucho más 'A la deriva'.
EliminarBesitos compañeros.
El libro me desencantó tras haber leído alabanzas encendidas. No encontré el amor a la literatura, me pareció que la joven igual podía haber montado una pastelería. La película, en cambio, sí que me transmitió ese amor por los libros. En esta ocasión me gustó más la película que el libro.
ResponderEliminarNo obstante, el libro tiene méritos indudables, fuera de ese defecto que le noté, y muestra, como dices, dos maneras de enfrentarse a la vida contrapuestas y ambas muy reales.
Un beso.
No es una novela para 'alabanzas encendidas', Rosa, a no ser que tuvieran en cuenta el trabajo promocional que toda realización cinematográfica supone, je, je. Es correcta, pero sin tanta trascendencia. Me causa gracia lo de la pastelería.
EliminarPor el contrario, la peli me pareció bastante sobreactuada, con muchas expresiones repetidas, sobre todo en los primeros planos de los protagónicos. Nada mal, por cierto, pero tibia en mi manera de ver.
Besos para ti.
El libro lleva bastante tiempo en mi estantería, le llegará el día, imagino que pronto. La película la he visto un par de veces: Me gustó, Isabel Coixet es una directora con la que suelo acertar. Habitualmente veo la película después de leer el libro y casi siempre me arrepiento, aquí será al revés. Creía que, al ser los libros protagonistas, me tocaría bastante la fibra, quizás las expectativas estaban muy altas. Una película en un entorno estupendo, eso sí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo suelo leer primero el libro antes que ver la peli, porque entiendo que la realización en la pantalla es una versión que nos brinda el director y el/los guionista/s del texto que les sirve de base. Es decir: texto hay uno, versiones cinematográficas puede haber muchas.
EliminarAmbos me gustaron, cada cual a su manera, pero no me enamoraron.
Un abrazo para ti, Ana.
Hola, Marcelo. Cuando leí esta novela me llevé una decepción tan grande, que aún recuerdo mi arrepentimiento por haberme comprado una edición, encima, especial y conmemorativa. Ay, no le pongo pegas a cómo está escrita, más bien me esperaba algo muy distinto, pensaba que conectaría con la historia, con sus personajes y... nada más lejos de la realidad. Me resultó totalmente insulsa, en el sentido de que me dejó indiferente, no casé nada con ella (también las expectativas juegan malas pasadas, tenía en mi cabeza que este libro era muy muy reconocido, lo es, y que gustaba muchísimo, y fue un choque más grande por ello). Luego vi la película que señalas y, aun siendo raro, disfruté muchísimo más del film que del libro. Generalmente me ocurre lo contrario, pero en esta ocasión esa indiferencia que sentí leyendo se transformó en disfrute viendo el film. Un saludito.
ResponderEliminarHola, María! Un placer leerte por aquí.
EliminarEs curiosa tu apreciación, puesto que generalmente son las puestas en pantalla grande las que no conforman al lector. Pero, al leerte a ti y a Rosa, me rindo ante la evidencia. A mi me gustó más la historia de Fitzgerald que el guión de la peli; que no está mal, aunque algo sobreactuada para mi gusto (y con un final tan acertado como predecible).
Confieso que con cada libro que pasa, pongo menos expectativas. Son pocos los que me sorprenden gratamente.
Gracias por darte una vuelta por aquí.
Un beso para ti, María.