domingo, 6 de febrero de 2022

Persecución trivial. El jilguero, Donna Tartt

 

Lumen, 2014

I.

            Los primeros comentarios acerca de este libro –ganador del Premio Pulitzer ese año-, sonaban muy bien, pese al recelo que siempre despierta un volumen de más de mil páginas, aun con un interlineado generoso y una letra bastante mayor que la habitual. Fue por aquéllos que me hice del ejemplar y no lo habría encarado si otra lectora de mi entorno no lo hubiera propuesto como lectura a compartir para el inicio de año. Poco antes de empezar, ella reculó y me dejó solo.

II.

         La novela comienza con Theo Decker encerrado en un hotel de Ámsterdam, sin el abrigo necesario y con recursos que se agotan, en una incierta espera. Han pasado diez años desde que vivía junto a su madre en la ciudad de Nueva York. Su padre se había dado a la fuga tiempo atrás y ambos debían presentarse una mañana lluviosa en el colegio donde tomaba clases, porque había sido inculpado de un hecho que obligaba a una sanción disciplinaria. Antes de ello, la madre decidió pasar a comprar un regalo por el Museo Metropolitano y, de paso, visitar una muestra de pinturas, entre las que se encontraba El jilguero, de Carel Fabritius. Una explosión brutal, fruto de un atentado, llevó a Theo a intercambiar breves palabras –y un anillo- con un moribundo y en un arranque pueril, a tomar el cuadro y salir con él. Al poco, sabrá que su madre también ha muerto.

III.

            Huérfano, con trece años de edad, el Servicio de Asistencia a Menores lo dejará en custodia en casa de una acomodada familia amiga, hasta tanto se hagan cargo de él su abuelo paterno o su padre reclame el ejercicio de su potestad. El tiempo corre, hasta que un día Theo decide descubrir a quién pertenecía el anillo. Esto lo conduce a un anticuario, restaurador de muebles, socio de quien se lo legara. A partir de allí, la historia transcurre de manera trepidante. Primero, al tener que irse con su padre a Las Vegas, donde conocerá a su amigo Boris; años después, al regresar a Nueva York –tras la muerte de aquél- y aprender el oficio que el orfebre anticuario realiza para sobrevivir. Siempre en sobresalto, junto al lienzo robado que le acompaña.

IV.

            El consumo de drogas y los excesos son parte del aprendizaje de Theo junto a Boris, forjando una amistad a prueba de balas. Hasta la aparición de alguien que deduce su pillaje y la promesa de una historia de amor, sirven para mantener la tensión. Pero llegando al último tercio, una traición que deviene en intriga, el oportuno noviazgo con la hermana de su amigo extinto y otros golpes de efecto van convirtiendo una historia interesante en un culebrón inverosímil y sin sustancia. Toda una persecución trivial alrededor del cuadro que se resuelve de manera cursi y elemental. Lo único salvable es el capítulo final del libro, que no puede por sí solo rescatarlo del naufragio. Coloquial y fluido, podría ser una opción de lectura en vacaciones, si no obrara en su contra el tamaño del volumen y el desenlace intrascendente. Existe realización cinematográfica en base a esta novela.

7 comentarios:

  1. Pues me acabas de hacer un favor, tengo este libro en la estantería. Me lo traje de casa de mis padres para leerlo antes de venderlo. A mi madre no la habia gustado nada. Ahora ya sois dos. A la libreria de segunda mano se encaminara en breve.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me has hecho reír, Esther! A veces te preguntas si valdrá la pena encarar un libro tan extenso... La verdad es que hasta dos terceras partes se sostiene y lleva bien, pero al final decae mucho.
      Me alegra saber que te he ahorrado tiempo, y que te dará dinero.
      Un abrazo.

      Eliminar
  2. Hola Marcelo
    Me acabas de resolver una duda, gracias. Siempre, no seyla razón, me ha dado apuro comprarlo. Y no lo he hecho. No lo haré. Quizás fuese porque no creo en un One-hit wonder literario fiable.
    Gracias Marcelo
    Cuídate

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pd, que lo de one hit wonder es porque me bombardearon con su libro El Secreto, hasta leerlo y no gustarme nada, pero tengo una absoluta debilidad por los premiados con el pulitzer:) jaja la balanza ha caído.

      Eliminar
    2. Hola, Wine. Daré dos respuestas en una. Primero, este libro se vuelve poco creíble hacia el tercio final, donde Tartt sostiene la trama en base a golpes de efecto y nuevas andanzas. Luego, sabes bien que no creo en los libros premiados. Lo compré porque había mucho ruido en su lanzamiento y, además, alguien que no solía unirse al coro del periodismo pago, también lo ponderó.
      Tango 'El secreto' también para leer, aunque en formato digital. Pero si no ha sido de tu agrado, es muy probable que tampoco sea del mío.
      Un fuerte abrazo, Maestro!

      Eliminar
  3. Pues te cuento que acabo de leer El secreto de esta autora y me han recomendado bastante este, El jilguero. Me he quedado con la cosilla de leer algo más de ella, así que lo tengo anotado... Tu impresión me dice que, quizás, debo leer antes otras cosas y dejar este aparcado jejeje. Ciertos aspectos que mencionas de este, también lo he hallado en El secreto. Sí que me ha enganchado bastante, pero también me resultó extenso (y son menos páginas que este) y diría que ese algo especial que he encontrado en El secreto (especialmente por cómo está contado y por cómo nos mete en el universo de los jóvenes en los que se centra, con figuras y hechos realmente llamativos) no lo voy a encontrar en este de El jilguero creo yo. Entonces... mil y pico de páginas, ciertas cosas comunes (parece que el tema este de los excesos, drogas, etc. está muy presente en sus obras) que justo no me han entusiasmado del otro... No me convence. No sé si regresaré o no a esta autora, desde luego, tiene a muchísimos lectores afines; y a mí, aunque El secreto no me haya encantado, sí que he llegado a valorar su estilo. Pero no sé, me quedo indecisa (¡hay tanto por leer que una tiene que seleccionar muy mucho sus lecturas!).
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, María!
      Mil perdones porque acabo de tomar nota de este comentario tuyo.
      Como señalé, a mi me han dejado solo después de proponerme una lectura conjunta -algo que detesto; yo no sería capaz de semejante falta de seriedad-.
      Yendo al texto, se lleva bastante bien hasta el tercio final. Ahí cae en lo inverosímil y en la resolución fácil. Si me preguntas, me parece bien que lo dejes pasar. Más de un millar de páginas en vano, habiendo tanto para leer, mucho más trascendente, pues...
      Un fuerte abrazo, Maja.

      Eliminar