I.
Me llegó por propuesta de libreros amigos
que habrían de abordar el título de marras; la autora me era totalmente ignota.
La curiosidad se fortaleció al saber que tenía en mis manos una reimpresión, no un ejemplar de la
primera edición de 2021; algo llamativo por aquí, donde el consumo de libros en
papel ha bajado sustancialmente, no solo debido a la emergencia sanitaria de
los últimos años, sino a la explosión que las ediciones en formato digital han
tenido desde entonces.
II.
Los nueve relatos que componen el volumen –escritos
durante la pasada década de los ’60- están protagonizados por mujeres, la
mayoría de ellas en su juventud, bajo diversas circunstancias. Quizás el nervio
conductor de los mismos se encuentre en cierta inquietud que viven sus
personajes que, tarde o temprano, deriva en tragedia o en perversión.
III.
La seducción que produce un hombre
con joroba en el teatro; una enferma de tuberculosis que cree más en una cura
de reposo en la costa que en su medicación; una mujer que sospecha un
embarazo no querido; otra, que detesta a las niñas, mientras compra ropa para
niños; una joven adoptada que siente culpa por un trauma infantil, son parte de
la extraña narrativa que la autora propone, en medio de atmósferas donde fantasía
y realidad se entremezclan.
IV.
Haciendo uso de un puñado de escenas violentas
-donde el sexo se asocia al dolor físico, de neto corte masoquista- y otras desopilantes
–como la que una supuesta moribunda comienza a dejar mensajes para la próxima
pareja de su marido-, Kōno urde historias que desnudan el sometimiento femenino
tras la hipocresía de un patriarcado, que se esconde bajo una supuesta igualdad
de derechos que no es tal.
V.
Con un estilo directo, algo mordaz y
carente de sutilezas, Kōno se permite exponer claramente el rechazo a la
maternidad así como el gozo pleno de la sexualidad femenina en alguna de sus
protagonistas -algo que debe haber sido avanzado (y revulsivo) para la época en
que fueron escritos los relatos-. Si además se les añade pensamientos salvajes
en medio de la apacible vida cotidiana y finales que, por momentos, dejan
perplejo al lector, el conjunto podrá ser del agrado o no de éste, pero nunca pasará
inadvertido. Algo totalmente distinto, que brinda interesante material
literario para el debate en grupo.
Querido Marcelo, lo que más me gusta es lo raro raro es. Soy muy fan de los relatos/libros inesperados que me sorprenden. Echaré de menos la sutileza porque está en la lista de cualidades favoritas pero bueno, haré visita gorda. Me ha causado curiosidad.
ResponderEliminarBesitos intrigados
Guapa amiga, si quieres algo diferente de origen nipón, éste es el libro. En una sociedad tan tradicional como la japonesa, que aún en los pasados '60 mantenía cierto patriarcado, esta autora eleva la voz de aquellas mujeres 'mal vistas'; es decir, las que deseaban poder elegir no ser madres y disfrutar plenamente del sexo, entre otras cosas.
EliminarNo sólo resulta provocadora; en ciertas escenas, escandaliza. Te gustará.
'Escándalo, es un escándalo...' (Raphael, el Niño).
Besitos escandalosos.
Recuerdo que leí a esta autora.Me produjo malestar( por decirlo suavemente) el grado de sadismo en algunos de sus personajes. Es interesante como bien decís,Marce,que en una sociedad como la nipona esta mujer haya alzado su voz frente al patriarcado. Me hubiera gustado una lectura grupal porque tiene para debatir y “sacar a luz” varios temas. Salvo ciertas cosas en la traducción que honestamente me molestan me prometo releerlo.
ResponderEliminarRecuerdo tu comentario acerca de la traducción; no te había gustado nada. Como tampoco las escenas fuertes que contiene. Pero creo que su registro tiene que ver como una forma de rebelarse contra el solapado patriarcado de su tiempo. En ese plano, configura una voz de protesta y una denuncia. Con tiempo, es material de relectura y debate.
EliminarUn beso, Teresa.