I.
Los hechos más triviales pueden oficiar
como disparadores de lecturas. Departíamos entre amigos lectores, con algo de
nostalgia, sobre las escasas ediciones actuales en cartoné que otrora solían revestir libros de colección, cuando
recordé la existencia de este título, que una lectora transatlántica había recomendado hace ya largo tiempo. Aprovechando
que mis lecturas se debatían entre gráciles relatos y sesudas novelas, decidí
intercalarlo como elemento disruptivo.
II.
Este texto recoge un hecho histórico
dramático, si bien no compone una novela
histórica al uso. En agosto de 1944 tiene lugar una insurrección en
Varsovia contra la ocupación alemana. El Ejército del País (Polonia) no cuenta
con armamento suficiente y, al poco, los barrios son reducidos por la
artillería nazi. El ejército soviético, agazapado del otro lado del Vístula,
espera el desgaste de los contendientes para invadir sin oposición el
territorio polaco y llegar hasta Berlín.
III.
El libro se encuentra dividido en
dos partes: Verano de 1944 y Hasta el Elba. En ambas, su protagonista
es Piotr Kwinto, un polaco en la treintena que, habiendo sido capturado por los
rusos y tras cinco años de prisión, regresa a su tierra con la milicia
soviética y encuentra una Varsovia devastada. Por toda compañía se halla el profesor
Gil, antiguo docente universitario, que subsiste gracias a traducciones de
libros clásicos para el nuevo Estado, y un puñado de personajes secundarios que
encarnan al militante, al traidor, al pensador, al hombre de acción, al
comunista y al fascista, entre otros.
IV.
Miłosz exhibe una Polonia arrasada –que cambia de manos, entre nazis y
soviéticos-, cuyo poder legal se refugia en Londres, mientras que las fuerzas
locales, divididas entre las de extrema derecha y las comunistas, se debaten ante
la resignada aquiescencia de la población, que entiende que nada puede hacer;
sólo someterse a los poderosos de turno. Para colmo, un fuerte sentimiento
antisemita impregna los debates que tienen lugar en sus páginas.
V.
Con una prosa directa y coloquial, descripciones
precisas, sin escenas cruentas ni golpes de efecto, el autor construye una
ficción en la que a sus protagonistas, ante las circunstancias fatales del
momento, solo les resta tomar el camino del exilio o encerrarse en sí mismos y
refugiarse en las letras. Una novela que condensa un friso de época.
Interesante para quien desee indagar en la Polonia del período y, a la vez, disfrutar de buena literatura.
Querido Marcelo. Seguro que ya sabes lo que va a pasar. Aunque el autor haya sido considerado y nos ahorre detalles horribles y cruentos, la historia es una auténtica pedrada. Por la situación y lo que le toca pasar al pobre hombre.
ResponderEliminarMe hacen falta historias más luminosas y amables.
Besitos escurridizos
Es una narrativa despojada de golpes bajos y de escenas fuertes, sin perder el objetivo de reflejar las tristes y escasas alternativas que tenía el sufrido pueblo polaco.
EliminarBesitos históricos.