I.
Apenas se tradujo esta obra, los
comentarios –escasos, aunque auspiciosos- renovaron mis preferencias por el
autor luso. Pero hube de esperar significativamente su llegada en versión digital,
pues su edición en papel nunca circuló por estos lares. La idea de establecer
la presencia del río como elemento convocante hizo que lo incluyera bajo este
marbete, y la larga ausencia de sus textos entre mis lecturas aportó el resto.
II.
Este libro, al que no podría definirse como
novela ni como ensayo –más bien, una suerte de memorias sui generis- compila reflexiones que el propio autor
recoge entre el 21 de marzo y el 4 de abril de 2007, a través de capítulos
diarios, mientras convalece de una cirugía de colon que se le practicara oportunamente
en Lisboa.
III.
Con el dolor que acecha e incapacitado para
cualquier otra cosa que no sea la espera que mejore su salud en el
posoperatorio, Lobo Antunes se remite a evocar algunos momentos de su infancia
en el pueblo, particularmente cuando acompañaba a su padre a las excursiones en
el río Mondego, en esa época ya tan lejana. Es que, cuando el malestar arrecia,
parece natural que tendamos a consolarnos recordando un período donde todo era
candor e inocencia.
La versión digital, gentileza de Biblioteca Secreta
IV.
Destaco la prosa poética elegida por el autor
y su estilo narrativo. Por momentos, el texto resulta ecléctico: intercala
aquellas escenas infantiles con la realidad de su internación actual. Como si
el efecto de los analgésicos definiera raptos de lucidez, seguidos de dolores
agudos y el fantasma de la muerte que ronda, que hacen necesaria la fuga a esos
tiempos donde todo era descubrimiento y aventura. No es casual que el libro
comience con la presencia (fantasmal) de su abuelo leyendo el diario y su abuela,
ambos muertos largo tiempo atrás.
V.
Con escenas emotivas, reflexiones interesantes sobre la vida que fluye –al igual que ese río Mondego- evocando una niñez feliz, este texto ambulatorio entre el pasado más remoto y el incómodo presente, no encarna otra cosa que el noble (di)vagar de un enfermo. Original tanto en su estructura como en la forma de ensamblar recuerdos, es un libro que despierta la empatía del lector y deja poso para meditar.
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