miércoles, 18 de octubre de 2023

La prisión rusa. Un día en la vida de Iván Denísovich, Alexandr Solzhenitsyn

Tusquets, 2009


 I.

               Fue una grata sorpresa el haberlo encontrado en el estante de una librería que no suelo visitar. Sin dudarlo, me hice del ejemplar porque ya era un título faltante –corría mayo de 2014- y suponía que la situación iba a ir para peor. Habiendo tomado nota del tiempo transcurrido, y que sólo había visitado el célebre Archipiélago Gulag del autor, me pareció oportuno incluir el título como lectura del año en curso.

II.

                La historia que narra es un día completo en la vida de Iván D. Shújov durante su paso por la prisión, un amigo del autor a quien le endilgaron 10 años de trabajos forzados en Siberia por haberse dejado capturar por los alemanes y, por ello, ser sospechado y acusado de traidor y colaborador. No solo detalla cómo cada recluso ordena su día en pos de cumplir la tarea diaria que se le asigna al grupo al que pertenece, sino de los problemas que acarrea caer enfermo, o no alcanzar la meta propuesta para ese día que, en todos los casos, siempre conduce a una disminución de la ración de alimento diaria, ya de por sí escasísima –cuando no se acompaña de aislamiento, pero con trabajo-.

III.

               El libro asume carácter testimonial al describir la rotación de los condenados en el sistema penal; las condiciones infrahumanas a que son sometidos ya por los guardianes, ya por los propios capataces de grupo; los problemas que genera la hostilidad de un clima tan riguroso gran parte del año; en suma, la vida cotidiana en una prisión rusa. Todo configura una denuncia del Gulag carcelario de Stalin, donde uno debería sentirse feliz de poder contar la historia si llegara a alcanzar la libertad. Las condenas pueden alargarse por cualquier tontería.

IV.

                La novela resulta hipnótica. Describe con lujo de detalles el quehacer del protagonista, desde que amanece hasta que vuelve a su descanso, no sólo narrando su comportamiento sino también haciendo conocer a los lectores aquello que piensa y el porqué de ese pensamiento, siempre en aras de no ser castigado, de conseguir algunos elementos en el mercado negro -tabaco, por ejemplo-, en una palabra… de sobrevivir, en un entorno de competencia y camaradería entre reclusos, no exento de la presencia de soplones.

V.

               Con una prosa descarnada pero fluida, escenas de crudo realismo y diálogos bien provocados, Solzhenitsyn construye una novela que refleja el acontecer diario en un campo de trabajo donde el único alivio es que el termómetro marque 42° (bajo cero) para no tener que salir a trabajar. Un libro breve que contiene una obra testimonial más que valiosa. Para no dejar pasar.

2 comentarios:

  1. ¡Hola!

    Nunca he leído sobre los gulags ni las experiencias que se vivieron allí. Tomo nota, porque parece una lectura de lo más ilustrativa. ¡Muchas gracias por tu reseña!

    Nos vemos entre páginas
    La vida de mi silencio

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    1. Lamentablemente, es tan ilustrativa como triste y deplorable. Pero alguien que la vivió debía escribirla y hacerla trascender.
      Gracias por tus palabras de aliento.

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