I.
Era buena la ocasión para visitar
esta obra breve del autor, tras cierta ausencia en mis lecturas. Sin estar a la
altura de sus novelas más reconocidas, mantiene esa mirada minuciosa y la construcción
de personajes como sólo él supo hacerlo. De hecho, este trabajo que se debate
entre la ficción y la biografía –Dostoyevski era un adicto al juego de ruleta-
fue encarado contra reloj, puesto que un contrato que le supuso un jugoso
anticipo, lo privaría de la propiedad de todas sus obras si no cumpliese con la
fecha de entrega, tal como lo expresa G. Suazo en su Prólogo.
II.
La historia está ambientada en Ruletemburgo,
donde se dan cita gentes de todo el orbe para el juego de ruleta. Alexei
Ivánovich es un joven preceptor y el narrador –años después- de los sucesos. Es
empleado del General, quien espera ganar en el juego una considerable suma y
así poder desposar a mademoiselle Blanche por quien está locamente enamorado. En
igual trance se encuentra Alexei respecto de la caprichosa Polina Alexandrovna.
Acompañan a éstos el francés Des Grieux, quien le ha facilitado un préstamo al
General, y míster Astley, un inglés acaudalado.
III.
Por su parte, el General está pendiente
de las noticias que llegan desde Rusia, donde la abuela Antonida Vasilievna
parece hallarse en trance de muerte y, con ello, a punto de capitalizar su
herencia. Pero la babulinka no solo
goza de buena salud, sino que se les apersona en la ciudad y comienza a perder gran
cantidad de dinero en la ruleta. Esta situación desnuda la dependencia del resto
de los personajes de la suerte de la abuela: si no gana no habrá herencia, ni
cobro del préstamo ni casamiento…
La versión digital, gentileza de EpubLibre
IV.
En realidad, toda la novela es
una sátira al comportamiento del que los rusos con recursos hacen gala cuando
están en el extranjero: aparentan prodigalidad con aquellos que los rodean, con
lo cual los arribistas están a la orden del día. Con la debida distancia, el
lector asiste a poco menos que un carnaval
ruso, donde cada personaje sostiene un disfraz social, cuando en el fondo
el porvenir de todos ellos está sujeto al éxito o al fracaso –propio y ajeno-
en el juego.
V.
De estilo coloquial y ameno, con escenas desopilantes y diálogos bien provocados, el maestro ruso construye una novela que recoge su propia mirada crítica sobre sus dos pasiones: el amor y el juego. Una obra ágil y divertida, para deleitarse con sus letras.
Pendiente está este señor de entrar en la cantina, querido Marcelo. Pero antes de abordar las grandes obras como Los hermanos Karamazov, tenía en plan conocerlo con obras más breves y sencillas como este y El idiota. A ver si me animo pronto con él.
ResponderEliminarBesitos comprometidos
Me alegra saber que lo incorporarás, Guapa. Lo cierto es que te sugiero que comiences por éste -hasta resulta divertido-; con 'El idiota' puede irte no tan bien. Que lo disfrutes!
EliminarBesitos aclaratorios.