I.
Apenas producido el apagón
sanitario de 2020, un lector transatlántico comenzó a deshacerse de sus libros digitales
y me envió éste con una recomendación especial. Reacio a encarar un libro de
relatos, pasó a ser parte del tótem de pendientes. Al año, lanzaron una
compilación de los libros de cuentos de Moore y tomé contacto con alguno de
ellos merced a un taller de lectura. Despertada mi curiosidad, recordé aquél
obsequio y decidí darle curso.
II.
Esta docena de relatos de variada extensión
presenta, en su mayoría, situaciones cotidianas en las que, a simple vista, los
personajes transitan vidas ordinarias. Así, una reunión familiar para fines de
año; una estrella del cine porno que regresa al hogar paterno; una pareja que
ha decidido cambiar de casa; un viaje a Irlanda entre madre e hija; la estadía
en la sala de pediatría oncológica, no parecen ofrecer mayor interés. Sin
embargo, son esos contextos tan comunes los que otorgan fuerza narrativa a lo
que ocurre en el interior –de los relatos y de sus personajes-.
III.
Soledades inconducentes y mal
llevadas, perdedores seriales, sentimientos de culpa e infidelidades varias,
melancolía de lo que se ha perdido, vidas rutinarias y aburridas son tópicos
que se ocultan tras la fachada de una vida normal, donde todo parece estar
ordenado y en su lugar. Muchos de estos sentires se disparan tras un comentario
casual, una mirada de soslayo, un reencuentro o una charla entre amigos o
desconocidos.
IV.
Tomados en conjunto, estos relatos dan al
traste con la imagen de éxito que la sociedad norteamericana promueve a través
de una férrea industria basada en los mass
media –más destinada al consumo de la propia ciudadanía que a convencer al
resto del mundo-. Moore deja en claro que la vida que subyace en ellos es como
la de cualquier mortal, con sus alegrías y sus tristezas, pocas veces
satisfecha y feliz,
‘Este
tabú de la edad es para hacernos creer que la vida es larga y que nos mejora,
que somos más sabios, mejores, más cultos cuanto más tiempo pasa. Es un mito
inventado para que los jóvenes no sepan lo que realmente somos y así no nos
puedan despreciar o matar. Los mantenemos ignorantes, sin preparación, y les
hacemos creer que hay algo más en el futuro que arrepentimiento y decrepitud.’
V.
En un estilo directo y ameno, con
frases mordaces –como la anterior-, cierta dosis de humor y escenas memorables,
Moore construye un universo algo desolador que no elude, en ocasiones, ni lo sensible
ni lo epifánico. Seguramente, estará entre las mejores lecturas del 2024.
No hay comentarios:
Publicar un comentario