jueves, 8 de agosto de 2024

Trilogía africana. 2. Me alegraría de otra muerte, Chinua Achebe

Debolsillo, 2014
 I.

               En este segundo volumen de la trilogía nos adentramos en otra realidad africana: la de quienes tienen la oportunidad de prepararse en el exterior y vuelven a su tierra. Y lo hacemos de la mano de Obi Okonkwo, nieto del protagonista de la novela anterior. Obi es hijo de Isaac, quien abandonara su casa y tribu al convertirse al cristianismo. En esta ocasión, la historia se traslada hacia mediados de los años ’50, poco antes de proclamarse la independencia del país.

II.

                La novela se inicia con un juicio a Obi, cuya condena está al caer. Este joven era una promesa de los habitantes de Umuofia, la aldea familiar, que gracias al empeño y dedicación en sus estudios le permitieron alcanzar una beca para estudiar en Inglaterra, facilitada por la Unión Progresista, entidad cuyo fin principal es lograr instalar en el gobierno a su gente, de manera de forzar la salida del colonialismo. La beca no es gratuita: una vez que el becario regresa a su tierra, debe devolver lo invertido por la Unión, en cuotas.

III.

               Apenas llega, y tras la celebración popular de sus estudios –que debieran haber sido en derecho y fueron en filología inglesa, desairando los mandatos tribales-, consigue un puesto de funcionario auxiliar, con un ingreso importante. Habiendo estado ausente cuatro años y absorbiendo la cultura occidental, Obi intenta alcanzar las aspiraciones de todo joven: tener un auto, conseguir una novia y disfrutar de la vida. Pero el reclamo familiar no se hace esperar y tampoco el recordatorio de su deuda. En su desconocimiento, va cometiendo error tras error y endeudándose cada vez más. La única salida que le queda es la que utilizan los funcionarios de Nigeria: aceptar sobornos.

IV.

                Así, Achebe nos presenta a un joven inexperto, que no responde ya ni a los cánones de sus ancestros ni tampoco a la realidad sociopolítica de Lagos, Nigeria, pues retorna embebido en los valores propugnados por el capitalismo occidental. Es decir, en su tierra Obi es un paria. Para colmo, la joven con la que se compromete pertenece a un estrato igbo incompatible con su familia. El desarraigo, los mandatos sociales y familiares a los que hay que responder, sin incurrir en la deshonra, y la incertidumbre de cómo actuar en un medio social desconocido son el leit motiv de esta novela.

V.

                Con estilo directo y prosa fluida, diálogos jugosos y personajes bien delineados, el autor ofrece un cuadro de época: los problemas de la generación que comenzó a prepararse en el exterior y regresa a un África aún colonial, donde la corrupción estatal está extendida y los va cercando lentamente, aun a quienes se resisten. Una novela breve, con mucho poso para meditar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario