sábado, 7 de septiembre de 2024

e-book 161. Retratos de la infelicidad. Recorre los campos azules, Claire Keegan

 

Eterna Cadencia, 2008

I.

               Poco antes de su dispersión, un grupo lector optó por este título en razón de que varios de sus miembros lo tenían no sólo apuntado sino en posesión y pendiente de lectura. A la hora de compartir apreciaciones, los asistentes fuimos escasos, lo que lamenté sobremanera, pues coincidimos en que había sido uno de los mejores libros de relatos y quizás el título que más habíamos disfrutado en las lecturas compartidas por el grupo, en su breve existencia.

II.

                El libro está constituido por ocho relatos de variada extensión, que alternan distintas situaciones y geografías, aunque en su mayoría tienen lugar en el ambiente rural irlandés. Keegan se vale de múltiples recursos narrativos –analepsis, prolepsis, monólogo interior, etc.- para ofrecer un cúmulo de retratos en los que el nervio conductor que los hilvana es la infelicidad que padecen sus protagonistas, intentando dar un vuelco a sus vidas para que todo pueda volver a cobrar un sentido que se ha perdido.

III.

               La separación de una pareja, por unos caballos; la invitación del sacerdote a la boda que acaba de celebrar; la devolución de un anillo de compromiso; el cumpleaños de un estudiante, invitado por su madre y padrastro; una rara visita a una artista residente, no parecen tener mucho en común. Sin embargo, los secretos que se ocultan en cada uno de los textos van surgiendo a medida que se desarrollan sus tramas, en medio de una atmósfera que trasunta soledad, tristeza, melancolía, resignación y, a veces, la esperanza de dejar algunos horrores atrás.

La versión digital, gentileza de Biblioteca Secreta

IV.

                Es de resaltar el trabajo literario de la autora a la hora de presentar las historias, revelando lentamente los hechos que originan esa sensación de frustración total de sus personajes -situaciones de abuso sexual o de discriminación, infidelidades, desencantos, renuncias y abandonos-, casi sin notarse, como al pasar, de manera que es el lector quien va ensamblando las partes mientras arriba a una composición final más completa y abarcadora. Esto solo, ya justifica su lectura.

V.

               Si además se nutre de un estilo directo de frases breves que atrapan desde el inicio con su lenguaje rústico y descarnado, escenas memorables y descripciones tan sucintas como rotundas, cada relato se disfruta por sí solo, brindando al conjunto una fluidez sin par. Para quien no suele frecuentar colecciones de relatos como quien escribe, decir que estará entre los mejores libros del año en curso, es toda una definición. Una excelente ocasión para prodigarse buenas lecturas.

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