I.
Surgió como propuesta en un
taller de lectura de una reconocida librería local y, como ya había transitado
las letras de la autora –bajo el género policial-, decidí incluirme entre los lectores, de manera de ampliar mis apreciaciones sobre el universo narrativo de
la escritora polaca. Grande fue la sorpresa al enfrentarme por vez primera a un
estilo de relato totalmente fragmentario, que demandó un seguimiento anotado
para poder componer el conjunto de la novela.
II.
Antaño es el nombre de un pueblo ficticio
ubicado en el corazón de Polonia: el centro
del universo, según su narrador/a, quien nos habrá de allegar la historia de
sus pobladores y los avatares a que han sido sometidos desde 1914, fecha de
inicio del relato. En realidad, la idea de Tokarczuk es focalizar en algunas
familias del pueblo y exhibir el paso del tiempo –y de la Historia- en esas
vidas. Así, cada uno de los episodios comienza con la frase: Tiempo de… junto al nombre de un
personaje, un lugar, un objeto o un juego.
III.
En principio, la trama comienza
con Genowefa y Michał. Ella, embarazada
de Misia, y él, partiendo hacia el frente ruso, del que tardará cinco años en
volver. Junto a ellos estará Espiga, la joven prostituta del pueblo, el señor
Popielski –dueño de la heredad-, el cura y un puñado de vecinos y descendientes
cuyas historias se verán entrelazadas. Asimismo, Popielski recibirá un juego,
que consta de ocho mundos concéntricos, en el que también participa Dios.
La versión digital, gentileza de EpubLibre
IV.
A poco de adentrarnos, el libro se convierte en
una pequeña maravilla donde el realismo mágico convive con los cambios que se
suscitan en sus personajes: primero, por efecto de las dos guerras mundiales;
luego, por las de ambas dominaciones –alemana primero, rusa después-, logrando
sobrevivir a pesar de las penurias y desgracias. Si a esto le sumamos
reflexiones acerca del cambio y la inmanencia de los tiempos, la extensa vida
de los árboles y la germinación a través de micelios que sostienen a la naturaleza,
estamos ante una obra que ya de por sí merece ser leída.
V.
En estilo directo y coloquial, que por momentos alcanza el lirismo, sin ahorrarnos escenas románticas ni las violentas –asesinatos, violaciones, etc.-, como así tampoco cierta dosis de humor, Tokarczuk nos ofrece una novela que bien puede leerse como un sentido homenaje personal hacia su propia familia y quienes fueran parte de su entorno. Una obra muy original, que hará el deleite de todo buen lector. Entre las mejores lecturas del año en curso, sin dudas.
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