miércoles, 6 de noviembre de 2024

e-book 166. La temporalidad de la vida. Un lugar llamado Antaño, Olga Tokarczuk

Anagrama, 2020
 

I.

               Surgió como propuesta en un taller de lectura de una reconocida librería local y, como ya había transitado las letras de la autora –bajo el género policial-, decidí incluirme entre los lectores, de manera de ampliar mis apreciaciones sobre el universo narrativo de la escritora polaca. Grande fue la sorpresa al enfrentarme por vez primera a un estilo de relato totalmente fragmentario, que demandó un seguimiento anotado para poder componer el conjunto de la novela.

II.

                Antaño es el nombre de un pueblo ficticio ubicado en el corazón de Polonia: el centro del universo, según su narrador/a, quien nos habrá de allegar la historia de sus pobladores y los avatares a que han sido sometidos desde 1914, fecha de inicio del relato. En realidad, la idea de Tokarczuk es focalizar en algunas familias del pueblo y exhibir el paso del tiempo –y de la Historia- en esas vidas. Así, cada uno de los episodios comienza con la frase: Tiempo de… junto al nombre de un personaje, un lugar, un objeto o un juego.

III.

               En principio, la trama comienza con Genowefa y Michał. Ella, embarazada de Misia, y él, partiendo hacia el frente ruso, del que tardará cinco años en volver. Junto a ellos estará Espiga, la joven prostituta del pueblo, el señor Popielski –dueño de la heredad-, el cura y un puñado de vecinos y descendientes cuyas historias se verán entrelazadas. Asimismo, Popielski recibirá un juego, que consta de ocho mundos concéntricos, en el que también participa Dios.

La versión digital, gentileza de EpubLibre

IV.

                A poco de adentrarnos, el libro se convierte en una pequeña maravilla donde el realismo mágico convive con los cambios que se suscitan en sus personajes: primero, por efecto de las dos guerras mundiales; luego, por las de ambas dominaciones –alemana primero, rusa después-, logrando sobrevivir a pesar de las penurias y desgracias. Si a esto le sumamos reflexiones acerca del cambio y la inmanencia de los tiempos, la extensa vida de los árboles y la germinación a través de micelios que sostienen a la naturaleza, estamos ante una obra que ya de por sí merece ser leída.

V.

               En estilo directo y coloquial, que por momentos alcanza el lirismo, sin ahorrarnos escenas románticas ni las violentas –asesinatos, violaciones, etc.-, como así tampoco cierta dosis de humor, Tokarczuk nos ofrece una novela que bien puede leerse como un sentido homenaje personal hacia su propia familia y quienes fueran parte de su entorno. Una obra muy original, que hará el deleite de todo buen lector. Entre las mejores lecturas del año en curso, sin dudas.

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