Debolsillo, 2010
I.
Adentrarse en el pasado de la
península balcánica puede resultar todo un desafío; máxime cuando el mismo
terreno fuera hollado por otomanos, austro-húngaros, yugoslavos en un raid de
cuatrocientos años. La geografía ha cambiado; sus habitantes han cambiado. Nada
parece haber quedado en pie, salvo ese puente sobre las aguas del Drina en Višegrad,
Bosnia.
II.
Ivo Andrić nos relata a través de
historias y leyendas de pueblo cómo fue cambiando la geografía y sus gentes,
desde principios del siglo XVI hasta la Primera Guerra Mundial, incluida. Fue
la necesidad de mantener comunicación con el occidente de su imperio que los
turcos hicieron construir semejante obra sobre el río, al que antiguamente sólo
podía cruzarse en balsa. El puente, entonces, se convertía en un paso obligado
para comerciar tanto como para satisfacer las necesidades de la fe musulmana.
III.
Este canal se vio afectado por la
llegada de los boches –el ejército
austro-alemán- a fines del siglo XIX, cuando el emperador Francisco José I
anexó los terrenos. Algunos años más tarde construyó una red ferroviaria que
volvió innecesario el puente. Sin embargo, los arrestos independentistas que
comenzaron a surgir a principios del siglo XIX –fortalecidos por el triunfo del
ejército serbio sobre los turcos y luego sobre los búlgaros entre 1912 y 1913
en la llamada Guerra de los Balcanes-, culminó con el inicio de la IGM y el
desmembramiento del territorio, donde el puente volvió a cobrar vida.
IV.
Cristianos católicos, ortodoxos,
judíos y musulmanes han convivido –con mayor o menor tolerancia- a lo largo de
todo este tiempo en ese terruño. Andrić ni siquiera se ocupa de lo ocurrido a posteriori; sólo nos entrega una
mirada retrospectiva sobre un pueblo arraigado a la tradición, resistente a los
cambios –geopolíticos y sociales-, apegado a sus costumbres y con cierto
respeto por el vecino, aún con valores y creencias divergentes.
El puente que da título al libro
V.
Con una prosa fluida y personajes
bien delineados, Andrić utiliza como eje unitivo el puente Mehmed Paša
Sokolević para tejer una novela con muchos elementos de historia oral, mitos y
cierto grado de nostalgia por algo que ya no existe. En este aspecto, el libro
se transforma en un testimonio de época. Muy llevadero e interesante para quien
desee acercarse a la historia de esos pueblos.
Me quedo con la lección de historia pero me conformo con eso. Aunque no llegue a donde me temía, no lo veo para mí que estoy con el modo Navidad on, mientras me quede juventud.
ResponderEliminarBesitos jingle bells
Es un libro interesante para conocer un poco más sobre la historia de esos países.
EliminarDile a Santa que, si viene por aquí, le ponga protector solar a los renos.
Besos.
Me interesa mucho, lo apunto. Desde que estuve en Croacia y Bosnia me interesa mucho saber de su historia hasta llegar a la famosa guerra de los Balcanes de la que vi algo más que rastros en mi viaje.
ResponderEliminarEn mi ignorancia acabo de leer que le concedieron el Nobel en 1961, razón de más para indagar en su obra que he visto no es muy larga.
Abrazos agradecidos por el descubrimiento!!
A mi me pareció interesante y fluido. Me hubiera gustado poder compartir contigo un viajecito a esos parajes; no sólo resulta atractivo el panorama, sino que además puedes vivir un poco de la historia.
EliminarAdemás, ¿cómo han podido convivir culturas y religiones tan diferentes durante años -mientras que en otros lados del mundo eso ha sido inviable-?
Recibe un fuerte abrazo, U-to!
Pues aquí está la prueba de que lo apunté a raíz de tu reseña. Gracias mil, me ha gustado mucho la novela.
EliminarAbrazos!!
Me alegras mucho. Conozco tu pasión por visitar los parajes que se describen en libros que lees así que, cuando puedas visitarlo, abraza simbólicamente a ese puente de mi parte. Él en persona se ha tendido entre nuestras lecturas.
EliminarUn gran abrazo!
Hay por casa una vieja edición de este título. Me sucede como a Laura, aunque yo no he viajado allí, tengo un gran interés por la historia y literatura de los Balcanes y toda esa zona geopolítica. De hecho mi biblioteca alberga unos cuantos autores de dicha procedencia. Es fascinante el protagonismo que han tenido los puentes en la historia de la humanidad.
ResponderEliminarBuen libro y comentario :)
Abrazo Marcelo.
Gracias, Paco, por alentarme. Realmente, en los últimos tiempos, recurro a estos libros -intercalados entre otros más ligeros- con al afán de comprender un poco más el mundo en el que vivimos y, fundamentalmente, cómo llegamos a esto.
EliminarEn virtud de haber compartido la lectura de Bunin, tienes una primicia: declaro al 2017 'Año Ruso', al cumplirse el próximo octubre un centenario de la revolución bolchevique. Abundará este espacio en lecturas de ese origen.
Yendo a éste, es un librazo. Dispara la curiosidad de leer más acerca de toda esta región, os lo aseguro.
Un fuerte abrazo, amigo! Y dales a tus tres mujeres un gran beso de mi parte.
Marcelo, gracias por adelantarme la primicia :)
EliminarMe parece una iniciativa magnífica y disfrutaré con tus estupendos comentarios. Por cierto, en el anterior comentario olvidé decirte que estos días también estaba leyendo a un autor de los Balcanes, bonita coincidencia, no doy más pistas!
Cuidate.
Me haces picar la curiosidad, Paco. Esperaré ansioso tus líneas.
Eliminar¡Qué bueno que transitemos letras del mismo origen!
Recibe un fuerte abrazo.