viernes, 27 de enero de 2017

e-book 15. Álbum familiar. Mi abuelo, Valérie Mréjen


Periférica, 2007

I.

            Los libros de Mréjen han aparecido bajo este sello editor de súbito, como brote de hierba tras una lluvia copiosa y, por lo que se aprecia en la Red, gozando de buena aceptación. Esta razón unida a su breve extensión –un ejemplar que no alcanza el ciento de páginas-, decidieron su lectura.

II.

            Resulta original el estilo literario. La narradora nos describe en primera persona no sólo las características sobresalientes de su abuelo materno –un ser obsceno y promiscuo en el plano sexual; intolerante, con acento fascista en su inclinación política y cultor de los buenos modales en la mesa- sino de todos y cada uno de los miembros de su familia, utilizando frases cortas y multitud de párrafos, muchas veces sin ilación entre ellos.

Mréjen en la reposera

III.

          Como quien recorre un álbum de fotografías familiar, la protagonista repasa su propia historia a través de anécdotas, recuerdos y observaciones que incluyen muletillas, tics, modismos y cualquier otro elemento discursivo que permita establecer psicológicamente un estereotipo del personaje abordado. Además, siempre en una atmósfera íntima, el texto incluye escenas en las que se sugieren perversiones -no confirmadas- y algunas disparatadas que arrancan risas en el lector.

IV.

           Ameno, directo y mordaz, el libro retrata perfectamente a una generación nacida a fines de los ’60 que creció en medio de rápidos cambios en la forma de vincularse y de comunicarse. Lo hace con desenfado y cierta mirada crítica, aunque sin juicio de valor alguno. Un libro para acercarse al universo de Mréjen.

6 comentarios:

  1. Qué abuelo más majo, vaya. No me gustan los párrafos que no ilan, me parece que estoy leyendo un borrador de ideas.
    Creo que no.
    Besitos convalecientes

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    1. Mréjen delinea a los demás personajes en base a reunir datos; sólo que los va entremezclando.
      ¿Has estado pachucha debido al frío? He visto cómo ha venido vuestro invierno. Aquí, enero no ha sido tan agobiante como otros veranos.
      Besitos llenos de sol, y que te mejores, Guapa!

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  2. Hola Marcelo

    Esos libros los leo rápido, adrede, para que la sopa de letras (ideas) se reúnan y se posa en el cerebro y te da la idea de conjunto, no lo pone fácil y así es más bonito el leerlo. Adoro ese tipo de novelas, quizás acostumbrado a algún tipo de poesía en la que importa más la impresión del momento de lectura que la ilación interesada de datos o imágenes. Además te dan la posibilidad de interpretar a tu manera el libro desde el punto de vista de que no te da cocinada aquella sopa, tú la cocinas.
    No conocía a la autora, me la apunto rápidamente
    gracias
    un abrazo

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    1. Hola, Wine
      Ahora que lo señalas, tiene mucho de pinceladas impresionistas; es el lector el que construye con los datos su propia imagen de los personajes. Y la brevedad de su extensión lo obliga a esforzarse en la construcción para alcanzar una visión de conjunto. Es justamente el estilo lo que lo diferencia de la clásica novela bien argumentada. Para mi, toda una novedad.
      Espero que sea de tu agrado.
      Un abrazo grande.

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  3. Hola Marcelo.
    Tengo parecidas consideraciones que Wineruda, me gustan los libros que te exigen esa implicación que comentas, y que se desvían un poco del camino, de lo más convencional. Parece que Mjéren asume ciertos riesgos literarios en clara apuesta por la calidad y originalidad narrativa, además en una novela corta, aplaudo todo eso. Tomo nota.
    Abrazo pibe!

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    1. Hola, Paco!
      Mréjen invita al lector a construir su propia imagen de los personajes que describe; en eso es muy original.
      El resto, es parte de lo cotidiano. Probablemente puedas reconocer algunos tics en ti o en los que te rodean. Libro muy ameno.
      Un gran abrazo, amigo!

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