DeBolsillo, 2003
I.
Primero, fue leer el discurso del
flamante presidente de E.E.U.U. sobre la política a seguir en materia inmigratoria
–incluido su ya famoso muro en la frontera mexicana-. Luego, continuó con la
decisión del elenco gubernamental local de hacer algo en el mismo tono, dando
supinamente la espalda a la historia de esta nación, que se forjó como crisol
de razas y creció gracias a la inmigración. Finalmente, un motivo mucho más profano
me llevó a leerlo.
El motivo más profano
II.
Este libro narra la historia de un
magistrado del Imperio que ha pasado
los últimos treinta años impartiendo justicia en uno de sus fortines
amurallados en los límites del territorio. Del otro lado, en un medio inhóspito,
se encuentra un grupo de nómadas desarrapados, que se alimentan de la pesca o
de labores de cultivo y pastoreo, denominados bárbaros. Como cierto sector de éstos últimamente ha provocado
esporádicos actos de pillaje y saqueos, el Imperio se levanta en plan de guerra
y destina a un policía para efectuar la pertinente investigación, descubrir a
los culpables y brindar una condena ejemplar. Pero el policía no entiende que
los bárbaros comercian con la población del fortín; que muchos de ellos sólo se
dedican a la pesca y no resultan peligrosos; que su aparición es estacional,
cuando el clima lo permite… Todo está servido para llevar adelante la política
del chivo expiatorio.
III.
El problema que se le genera al
magistrado es de carácter ético. Los métodos que aplica el policía para
esclarecer los hechos –desde la captura e intimidación hasta la llana tortura-
le hacen tomar partido por aquellos que se encuentran en estado de indefensión.
Máxime, con el agravante de que una de las muchachas indagadas –atractiva para un hombre viejo y algo promiscuo- será
albergada por él en su casa, con el consiguiente cotilleo pueblerino.
IV.
En este brillante libro y haciendo
gala de una prosa maravillosa, Coetzee nos invita a recorrer la transformación
del magistrado en bárbaro –con todo lo que esto implica-, acusado de
complicidad y traición. Para ello, elabora escenas que plantean dilemas al
lector. ¿Quién es más bárbaro: el que se encuentra fuera del Imperio por
razones culturales y que se niega a ser parte de él, o el que lo ha despojado
de sus territorios, confinándolo a una lenta agonía? ¿Quién se beneficia con la
existencia de un nosotros y un ellos?, ¿debemos condenar a los demás
sólo por ser y vivir de manera diferente? ¿No será esto una excusa para seguir
detentando el poder?
V.
Una obra que obliga a pensar cómo el
poder utiliza en su favor la existencia de cualquier diferencia con los demás.
En este sentido, es más que una novela; es un texto político, cuya lectura no
sólo resulta recomendable, sino imprescindible.
Hola Marcelo
ResponderEliminarHace años leí un interesante articulo que hablaba que tres novelas tenía un tema común, o al menos una similitud sobre lo que hablaban. Las dos primeras las he leído, y son extraordinariamente buenas, “El mar de las Sirtes” de Julien Gracq, y “El desierto de los tártaros” de Dino Buzzati, la tercera era esta “Esperando a los bárbaros” de Coetzee. Y me gusta que tu comentario me hable de que aquello, en efecto, no era cierto. Porque aunque pueda considerarse similar en la espera de un enemigo conocido o desconocido, lo que verdaderamente trata la novela no es para nada sobre lo que trata Gracq ni lo que trata Buzzati. Así que me has alegrado el día, porque tengo esta novela en algún cuadrante de mi biblioteca, y esperará poco rato.:)
Un abrazo
Hola Wine
EliminarPues quien ha escrito ese artículo que señalas no ha leído los libros que indica. En mi caso, he leído éste y el de Buzzati. Y tengo el de Gracq en el tótem de espera.
El de Buzzati refiere a la obsesión de aquel que pasa su vida esperando el momento de entrar en acción en un puesto militar de frontera; éste, sobre cómo el poder se vale de la otredad para defender sus intereses con la hipócrita fórmula de "los bárbaros nos invaden, nos quieren colonizar".
Sabes bien que intento ser prudente con mis apreciaciones de lector; no me arriesgaría a rotular de imprescindible si realmente no lo fuera. Un gran libro, sin duda.
Espero que sea de tu agrado.
Un gran abrazo.
Hola Marcelo.
ResponderEliminarExtraordinario lo del libro y la botella de vino... Me has dejado de una pieza!! :)
Además, antepongo en importancia ese motivo profano, como dices, al discurso vocinglero de Trump.
Esa disparidad de existencias entre los que viven en los límites del territorio y los que están fuera... es tan actual ahora como hace siglos. Si las reflexiones que se suscitan de esa confrontación viene garantizada por esa "prosa maravillosa" de Coetzee... ignorarlo es un pecado de los gordos!!
Gracias amigo por descubrirnos estas joyas :)
Cuídate!
Ja, ja. Yo también he antepuesto el vino al discurso de barricada del (Pato) Donald.
EliminarLo interesante del libro es que desnuda cómo el poder utiliza la imagen de chivo expiatorio -aquellos a los que signa de culpables cuando no lo son- y la violencia ejercida sobre todos los que se oponen o cuestionan esa política.
Imagino que te gustará; además, es bastante breve.
Un abrazo, pibe!
Me gusta bastante Coetzee pero hace tiempo que no he leído nada suyo (pero tengo algo pendiente en la estantería, lo buscaré. Esta novela no la he leído, eso seguro, la recordaría. El tema de la exclusión (o peor, el asesinato) del diferente es un tema que traspasa los tiempos y una característica de la humanidad (por desgracia), qué decir de Trump, me parece un individuo despreciable con toda su carga de machismo, clasismo y racismo...la cólera de los idiotas le ha llevado al poder y lo sufriremos, eso seguro.
ResponderEliminarAbrazos!!
Yo sólo había leído 'La edad de hierro' y no quedé muy convencido. En cambio, éste es de lectura indispensable. Expone de manera incontestable cómo se condena sin mayores motivos y se culpabiliza a cualquiera, con tal de dar riendas al sadismo y la crueldad. Seguro que te ha de gustar.
EliminarUn fuerte abrazo, U-to!
De Coetzee leí uno, Desgracia, que no estuvo mal, me lo apunto gracias!
ResponderEliminarNo leí 'Desgracia' aún, pero lo haré. Este es un libro excelente.
EliminarPara no perder, soldado. Rompa fila, y disfrute.
Abrazo.