Acantilado, 2016
I.
‘Can you
tell me where my country lies?’ es la frase inicial del memorable trabajo
de Génesis, Selling England by the Pound,
que inspiró mi encabezado. ¿Qué hacer -ya se lo preguntaba Lenin- cuando todo el mundo conocido, los
ideales bajo los que hemos vivido y por los que hemos luchado –aun ofrendando
las vidas de nuestros hijos, maridos, esposas-, se desmoronan y se convierten
en nada? ¿Cómo mantener la cordura cuando todo el marxismo – leninismo de
nuestros abuelos ha sido dejado de lado en un abrir y cerrar de ojos a manos de
un capitalismo voraz que usufructúan unos pocos? De eso habla este libro.
II.
Aleksiévich (sic) recoge en esta
oportunidad los testimonios de aquellos que se quedaron sin pasado y sin
futuro. Nacidos bajo el dominio soviético, con la férrea conducción de Stalin,
muchos de los entrevistados añoran esos tiempos, más allá de las purgas y el
Gulag, porque el comunismo les otorgaba una identidad propia; identidad que
perdieron con la renuncia de Gorbachov y lo que toman como una traición de
Yeltsin.
III.
Por otra parte, el desmembramiento
de la U.R.S.S. en muchos lugares trajo aparejada la lucha armada, debido a que
las repúblicas ahora independientes y –supuestamente- soberanas mantenían
disputas territoriales con sus vecinos, lo que a la pérdida de identidad habrá
que sumar el flagelo de la guerra.
IV.
El libro resulta entonces una suerte de
coro polifónico de voces, donde conviven estalinistas acérrimos, desilusionados
de la perestroika, rebeldes contra el nuevo poder central de Putin y toda una
gama de ciudadanos que no saben cómo adaptarse al nuevo capitalismo imperante
en los mismos lugares donde antes compartían el atraso y el hambre.
V.
Así, los testimonios reflejan
magníficamente el desencanto, la apatía y la nostalgia de la sociedad rusa; los
cambios suscitados desde el abandono del comunismo hasta la implementación de
la economía de mercado; quiénes se han enriquecido con el capitalismo y quiénes
se han convertido en parias. En ese sentido, Aleksiévich construye todo un
retrato de época con un sinnúmero de entrevistas, en lo que ya es su estilo narrativo.
Para no dejar pasar.
Después de haber abordado toda la
obra editada hasta la fecha en idioma español, considero que el trabajo de
Alexiévich es digno de encomio y justifica con creces el galardón del Premio
Nobel de Literatura. ¡Enhorabuena!
Hola Marcelo
ResponderEliminarLas personas se apoyan en lo conocido en lo cotidiano, para seguir viviendo, moverte de esos apoyos significa casi una orfandad casi enfermiza, pero pasa hasta con las cosas erróneas, hasta que descubres lo bueno. EL problema lo resumió un grupo punk de mi juventud que vuelvo a oír después de que me volviera a la cabeza en una post de U-topia
La polla records
Ven saltando el muro de Berlín.
Ven hacia este mundo libre, sonriendo,
pronto verás con tus ojos fatigados
Nuestra bendita libertad.
La verdad yo no sé a qué vienes.
La verdad te diré ya no hay dónde huir.
En este paraíso se vive muy mal.
¿Qué té pasa chaval? ¿Lloras?
Cuándo te vas a dar cuenta
Que el muro es una mentira.
La verdad yo no sé a qué vienes.
La verdad te diré ya no hay dónde huir.
¡Escapa!
Del Este hacia el Oeste
¡Escapa!
Y en el Oeste la decepción
¡Escapa!
La verdad te diré ya no hay dónde huir.
bajo cualquier sistema político los pobres y los apartados, el 90 por ciento de la gente vive igual, ¿que ahora pueden visitar el sur de España?¡que pueden morirse sin haber terminado de pagar una hipoteca por algo que no necesita? pues sí, Yo llevo cerca de 15 años sin vacaciones y vivo en un hermoso país liberal demócrata..
ya no hay donde huir
un abrazo
Hola, Wine
ResponderEliminarSi donde tú vives, esa democracia liberal, te impide tomarte vacaciones durante 15 años, pues imagina nuestra Latinoamérica!
Ya no quedan paraísos, Wine. Los únicos que sobreviven son los fiscales, que utiliza ese 10% restante de los pobres y apartados que señalas, que detentan el 70% de la riqueza mundial.
Yendo a la letra de tu canción, por aquí hubo una banda juvenil que cantaba 'No hay futuro'. Toda una definición. No, ya no queda dónde huir.
Un gran abrazo para ti.
Hola Marcelo.
ResponderEliminarVeo al pueblo ruso como un ser errabundo en una permanente búsqueda de su identidad, de hecho hay multitud de ensayos que abordan esta cuestión.
Pues pienso que aún quedan paraísos, lo que ocurre es que se los tiene que crear uno mismo a su medida, yo lo hago. ¿Y huir?... Leía en el libro "Una nulidad de hombre" de Fatos Kongoli:
"Me fugué a mi interior, a los territorios de la soledad. No existe fuga más amarga, pero tampoco más segura"
No sé yo... es para pensárselo, jeje.
Enhorabuena buena a ti, por habernos traído esta mirada incisiva de Alexiévich a través de tus palabras.
Un abrazo pibe :)
Gracias, Paco!
EliminarHe tratado de mantener mi honestidad como lector y espero que de mis pobres palabras hayas podido tener una visión conjunta de todo el trabajo de Alexiévich, que no ha sido poco ni fácil.
Lidiar con el poder, intentar recoger lo que se dice en las cocinas en voz baja y publicarlo, sospecho que ha sido una tarea titánica.
Gracias por el dato de Kongoli; a tener en cuenta.
Un gran abrazo, chaval!
Sé que lo sabías y sí, este es mi libro. De todo lo contado hasta ahora de la autora creo que es el más asequible para mí. Me parece muy interesante. Sé lo poco que nos cuentan y cómo nos lo cuentan en telediarios respecto al tema así que creo que me va a gustar.
ResponderEliminarMe gusta la foto, parece el hermano pequeño.
Besos de cuaresma
Te dije que me tuvieras paciencia, Norah. Me animo a sugerirte que no descartes el de Chernóbil, más puntual y menos abarcativo que éste, pero no menor.
EliminarLos testimonios recogidos han de dejarte meditando. Piensa por un segundo qué harías si España se desmembrara mañana en sus comunidades autónomas; si España, tal como la has conocido y vivido, desaparece de un plumazo. Y, de paso, tienes una guerra declarada con Andalucía por una cuestión de límites... Yo me lo he preguntado y me resultó aterrador.
Espero que disfrutes aquel que en definitiva elijas.
Besos de carnaval extendido.
Yo empecé leyendo este libro y quedé impactada por el relato de esa transición del "homo sovieticus" al ruso actual. Ella misma es una muestra de ello, me parece que en sus libros hay mucho de sus vivencias que transmite a través de sus conciudadanos/as. Yo con la lectura de este libro ya llegué a la conclusión de que era un premio merecido.
ResponderEliminarEl que tengo preparado para leer es "La guerra no tiene rostro de mujer".
Un fuerte abrazo!!
Me acuerdo haber apuntado este título de tu reseña y lo importante que había sido para ti. Refrendo tus palabras y agradezco el que nos lo hayas presentado.
EliminarEl que tienes para leer aborda el rol de las mujeres en la IIGM en el frente ruso.
Espero que lo disfrutes tanto como yo.
Un abrazo grande, U-to!