jueves, 3 de enero de 2019

Voyeurismo cibernético. Kentukis, Samanta Schweblin


Random House, 2018

I.

             Una novedad editorial, recibida casi con fanfarrias, de una de las escritoras locales más afamadas y representativas de su generación, máxime tras ser nominada al Man Booker Prize por su novela anterior. Las expectativas habían aumentado, pues Schweblin ha abandonado en la presente obra –aunque no del todo- la atmósfera de inquietud opresiva ya célebre en sus relatos.

II.

            Me cuesta enmarcar este trabajo dentro del género novela; me inclino a creer que es un guión destinado a TV o a una miniserie, dada la estructura fragmentaria de los relatos que lo componen, que frecuentan la misma naturaleza del episodio unitario, con un vehículo común que mantiene la ilación. Los kentukis son unos atractivos animales de felpa, provistos de grandes ojos y un par de ruedas –accionadas por un motor interno- que se desplazan por el entorno donde se mueven sus amos. No pueden comunicarse de ninguna manera, salvo con un chirrido que emiten a modo de advertencia o satisfacción y vienen provistos de un cargador. Pero los ojos son la cámara que permite a un desconocido acceder a la vida del amo; generalmente ese ser se encuentra distante geográficamente. El amo puede comprar el artefacto en cualquier tienda –aunque su precio no es de acceso masivo-; el ser compra una licencia a la empresa vía Internet sin saber dónde amanecerá una vez establecida la conexión, ni quién o quiénes serán sus amos.

III.

          No resultan tan importantes los kentukis en tanto aparatos sino como excusa para que Schweblin exhiba posibles cursos de acción de quienes están pendientes para ver lo que otros tienen para ofrecerles y esos otros que se exponen por placer a la mirada de los desconocidos. En sentido estricto, todo el libro es un condensado de voyeurismo cibernético, a los que nos tienen habituados programas como ‘Gran Hermano’ o films como ‘The Truman Show’. Aquí hay quienes miran y quienes se dejan mirar; una rara combinación entre ‘Sliver’ y los Tamagotchi de los ’90.

IV.

            En el inventario hay historias –como la del inicio- que comienzan y cierran en el mismo capítulo; otras, permanecen a lo largo de todo el libro que mantienen la tensión. Pedofilia, exhibicionismo, afán de hacer dinero, trata de personas, todo ello se reúne alrededor de estos dispositivos sin que Schweblin eluda el motivo principal: la soledad y el aislamiento social al que nos vemos más y más confinados a diario. Y el rol que las redes sociales y la tecnología juegan en ello. Una vía de escape a la monotonía gris de nuestra existencia.

V.

          Con un estilo fluido, directo, Schweblin indaga sobre la soledad de los estratos medios -pues, por su costo, las clases bajas no tienen acceso-, ya sea para sobrellevarla mejor o para satisfacer nuestra necesidad de curiosear en la vida de los demás. Buen libro.

6 comentarios:

  1. No me atrae especialmente. Me gusta cotillear la vida de los demás , como a todo el mundo pero solo un rato. Creo que es del tipo de libro que arma más ruido que lo que en realidad es.
    Esta vez es no.
    Un besito nuevo a estrenar.

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    1. En realidad, nos habla de soledades, Norah. Y de cuánto tiene que ver en ello la tecnología, que muchas veces nos aísla. Pero el planteo de Schweblin tiene más que ver con nuestra necesidad de mitigar esa soledad, ese aislamiento.
      No es lo mejor de ella, pero no lo descartaría a la primera.
      Besitos flamantes, de 2019.

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  2. No sé si el tema me atrae mucho, aunque no conozco a la autora y me has hecho tener curiosidad por ella más que por esta novela en particular.
    Tomo nota.
    Un beso.

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    1. Si te interesa la autora, sugiero 'Distancia de rescate', mejor que ésta en mi opinión.
      Un beso, Rosa.

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  3. No he leído nada de esta escritora, lo cierto que está en esa especie de lista que me hago con el título "Yabajarandeprecioalgundía", pero siempre estóy en ese punto medío, que reconozco tener, entre el snobismo de no leer lo famoso en el momento y en el precavido lector que dice, me dice, deja que pase el tiempo y mira si sobreviven sus obras. También está, en mí, el lector más confiado que dice, si un lector parecido a mí en sus lecturas(como dice esta lista de la derecha) , dice que es un buen libro, vete a por él.:)
    Gracias Marcelo
    un abrazo

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    1. Tu mirada, Wine, se asemeja a la mía. Pero, por razones más profanas, tuve que leer éste. Si me permites, destina parte de tus horas a leer 'Distancia de rescate', de la misma autora, y tendrás un condensado de sus letras.
      No deseo ser crítico con ella; me gusta su estilo, pero me va mejor como relatora que como novelista. Éste no está mal; de hecho, apunta sobre la tecnología y su capacidad de satisfacer nuestra necesidad de sentirnos acompañados.
      Lamento no vivir cerca tuyo, para allegarte el libro -y quizás pedirte, a cambio, 'Un Coney Island de la mente'-.
      Recibe un fuerte abrazo de mi parte, Maestro.

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