viernes, 22 de febrero de 2019

Novelas de Stefan Zweig. 2. El candelabro enterrado, Stefan Zweig


Acantilado, 2012

I.

            Prosiguiendo con la propuesta anual, en esta ocasión me incliné por este título pues contaba con algo de tiempo y su extensión lo permitía. En verdad, insumí menor tiempo del pensado por lo atrapante del texto, una nouvelle de matiz histórico. Supe de mi acertada elección cuando leí el siguiente párrafo,

Pregunta, hijo. Pregunta con valentía todo cuanto desees. Yo te responderé. Peor es para los hombres no saber que preguntar. Sólo aquel que ha preguntado mucho, puede comprender mucho. Y sólo aquel que mucho comprende hace justicia.’

II.

            La historia comienza en el año 455 d.C. Mientras se desarrolla un espectáculo dentro del Coliseo romano, el emperador Máximo es notificado de la invasión vándala. Sin tropas disponibles para la defensa, la capitulación es total y la ciudad es saqueada y pillada. Dos semanas después, cuando los vándalos se retiran, en el botín se encuentra el candelabro de oro de Moisés, la menorah del antiguo Templo de Jerusalén, destruido por Tito años antes. La comunidad judía del lugar se inquieta: mientras estaba depositado en las arcas del Tesoro romano, se hallaba a resguardo, pero ahora quién sabe cuál será su destino. Así, los ancianos deciden seguir el candelabro hasta el puerto, en procura de que un milagro les devuelva el objeto sagrado. Para que quede testimonio de la peregrinación, uno de ellos levanta de su camastro a su nieto de siete años, Benjamín, quien habrá de acompañarlos. En un arrebato infantil, Benjamín intenta llevárselo, pero no solo falla sino que, por ello, se rompe el brazo, quedando tullido de por vida.

III.

            Ochenta años después, el general Belisario, a las órdenes de Justiniano I, invade a los vándalos y restituye los objetos saqueados a Roma –entre ellos, el famoso candelabro-, al emperador, sito en Constantinopla –la antigua Bizancio-. Cuando la noticia llega a la grey judía en Roma, Benjamín interpreta cuál ha sido el motivo de su longeva vida: ir al rescate de la menorah.  Tras peripecias varias, su misión concluye, no sin antes tomar una decisión: mientras exista la codicia entre los hombres, el objeto no estará seguro en ningún lado; por eso decide enterrarlo. Con el convencimiento de que, una vez reconstruido el Templo en Jerusalén, seguramente el candelabro hallará la manera de volver a su casa.

IV.

            El texto combina elementos de leyenda judía, conocimiento de los rituales y una minuciosa observación de los instintos del género humano, con lecciones de sabiduría y humanidad. En este aspecto, al estilo poético personal, Zweig le añade reflexiones sobre la misión que cada uno tiene en esta vida, que debe descubrir por sí mismo. Un compromiso de vida para con los demás.

14 comentarios:

  1. Esta novela no la he leído. La verdad es que fue un escritor tan prolífico que me queda por leer más de lo que he leído, como media docena de libros. Es maravilloso y esta rara novela ambientada en una época tan pretérita se sale de lo que es habitual en Zweig.
    A ver si leo algo suyo pronto. Tengo un montón en mi estantería de pendientes.
    Un beso.

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    1. Zweig utiliza una leyenda para reflexionar sobre cuál es la misión de cada uno en esta vida, a la vez que exhibir nuestras propias limitaciones y miserias.
      La prosa es precisa, y preciosa.
      Un beso, Rosa.

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  2. Zweig puede escribir sobre lo que quiera y siempre resultará brillante.

    Por otra parte no son extraños esos saltos cronológicos hacia el pasado lejano en los escritores de la época. Fascinados por la historia antigua ya hubo otros contemporáneos de
    Zweig que viajaron con sus obras a esa Roma Imperial, caso de Thorton Wilder con "Los idus de marzo", o Robert Graves con "Yo, Claudio", en donde se hablaba de Roma, claro, pero sobre todo de nuestra condición humana, algo atemporal.
    Interesante lo que nos traes.
    Cuídate pibe!!

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    1. Coincido, Paco. Todo el texto destila humanismo y sabiduría, sazonado con aires de leyenda.
      Es la condición humana que citas las que destila este relato largo, y la búsqueda de sentido de la propia vida.
      Un abrazo, chaval!

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  3. Pues este es de los que no he leído y ya sé por qué, por lo histórico, que no es mi fuerte. No lo descarto para el mes que viene aunque espero que leas de los que a mí me gustan, ya sabes, los que van al corazón y te acompaño en este año Zweig.
    Besos en estéreo.

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    1. Los elijo al azar, en función de su extensión y mi disponibilidad de tiempo. Hay novelas históricas que están muy logradas, que no se quedan en la historia misma.
      Ten paciencia, mientras llego a los tuyos.
      Besos cantineros.

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  4. Tampoco lo he leído yo y también me llama la atención el momento histórico elegido por Zweig. Seguro que es fantástico, como todos los suyos. Me da mucha alegría descubrir libros sin leer de mis autores favoritos, es un lujo, mas aún cuando ya no pueden escribir más. Un abrazo Marcelo.

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    1. Por esa misma razón, guardo como oro las escasas obras que me quedan sin leer de ciertos autores a quienes he cobrado cariño, Hrabal por ejemplo.
      Zweig fue un autor prolífico; afortunadamente, hay mucha obra suya publicada y se puede disfrutar sin culpa.
      Un abrazo para ti, Ana.

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  5. Caerá, Zweig me encanta =)

    Besotes

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    1. Un grande de las letras, Shorby. No lo pierdas.
      Un besote.

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  6. Desconocía esta obra de Stefan Zweig. Obviamente fue un autor muy prolífico y por ello, aunque se que tocó fundamentalmente la biografía y la novela corta, no conozco todos sus títulos. De todas formas no es este el que más me tienta del autor para continuar leyéndolo, a pesar de que todo lo que cuentas sobre él suena muy interesante.
    Un abrazo

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    1. El volumen recoge varias obras breves y algunas extensas. Me ha gustado el manejo de la leyenda como vehículo narrativo. Una buena continuación a la anterior.
      Un abrazo para ti.

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  7. Parece una buena novela sobre historia, que no me gustan demasiado, pero cuando leí "Juliano el apóstata" de VIdal o el deslumbrante "La Muerte de VIrgilio" de BRoch, y con el pasado de aquela lectura infantil de GRaves y Claudio, me dí permiso :) para leer novelas sobre ROma.(aunque mi libro favorito es la historia de ROma de Kovaliov jaja)
    un abrazo
    gracias

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    1. El libro de Broch está en el podio de las mejores lecturas de mi vida. Sólo lo superan 'Memorias de Adriano' y 'Los hermanos Karamázov'. Tengo pendiente el libro de Vidal para leer. Parece que seguimos coincidiendo, Maestro.
      La pluma de Zweig hace la diferencia en éste.
      Un abrazo, Wine.

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