Anagrama, 2015
I.
Me hice de esta versión al poco de
su lanzamiento, pues un espacio en la Red -que ya no existe- lo promovía
entusiastamente. Si bien, con el pasar de los días la apreciación sobre la obra
variaba -y mucho-, lo cierto es que esperó bastante tiempo para que, en medio
de otras lecturas más densas, lo intercalara.
II.
Beto es un joven español en la
treintena quien, acompañado de Marta, su bella pareja, participa como finalista
en un concurso de paisajes y jardines en Múnich. En medio de esto, recibe por
error un mensaje telefónico de ella, dando a entender el fin de la relación.
Ante el abandono, la soledad y la lejanía de su hogar, Beto decide no regresar
a España y quedarse allí unos días más, hasta agotar los recursos con los que
cuenta. Deprimido y dolorido, es hallado por Helga, la alemana sesentona que
organiza el evento, quien le da asilo… y algo más.
La versión digital, gentileza de Epublibre
III.
La breve novela de Trueba combina la
ruptura y el desengaño amoroso clásico con elementos que provee la modernidad;
bajo ese aspecto, el texto resulta trillado. Hasta se pueden encontrar clichés
o frases hechas. Pero lo que propone al lector no es sólo identificarse con
Beto –lo que es posible para quien ha pasado por el menester-, sino formular
una pregunta que subyace: ¿puede tener lugar una relación carnal entre una
mujer madura, descreída ya de todo, con un muchacho al que dobla en edad –y es
más joven que su propio hijo-?, ¿existen probabilidades de éxito? Y si las hay,
¿cuánto tiempo podrán sostenerla? Yendo a lo profundo, ¿qué buscan ambas partes
en esta circunstancia?
IV.
De estilo directo, ameno y
coloquial, Trueba plantea una suerte de recomposición:
la de dos personajes solos, despojados de afectos, sin mayores perspectivas a
futuro, náufragos a la deriva en el crepúsculo de aquello que se acaba; uno, de
una relación que ya no ha de ser, el otro, enfrentando quizás la última ocasión
de amor –o sexo- ante el ocaso de su vida. Por momentos graciosa y reflexiva,
en otros, poco creíble, aunque siempre amable al lector, la novela se vuelve
un pasatiempo entretenido para leer de
un sentón.
Supongo qué casa uno busca la parte del otro que no posee, la mujer madura revivir la juventud que ya perdió, avivar el deseo y la pasión amansados por la edad, y él allegarse la plenitud y seguridad de la mujer madura, tal vez Trueba juegue con esa supuesta complementariedad, a ver lo que da de sí. Lástima que se acomode en el cliché y la frase hecha hasta resultar algo trillado, como apuntas. Buen análisis, Marcelo.
ResponderEliminarAbrazo campeón!!
Las relaciones humanas son complejas y no deberían ser catalogadas en normales o raras o poco usuales. Ni el hombre tiene que ser mayor que la mujer ni hay un número de años que sea más o menos correcto de diferencia entre uno y otro miembro de la pareja ni siquiera es necesario que sean de distinto sexo. El problema es que tendemos a regular lo que es correcto e incorrecto en las parejas y ese es el gran error.
EliminarNo he leído la novela, pero tiene que ser interesante.
Un beso.
Trueba plantea el encuentro de sus personajes como algo casual, sin premeditación, confiriendo fuerza narrativa. Y lo refuerza con las reticencias de Helga, por más que las mismas cedan. No encuentro tonos maternales en ella, aunque sí de empatía y comprensión. Tampoco parecen complementarios, solo comparten soledades.
EliminarUn abrazo, Paco
Estoy de acuerdo contigo, Rosa, en que no existen edades que 'deban' corresponderse. Más bien me preguntaba acerca de las limitaciones que impone tamaña diferencia en lo que hace tanto a intereses como experiencia de vida; la mirada de ambos personajes no puede partir desde el mismo lugar, y las perspectivas parecen nulas hacia el futuro.
ResponderEliminarEn fin, creo que por esto puede ser interesante su lectura. Da para el debate.
Un beso.
Buenas preguntas las que te planteas. Llevo tiempo queriendo estrenarme con David Trueba. Tal vez este libro sea un buen candidato para hacerlo.
ResponderEliminarUn abrazo
Es mi primer libro de Trueba; por eso mismo no puedo saber si hay otros mejores, Lorena. Por lo que he leído, probablemente sí, pero no he hecho la experiencia.
EliminarSí puedo decirte que es entretenido y fluido; su pluma es ágil y se lee rápido.
Un abrazo para ti.
Trueba está cojo en mi biblioteca, bueno está ausente de ella, así que supongo que es mi librería la que está coja, sí.
ResponderEliminarEspero subsanarlo y así no hacer ruido a la vecina de abajo con el bamboleo.
gracias
un abrazo
Maestro, disculpe mi arrogancia, pero parece que su biblioteca 'cojea' por donde se la mire, y se que no es así.
EliminarLe pido que me recuerde rescatar un libro de Ariel Magnus del que he dado mi parecer hace muchos años ya: 'Cartas a mi vecina de arriba'. Hasta tiene una connotación personal.
Puede que haya mejores cosas del autor, pero las desconozco.
Reciba mi humilde abrazo.
Hola!
ResponderEliminarLo tuve en mis manos hace poco, me llama la atención pero ahí que se quedó por atraerme más otros de otra temática. No descarto leerlo en algún momento, a pesar de que mencionas que en alguna ocasión muestra clichés o que puede ser poco creíble, la amenidad y la trama en sí que describes parece merecer la pena y echar un buen rato con él. A ver si lo encuentro en la biblioteca. Del autor no he leído nada, aunque si he escuchado hablar bien de él.
Recién te encuentro y nos mantenemos leyéndonos!
Un saludo.
Hola, Lemon!
EliminarTrueba escribe muy bien; su prosa es fluida y coloquial. Yo tampoco había leído nada de él, aunque dicen que tiene libros mejores. Por ser mi primera experiencia con él, me ha gustado, más allá de los reparos que pudiera oponer. Es entretenido; como para pasar un buen rato.
Un abrazo!
Tengo muchas ganas de leer algo de Trueba, pinta muy interesante y la verdad es que sus obras me llaman mucho la atención.
ResponderEliminarBesotes
Me parece oportuno para iniciarse en las letras de Trueba; siempre habrá tiempo para adentrarse en algo más profundo.
EliminarUn beso para ti.