Anagrama, 2013
I.
Así como hace un tiempo apareció lo
que hoy llamamos novela histórica -narración
elaborada a partir de un hecho cierto, abundosa en conjeturas y suposiciones pero
sin documentación que las avale-, podríamos expedir un acta fundacional de la novela familiar testimonial, en la cual
los autores intentan, bien exorcizar un pasado de violencia física y/o
psicológica –ejercida por adultos de la familia, como es el caso de James
Rhodes en Instrumental-; o realizar
un buceo sobre la propia historia personal para intentar explicarse a sí mismo
(Knausgård es buen ejemplo), o reconstruir el pasado de un progenitor a modo de
interpretación, sin eludir las experiencias traumáticas que se hayan padecido,
como es el caso presente.
II.
La historia de Lucile Poirier, madre
de la autora, es el eje central de la narración. Dividida en tres partes, de
Vigan rescata la vida de su madre, miembro de una familia numerosa de hermanos,
a partir de sus padres, Georges y Liane. El trágico final que acaba con su vida
no es único; ya antes ha habido otros casos que la familia ha debido asimilar –a
su manera-. Valiéndose de recuerdos propios y ajenos –una cinta grabada de su
abuelo, los testimonios de sus tías y abuela, y cierta investigación
periodística de los tiempos en que Lucile era una figura de la publicidad-,
realiza una reconstrucción cercana y emotiva que la tiene como protagonista.
III.
El carácter apocado y silente de
Lucile, comienza a dar paso a una inestabilidad psicológica que la obliga a estar
internada durante algunos períodos de su vida. Lo más cruel es el momento en
que estos brotes psicóticos le acontecen cuando sus hijas aún están bajo su
responsabilidad. Delphine –no sin dolor de hija- narra descarnadamente cómo su
madre se ha convertido en una muñeca rota. Por lo demás, el texto rezuma cierta
melancolía, sin escatimar escenas fuertes.
IV.
Escrito en estilo coloquial, cercano
al lector, de Vigan desnuda los detalles de la vida de Lucile. En la primera
parte, aborda la infancia y sus secuelas. En la segunda, toma la voz el
testimonio de su hija. Finalmente, vuelve a los momentos más equilibrados –si no
más felices- y sus últimos tiempos. El gran acierto de este libro es que la voz
conductora se reparte en tres: la de la escritora en primera persona,
intentando explicar sus problemas para enfrentar la muerte de su madre; la de
la hija, testigo de su historia con Lucile, y la de la historiadora en tercera
persona, narrando a partir de documentos o testimonios familiares.
V.
Maravillosa novela. Me hizo adicta a la autora de la que he leído tres novelas más, todas muy buenas.
ResponderEliminarMuchas gracias por la mención a mi reseña de "Nada se opone a la noche". Fue todo un reto hacer una reseña digna de la novela, pero creo que cuando una historia es tan buena y está tan bien escrita, la reseña (o opinión o comentario o lo que sea) se facilita mucho.
Un beso.
Todas tus reseñas son dignas, Rosa; están elaboradas en base a apreciaciones emotivas y honestas. Como la de todos los que se dan una vuelta por aquí.
EliminarEs una buena historia; sobre todo, por el equilibrio que intenta mantener entre los diversos Yo.
No es una novela que me conmueva, pero reconozco el talento de haber elaborado un magnífico texto.
Un beso para ti.
Hola
ResponderEliminarDe esta autora leí Basada en hechos reales y no nos entendimos. Es de esos autores que no sé que me quieren contar y solo ellos se entienden.
Con estas historias como la que nos traes hoy, muchas veces creo que tratan de encontrar respuestas que no hay, y de paso ajustar cuentas o sacar fuera demonios que pierden fuerza al compartirlos. A pesar de lo que pasó la primera vez, no le cerré la puerta así que lo mismo hay nueva oportunidad para nosotras.
Besitos citados.
Somos arbitrariamente escépticos ante aquello que no termina por convencernos, Norah. Sabes bien que me incluyo. No obstante, es un libro bien narrado, sin el intento de golpes bajos ni sensiblería. La vida, tal como es.
EliminarA algunos les ha tocado esta suerte; otros, no han tenido que pasar por ello. Ya sabes.
Si me preguntas, es un buen libro. No he leído el que tú has leído -aunque lo tengo esperando-. Para mi, está bien. Esperaba un libro lacrimógeno, y no; posee cierta altura. Cuestión de gustos.
Besitos amigos.
Tengo ganas de leer algo de la autora, en general no sé qué esperar, porque veo opiniones de lo más dispares sobre sus obras =)
ResponderEliminarBesotes
De la autora, no he leído más que éste. Escribe muy bien, sin buscar la empatía del lector. Intercala acertadamente sus propios miedos de escritora con los cuestionamientos familiares -que los debe haber tenido- y la historia de una madre inestable. Los lectores más sensibles, en general, lo recomiendan. Para mi, es un buen libro aunque no me haya conmovido.
EliminarCuestión de probar, Shorby.
Un beso para ti.
¡Hola Marcelo! siempre he tenido en mente esta novela, pero creo que como va del tema "madres" o "relación madre-hija" me removería demasiado (hace poco perdí a la mía, bueno hace ya siete años y esos temas no los llevo bien), aunque no descarto leerlo y conocer a esta autora más adelante. Por cierto, hace poco me llevé un libro de aquí que me ha encantado, dentro de poco lo reseñaré en el blog
ResponderEliminar¡Un beso!!
No toca temas sensibles, Marian: sólo narra la vida de su madre como una cronista y aporta su mirada de hija sin ser cruel ni condescendiente. Además, le hace saber al lector sus propias dificultades para tomar decisiones acerca de qué escribir sobre ella.
EliminarNo puedo serte útil; sólo he leído éste. Pero está bien. Si te sirve, yo he perdido a mi madre hace dos años y el texto no me conmovió.
Ansío saber qué ha sido de tu agrado de lo que pude hacerte conocer.
Un beso grande para ti!
Hola Marcelo.
ResponderEliminarMe gusta lo que cuentas sobre él. Creo que no es un libro que disfrutaría en exceso (la temática no es muy de mi gusto) pero que me atraparía, me llama la atención por resultarme interesante todo lo psicológico que resuena. Lo anoto. Un saludo.
Hola, María
EliminarYo mismo no lo he 'disfrutado en exceso' como señalas, pero está bien. A fuer de parecer insensible -que no soy-, prefiero este tipo de libros donde entre la protagonista y la narradora -madre e hija, respectivamente- hay cierta distancia. Mejora sensiblemente el texto final. Los conflictos que existen en la relación están allí, pero sin énfasis.
Un abrazo para ti.
Mi primer de Vigan. Llevo cuatro ya. De Vigan es muy lista. Sabe nadar como nadie entre ficción y realidad. Y tan importante o más es lo que deja de contar como lo que cuenta. Me alegro de que te hayas acercado a sus letras.
ResponderEliminarGracias por la mención.
Un abrazo
Al contrario: gracias a ti por allegarnos tus apreciaciones.
EliminarTengo otros títulos suyos para encarar. En principio, me ha gustado, sin enamorarme, ¿si?
Como dices, hay que saber leer entre líneas el texto. Ha sido un buen inicio en sus letras.
Un abrazo para ti, Lorena.
Thank you for encouraging me, Nastya. I'll visit you immediately.
ResponderEliminarLa verdad es que hace poco que reseñé este libro en mi blog y coincido contigo. Aparte de que la madre era una muñeca rota, tuvo que aguantar bastante por parte de la familia. Y la autora también, claro.
ResponderEliminarUn abrazo
Pido públicamente disculpas, Rocío, por no haber incluido tu nombre entre las reseñas que he visitado. Si bien acabo de reparar el error, lamento la distracción. Habitualmente anoto mis visitas a otros buenos lectores; se me debe haber pasado.
EliminarPareciera que la figura paterna siempre está presente en la vida de cualquier mujer -y en ésta, especialmente-.
Es un drama familiar muy bien narrado.
Un abrazo para ti, y mil perdones por la omisión inicial.
No me acaban de interesar estas novelas testimoniales, no me resulta atractivo atisbar en la intimidad de personas reales... no sé, es como un tonto pudor.
ResponderEliminarAbrazos!!
Hoy pululan este tipo de novelas de autoficción o ficción del yo, crudas, descarnadas, etc. Como señalé, eran muchas las voces a su favor. Bien narrado, sin golpes de efecto, pero sin conmoverme.
EliminarOtro abrazo!
Es posible que muchos escritores tengan la sensación de que los temas para crear literatura ya están agotados, así que siempre existe la posibilidad de recuperar la mejor materia prima del escritor, o escritora en este caso, ella misma, su entorno íntimo e inmediato... En realidad no es una moda, es una opción tan antigua como la propia literatura, ocurre que los medios y muchos críticos insisten en etiquetar como moda lo que ha venido sucediéndose desde los tiempos.
ResponderEliminarLa tengo pendiente.
Abrazo pibe!!
Tal vez tengas razón, Paco; sólo que ahora se han centrado en el Yo como vehículo de ficción. Y son muchos más escritores que antes.
EliminarDebe ser que abogo por una novela bien construida, con una narración acorde y no un poco de biografía y otro poco de ficción...
Esperaré a ver qué te parece.
Un abrazo para ti, campeón!