I.
El título llegó hasta mi precedido
por un sinnúmero de comentarios auspiciosos que, como es habitual, despertaron
mis suspicacias y recelos. Al poco, empezó a sonar fuerte en mi entorno lector;
fuentes de diverso origen querían hacer experiencia en breve, aunque nadie se
decidía. Fue la solicitud de una amiga lectora quien lo propuso a su círculo áulico
más íntimo, merced a la necesidad de encararlo con motivo del desarrollo de un
taller a su cargo sobre Sir William.
II.
La novela, ambientada en el Stratford
del siglo XVI, narra la vida cotidiana de Agnes –verdadera protagonista- quien
está casada con el hijo de un fabricante de guantes que, en la necesidad de
expandir el negocio paterno, es enviado a Londres para hacer prosperar una
actividad que decae. Tiene una hija mayor, y dos gemelos simbióticos; Hamnet es uno de ellos. La peste, que ronda la
comarca, cobrará su vida a la edad de once años. Éste es el núcleo de partida.
III.
La novela se divide en dos partes.
En la primera, el lector asiste a la historia previa de la pareja: cómo vivían
ambos, cómo llegaron a conocerse y formaron una familia. Agnes, con dones de curandera
y algo de videncia, es bastante mayor que su marido, primogénito de una familia
numerosa, sin grandes talentos para el comercio y quizás algo soñador, de quien
ni siquiera sabremos su nombre. La segunda –de mayor densidad y carácter-, se
ocupa del descubrimiento por parte de Agnes de la verdadera actividad de su
cónyuge en Londres y, al ver el nombre de su difunto hijo en una promoción
teatral, decide ir en busca de aquél.
IV.
Hay varios puntos fuertes a
destacar. Primero, el estilo literario que eligió O’Farrell para describir
escenas y sentires, rayano en lo lírico en varios pasajes. Luego, el arduo
trabajo de ambientación geográfica tanto como de recreación de la vida cotidiana,
desde donde ha decidido construir el perfil psicológico de los personajes, de
manera que el lector arribe a la historia familiar de Shakespeare desde un
enfoque doméstico. Finalmente, ante la ausencia del marido, sólo puede exhibir
en detalle la perspectiva femenina de esa vida, que engloba la enfermedad, el
dolor de la pérdida y el duelo consiguiente.
V.
Con abundancia algo excesiva del recurso de analepsis –que entrecorta la fluidez de la lectura al inicio- y algunas escenas con golpes de efecto, la amena lectura se vuelve lentamente adictiva, con un final memorable que corona un magnífico trabajo literario. La traducción a cargo de Concha Cardeñoso está a la altura de la obra. En resumen, una muy buena novela que hará las delicias del gran público lector.
Ah, pues de doña Concha Cardeñoso acabo yo de leer otra excelente novela que mañana viene a la cantina. A ver, tengo sentimientos encontrados, en principio me llama la atención y que esté bien escrito suma muchos puntos, aunque la analepsis me pone un poco de los nervios, como cualquier recurso usado en exceso. La historia tiene su gancho. Está en la lista de esos que caerán algún día.
ResponderEliminarBesitos trabajadores
Quizás lo más llamativo es el trabajo de recreación del modo de vida en la campiña inglesa de aquel entonces. Y el final es magnífico. Soy de los que creen que si tienes un buen final, la novela podrá ir desde 'buena' a 'excelente', dependiendo de cómo manejes el texto anterior a él. Ésta es muy buena; sin tanta analepsis sería 'notable'.
EliminarTe gustará.
Besitos sinceros.
Hace siglos que lo tengo en mi lista. las otras novelas que he leído de la autora me han dejado un poco indecisa sobre ella y creo que es posible que esta despeje mis dudas y me ponga definitivamente a su favor. Gracias por recordarme la novela.
ResponderEliminarUn beso.
Al revés que tú, fue mi primer encuentro con O'Farrell. Y confieso que ha sido una grata sorpresa. Si bien tengo a disposición sus trabajos anteriores, no había hecho opción por ellos. Cuesta entrar al principio, pero agiliza y fluye muy bien hacia su poderoso final.
EliminarNada que agradecer. Un beso para ti, Rosa.
He leído buenas reseñas de este libro. Seguramente le dé una oportunidad. Un abrazo y feliz día, Marcelo.
ResponderEliminarEs una buena novela. El final justifica lo anterior, incluso cuando llega a parecerte algo repetitivo.
EliminarAún no capto el por qué de tus felicitaciones, Rocío, pero las agradezco.
Un fuerte abrazo para ti.