viernes, 23 de septiembre de 2022

Atestiguar la sinrazón. Las tribulaciones del estudiante Törless, Robert Musil

 


Seix Barral, 2011

I.

               Fue una frustrada propuesta de ver la realización que, basada en esta obra, había llevado a la pantalla Volker Schlöndorff en 1966 –un film imposible de ser hallado en el ámbito local- la que impulsó esta lectura. No había incursionado en las letras de Musil y ésta parecía una buena ocasión, en aras de compensar la postergación que, año tras año, sufren algunos otros títulos de su autoría, más voluminosos, en mi haber.

II.

              Törless es un cadete de una academia militar del Imperio Austro-húngaro en las cercanías de la frontera con Rusia. Sus padres dejan en manos de la institución la adecuada preparación para una vida de liderazgo. Pero lo que él encuentra en ella es soledad, aislamiento y dudas. Así, tiene un par de compañeros que encarnan el despotismo con ansias de dominación y la crueldad más banal refugiada en un falso irracionalismo filosófico. El descubrimiento de un robo cometido por otro compañero, llevará a aquellos a infligirle a éste castigos físicos y sexuales, de los que Törless será testigo.

III.

               Esta obra es introspectiva, con mucho debate acerca de una búsqueda existencial que supere el mero materialismo propuesto por las facilidades de una vida acomodada. En ese aspecto, Törless encarna al joven sensible e inexperto sometido al reino de las pasiones, donde la racionalidad de su vida en un mundo ordenado se ve superada por la arbitrariedad que impone el poder, el ejercicio de la violencia, la impunidad que supone el reiterado abuso y la humillación más supina sobre el débil.

IV.

                Publicada en 1906, la novela de Musil se adelanta a los planteos que algo más tarde darán origen tanto al nacionalsocialismo como al fascismo; el germen de los mismos se hace evidente en esta obra. El desprecio por la vida humana –considerada intrascendente- y la indefensión del individuo ante la hostilidad irracional de la multitud son parte sustancial de las reflexiones que acuciarán a Törless quien, aun asumiendo una tenue defensa –y parcial protección- de la víctima, no toma partido; sólo responde como espectador privilegiado. Así le irá a Europa –y al mundo- en años venideros…

V.

               Con una prosa concisa y directa, de estilo coloquial y fluido, Musil interpela sobre nuestro grado de compromiso y reacción ante la injusticia y el avance de la sinrazón. Una novela relativamente breve, con escenas fuertes –que no eluden la connivencia homosexual como tampoco soslayan la maldad-, capaz de conmover y llamar a la meditación. Más que interesante.

2 comentarios:

  1. No quiero. Así, como los niños pequeños cuando aprietan los labios y tuercen la cabeza porque no quiere más comida. Ese es el nivel. El libro es interesante y las crisis vitales son mis conflictos literarios favoritos. Pero me sobra la maldad, la violencia y esos abusos y castigos encima con gente que se leva las manos y mientras le pase a otro... Tiene usted más razón que un santo, así nos va y sin pinta de que mejore. Y es por eso que tiendo a buscar otro tipo de lecturas.
    Besitos caprichosos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En realidad, soy de la idea que Musil ha intentado reflejar la indolencia de toda una generación que dejó que las cosas siguieran su curso decadente, sin tomar parte en cambio ninguno, mientras crecían los negros nubarrones de los totalitarismos. Törless encarna eso: un mero espectador, sin compromiso.
      Besitos explicativos.

      Eliminar