Este
Pelibro surgió como sutil acto de rebelión ante la imposición de un grupo de lectores
al que pertenezco, que decidió encarar textos que no superasen las 250 páginas.
Por eso propuse a quienes desearan acompañarme el título de marras: una novela
por demás célebre, Premio Pulitzer de ficción en 1961, que fuera reeditada muchas veces. Un
puñado de audaces se acopló y, gracias a la tecnología disponible, sostuvimos
un encuentro virtual entre lectores distantes geográficamente para poner en
común nuestras apreciaciones personales de lo que nos deparó la lectura y el
film.
Libro
Harper
Lee (Ediciones B, 2015)
En
el condado de Maycomb, Alabama, no ocurre nada extraño salvo que dos niños,
Jeremy (Jem) y Jean Louise (Scout), de doce y ocho años respectivamente, hacen
renegar a su padre, Atticus Finch, un abogado viudo, muy respetado, quien sólo
cuenta con la ayuda de Calpurnia, la criada negra, para hacerlos crecer con
rectitud.
Junto
a las travesuras de Jem y Scout –a las que se agregan las de un amigo, Dill,
durante las vacaciones de verano- desfilan un manojo de personajes pueblerinos.
Allí están la mordaz Maudie Atkinson, la irascible señora Dubose, la
entrometida Stephanie Crawford y el misterioso Boo Radley quien, merced a un
incidente familiar, vive encerrado dentro de su casa.
Narrada
en primera persona por Scout –muchos años después de aquél 1935 en que se
ambienta la trama-, esta novela de
iniciación, donde un par de niños comienzan a tomar conciencia de la
realidad social que les rodea, sufren en carne propia los avatares que plantea
el racismo: su padre ha sido designado como abogado defensor de Tom Robinson,
un joven negro acusado de violación de Mayella, la hija mayor de los Ewell,
agravada por lesiones. Viendo que las cosas se pondrían difíciles para Atticus
y sus hijos, su hermana Alexandra decide abandonar momentáneamente su distante
mansión familiar para colaborar con la crianza y mantener el orden interno, a
la vez que socializar con el resto de las damas locales organizando tertulias.
La
novela se divide en dos partes. En la primera, el lector asiste a la
descripción del pueblo, sus gentes y las aventuras de Jem, Dill y Scout, todo en
un entorno cotidiano. En este aspecto, la autora construye con maestría la condición
psicológica de sus personajes, dejando entrever la rigidez de las normas
sociales tanto como los prejuicios raciales de la época. La segunda se centra
en las alternancias del juicio protagonizado por Atticus, el influjo del mismo sobre
los niños y su previsible desenlace, en donde se deja en claro que el poder
judicial no puede brindar las garantías necesarias para la población negra.
Párrafo
aparte merece el estilo literario de Harper Lee, que hace de la narración un
texto fluido y coloquial, muy llevadero, donde las implicancias del juicio se
entremezclan sabiamente con la manera de ser de los habitantes del pueblo, en
un final tan conmovedor como acertado. Un libro que, sin ser de lectura
obligatoria para todo buen lector, resulta más que interesante y recomendable.
Film
Robert Mulligan (Universal, 1962)
Bastó con proponer
compartir esta lectura, para que una participante cinéfila no sólo nos notificara
de la existencia del film, sino que además se tomase la molestia de allegar al
resto del grupo una versión disponible. Aun ante el despliegue de tamaña
generosidad, fiel a mí mismo, me hice de una copia en DVD, una vez decidido en armar
este Pelibro.
La realización de Mulligan se
apega bastante bien al texto de Harper Lee y tiene en la niña protagonista una
actriz notable que no opaca la figura de Atticus –rol encarnado por un maduro e
impecable Gregory Peck, que le valió el Oscar- sino que la hace aún más
brillante. El resto del elenco cumple con creces sus personajes, haciendo del
conjunto un film memorable. El guión ha estado a la altura del libro, aunque
algunas escenas se han simplificado y otros personajes, presentes en el texto
de Lee, no han aparecido en esta exposición.
Así, para una versión en blanco y
negro como la presente, el film mantiene la tensión en las escenas más
significativas, por más que se trate de un recuerdo de infancia con visos de
reflejo de época. Y el emotivo desenlace –que coincide con el de la novela- cierra
perfectamente la realización dejando una excelente sensación final.
Como perlita, en las últimas
escenas se incorpora la presencia de un actor –encarnando a Arthur ‘Boo’ Radley-,
que en ningún momento dice nada. No le han dado ni siquiera un bolo; sólo lo han dejado aparecer y
terminar, algunos metros –y segundos- después, cerrando una puerta. Es la
primera aparición ante cámara de quien se transformaría en un actor de
renombre: Robert Duvall.
Testimonio del Pelibro 24
Completamente de acuerdo en todo lo que dices. La novela, obra maestra imprescindible, es un relato fantástico y con unos personajes adorables como Atticus. Y la peli, otro tanto, qué buenas adaptaciones hacían antes, dentro de las posibilidades que tenían hacían cosas más que decentes y con entidad propia. Yo tengo una versión más, la novela gráfica, que me tocó en un sorteo de Instagram de esos que uno piensa que nunca le van a tocar. Es una preciosidad.
ResponderEliminarBesitos felices
Yo pensaba lo mismo que tú, Maja, mientras veía la peli. Ya no se encuentran realizaciones para la pantalla si no abundan en tecnología, de la que esta película carecía.
EliminarNo sabía que había una versión gráfica de esta novela, aunque no me extraña, tan bueno es el original.
Besitos alegres.
¡¡Qué coincidencia!! Hemos leído a la vez este libro. Conocía la película y ha sido difícil no poner la cara de los actores a los personajes de la historia. Habitualmente disfruto mucho más con el libro, es siempre más rico, dadas las limitaciones de tiempo que tiene el cine. Sin embargo, en este caso y a pesar de que se cumple esta situación, ambos los he disfrutado de forma muy similar.
ResponderEliminarSigue siendo un referente para mi este Atticus Finch, su calma, su integridad y permite tener esperanza, aunque tantos años después sigamos con estos y otros problemas similares sobre el tapete.
Una lectura que recomiendo, una delicia. Un abrazo, Marcelo.
Vaya casualidad! Por lo visto, la has leído bajo otro sello u otra edición, según acabo de constatar en tu espacio. Ni que nos hubiéramos puesto de acuerdo!
EliminarCoincido contigo, la novela siempre es más completa no solo porque el cine impone sus tiempos sino que además el director junto al guionista presentan una versión personal de lo que ellos han tomado del libro.
El conjunto de personajes y el tema que aborda mantiene a esta obra en absoluta vigencia.
Me alegra que ambos lo hayamos disfrutado de igual manera.
Un abrazo para ti, Ana.
Ha sido un libro que te ha marcado el sendero, de alguna manera. Yo había visto la peli también de niño, pero no había tenido la ocasión de leer la novela. En mi opinión, el conjunto resulta inmejorable.
ResponderEliminarUn beso para ti, Rosa.
También otro de mis grandes pendientes.
ResponderEliminarNo he visto la película, así que tengo pensado leer el título y luego verme la adaptación clásica. Espero disfrutar tanto de uno como de otra, ya se verá. Me alegro de que fuese una lectura interesante también para ti (y para el grupo), aunque ya veo que no la consideras lectura indispensable (lo cual, ya entiendo que no significa que no merezca la pena acercarse a ella, por supuesto).
Un abrazo.