Salamandra, 2018
I.
Un análisis poco común de este libro hizo que
lo apuntara, pero cuando volví a buscarlo ya había desaparecido junto con su
autor. No obstante, decidí incluirlo entre mis lecturas veraniegas pues
combinaba magníficamente cierto grado de frescura en su contenido con mi
curiosidad hacia la actualidad de las letras de origen italiano. Máxime, cuando
habría de compartir viaje con otras obras que requerirían mayor concentración.
II.
El protagonista de esta novela de aprendizaje
e iniciación –sentimental y sexual- es Libero Marsell, quien narra en primera
persona su historia desde el momento que, con doce años de edad, descubre a su
madre practicando sexo oral con el mejor amigo de su padre, hasta la muerte de aquella
y el nacimiento de su primer vástago. El elemento disparador no parece haberle
provocado mayores consecuencias psicológicas, salvo una desmedida búsqueda de
satisfacción auto y heterosexual.
III.
En el camino de hacerse adulto,
Libero tendrá suerte. Una bella mujer
varios años mayor a quien el niño le cae simpático será su consejera y
confidente; se iniciará sexualmente con la hermana de su amigo, una diosa de
ébano; se mudará a París donde se cruzará con Sartre y frecuentará su cafetería
a su muerte; volverá a Milán donde, mientras termina sus estudios de derecho se
ganará la vida en un café de los Navigli y cerrará el ciclo robando y casándose
con la novia de uno de sus viejos amigos.
La versión digital, con la portada de su edición en italiano, gentileza de Biblioteca Secreta
IV.
Missiroli no ahorra descripciones puntillosas
de cada encuentro sexual, con cierta carga de erotismo, como tampoco elude
referencias culturales: allí estarán El
extranjero, de Camus, y El desierto
de los tártaros, de Buzzati; también Full
Metal Jacket, de Kubrick y Bailando
con lobos, de Kevin Costner; Pink Floyd… Si bien todas ellas son gratas a
los lectores, su profusión convierte al texto en algo sensiblero y poco
creíble.
V.
De estilo ágil, coloquial y fluido, dividido en partes que responden a cada etapa de la vida, este bildungsroman que deambula entre el Trocadero, el Marais y el Campo de Marte, con la Sorbona de fondo y tantas otras alusiones al mejor París y al rico Milán, se lee rápidamente dejando poco más que buen sabor final. Una propuesta más que aceptable para llevar de vacaciones o para leer mientras se viaja.
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