jueves, 11 de mayo de 2023

El paria. La metamorfosis, Franz Kafka

 

Andrés Bello, 1992

I.

               Hacía tiempo que el grupo lector se encontraba en estado de deliberación interna. Parece haber una aparente mayoría más proclive a compartir lecturas de aparición reciente –en general, breves, que abordan temas de actualidad- que a debatir iconos de la Literatura Universal como el presente título. Ante una elección que no convocaba adhesiones, el miembro más joven propuso a los disidentes esta alternativa. Sólo un puñado nos dimos cita, pero la puesta en común fue memorable.

II.

                La historia es bien conocida. Gregor Samsa es un joven viajante de comercio que vive junto a su hermana menor y sus padres. El suyo es el único ingreso familiar que, además de permitirles vivir ajustadamente, debe hacer frente a deudas contraídas por el padre con su empleador. Gregor vive pensando solamente en su trabajo y sueña con poder afrontar los gastos que supone la inscripción de su hermana en el Conservatorio de música. Una mañana despierta y se ve convertido en insecto. El resto, es lo que le va ocurriendo a Gregor, y las respuestas del entorno laboral y familiar a semejante transformación.

III.

               La primera maravilla de este texto se halla en la brevedad del mismo. En stricto sensu, es más un relato largo que una nouvelle –en esta edición, no alcanza el centenar de páginas-. Luego, su fluidez, pues Kafka conduce la narración de cabo a rabo de manera lineal, sin resquicio para digresiones ni dudas de interpretación; todo está allí, frente al lector. Por último, la condensación de temas trascendentes incluidos en su escasa extensión lo convierten en una obra maestra.

IV.

                El lector asiste a la creciente desesperación del protagonista, a quien le resulta imposible cumplir ya con su tarea, mientras su familia, pasado el primer estupor, lo va aislando gradualmente tanto en su hábitat como en su naturaleza, hasta negarle su condición humana. Por otra parte, con el correr del relato, se desnuda la dominación de quienes lo emplean -a través de amenazas-, la hipocresía del padre –que no está imposibilitado de trabajar y cuenta con ahorros- y el egoísmo de su hermana que, al volverse un obstáculo su presencia, decide deshacerse de él.

V.

               Es imposible desarrollar en estas sucintas líneas toda la andanada de sentires que dispara esta lectura. Porque Gregor es una metáfora carnal de aquellos que son distintos, que no encajan en la sociedad que les rodea, que son aislados, alienados, negados, ninguneados, convertidos en parias. A nadie le importan cómo sienten, qué pasa por sus pensamientos; sólo son un despojo que es mejor apartar. En suma, una obra que angustia e interpela por partes iguales. No encuentro excusa ninguna para no leerla. Sus reflexiones no mejoran la condición de lector; acaso, mejoran la condición de ser humano.

2 comentarios:

  1. ¡Hola Marcelo!
    cuando he visto lo de Obras escogidas de Kafka, he pensado que habrías leído varias obras de este autor checo, pero veo que te centraste en La metamorfosis. Coincido contigo en todas y cada una de tus apreciaciones, te cuento que leí la historia de Gregor Samsa hace ya muchos años (recién estrenado mi trabajo de bibliotecaria, un día le tuve en las manos y quise averiguar porqué era un libro tan famoso y comentado) pero lo recuerdo muy bien porque es una lectura que se te queda metida en el cuerpo y en la mente. Es buenísima esa metáfora que comentas y que sin duda es, y escrita de forma excepcional.
    Aún así comprendo perfectamente ese conjunto de tu grupo de lectura que prefieren leer novelas actuales, me ocurre lo mismo, me tiro siempre hacia autores y obras nuevas, sabiendo que muchos de los clásicos son una joya, pero no consigo que me apetezcan
    Que bueno es tener un grupo con el que poder compartir impresiones de lo leído ¿verdad?
    Un beso

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    1. Hola, Marian!
      En realidad, el volumen recoge tres trabajos; uno de ellos es el título de marras. Los otros dos, mucho más extensos, los dejaré para más adelante.
      Había leído este mismo trabajo hace años y esta relectura fue aun más impactante que la primera, pues la mirada personal se enriqueció con la de aquellos que compartieron apreciaciones.
      El grupo -numeroso- tiende a leer novedades, un poco por curiosidad y otro poco por tomar la lectura como entretenimiento; algunos pocos, además, queremos -cada tanto- encarar obras que nos dejen material para reflexionar y debatir.
      Gracias por pasar!
      Un beso para ti.

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