Galaxia Gutenberg, 2019
I.
Resulta llamativo que esta novela,
la segunda de la autora vasca, no haya arribado a estas costas. Pero esta
ausencia resalta más aún, cuando sus anteriores trabajos se ocupaban –tanto en ensayo
como en ficción- de las repercusiones sociales acerca de la violencia ejercida
por ETA, tema que justamente en la
presente obra queda asordinado como un remoto ruido
de fondo –sin peso específico en la narración-. Caprichos del
negocio editorial, supongo.
II.
Alicia Balastegui y Matthew Novak se conocen
en una universidad del sur de E.E.U.U. cuando ella migra desde su País Vasco
natal gracias a una beca de estudios. Jóvenes exitosos ambos, con buenos
ingresos, al poco deciden vivir juntos y, posteriormente, formalizan el vínculo
a través de una licencia matrimonial. Pero lo que nace como un idilio de futuro
promisorio se va deteriorando a medida que la rutina y las diferencias entre
ambos se vuelven mayores.
III.
Desde el inicio, Alicia describe
el declive de la pareja. Ahora se halla encerrada en su cuarto, llorando dentro
de un armario y con un miedo cerril a que Matty intente nuevamente ejercer alguna
clase de violencia sobre ella, mientras se pregunta –en mi expresión personal- en qué
momento todo empezó a irse al carajo. Así, la historia principal desarrolla
un abanico de violencias que abarcan no sólo el plano físico sino también el psicológico
y el familiar.
Mi gratitud para con EpubLibre por esta versión digital que, en papel, no hubiera podido leer.
IV.
Profundizando, Portela no elude el abordaje de
otras formas de violencia en un plano más amplio: la del racismo de los blancos,
sobre negros y latinos; la sociedad en general, sobre aquellas mujeres que
deciden abortar y los distintos estratos de acoso sexual, abuso y violación que
tienen lugar en los campus universitarios, que parecen ya un secreto a voces silenciado, si no aceptado.
En ese aspecto, existe una continuidad en los trabajos de la autora quien, sin
olvidar la ficción narrativa, mantiene su estilo personal.
V.
Estructurada en dos partes, la
novela fluye a ritmo coloquial y ameno, sin golpes bajos ni descripciones
innecesarias. La sutileza del vocabulario empleado por Portela –que insinúa los
hechos, ahorrando el mero acto violento- fortalece el conjunto de la trama y la
construcción psicológica de sus personajes, aunque el costo a pagar sea un
final algo desvaído y delicuescente de todos los temas abordados, resueltos elípticamente
en un abrir y cerrar de ojos. No obstante esto, es una lectura interesante.
Hola, Marcelo:
ResponderEliminarMe gustan los autores que tratan bien al lector y tienen delicadeza contando cosas violentas. Es que los hay muy brutos. La cosa se fue al carajo cuando empezó a parecer la historia perfecta, ahí se tienen que encender las alarmas.
Ahora mismo no estoy para violencias domésticas y realidades duras, prefiero mimos. La autora tendrá que esperar.
Besitos caprichosos
Hola, Maja. Por experiencia, cuando se encienden las alarmas, ya todo se ha ido al carajo. El declive es anterior.
EliminarEdurne escribe muy bien. He leído algunos de sus trabajos y me gusta que tienda a ocuparse sobre las distintas facetas que presenta la violencia. Eso, sin querer encasillarla -dicho sea de paso-.
La espera habrá de ennoblecer la lectura.
Besitos nobles.
¡Hola!
ResponderEliminarEdurne Portela es una autora que me gusta mucho. He leído dos novelas suyas, "Mejor la ausencia" (he visto que tú también la tienes por aquí reseñada, ademas del ensayo) y "Los ojos cerrados" (te recomiendo mucho esta última, Marcelo) y veo que en esta que nos traes (que voy a leer, seguro) la autora sigue en su línea de denunciar la violencia en todas sus facetas (no solo el tema etarra, que también), algo que me gusta, porque lo considero necesario
Te agradezco mucho que me hayas recordado que me queda esta novela suya por leerme (el último publicado ahora en 2023, no es ficción)
Un beso
Hola, Marian!
EliminarGracias por tu recomendación; de hecho, ya la tengo por aquí puesto que la había apuntado.
Al igual que la viruela, los seres humanos deberíamos hallar la manera de erradicar la violencia, en sus múltiples disfraces y máscaras.
Ésta te gustará; lo descuento.
Besos para ti.
Sin duda una novela interesante y también una autora muy interesante. A Edurne Portela se le da muy bien poner el foco en todo tipo de violencias, incluso las más sutiles, que son las más ambiguas y por tanto las más difíciles de detectar y en las que más conviene, por tanto, no dejar de incidir.
ResponderEliminarAunque me gustó más Mejor la ausencia, leí Formas de estar lejos con agrado. Me gustaría leer también el algún momento su ensayo El eco de los disparos.
Un abrazo
En el plano de las violencias, hay una que sospecho habrá de ser difícil erradicar, Lorena: la violencia pasiva; la de quien, con su accionar, genera en derredor una respuesta desacorde -que, tras la mirada de los demás, engendra culpa-. Algo de esto he señalado en el libro de Han Kang.
EliminarComparativamente, en cambio, me ha gustado más éste que su anterior. Lo he notado más fluido. Pero tómalo con pinzas; me encuentro a miles de kilómetros de los hechos que narra en 'Mejor la ausencia'.
Te sugiero la lectura de 'El eco...'; te habrá de gustar, estimo.
Algo más: os he leído a ti y a Rosa cuando habéis subido sendas reseñas. Confieso que estoy más cerca de sus notas en cuanto al final. Por lo demás, agradecido de ambas.
Un abrazo para ti.