I.
El título venía recomendado desde
el otro lado del Atlántico; máxime, con buenos comentarios sobre las cuidadas
ediciones de este novel sello. Despertaron mi curiosidad ambas razones, pero debía
esperar a la versión digital pues era imposible hallar un ejemplar, debido a
las exiguas importaciones que están teniendo lugar en el ámbito local, en
general. Podría haber accedido a alguna edición anterior, a través del mercado de
libros usados; no era mi opción.
II.
La historia comienza con una desgracia: Lucy
Entwhistle acaba de perder a su padre, con quien mantenía un vínculo filial
sólidamente construido, durante unas vacaciones en Cornualles. En la veintena y
sin más familia que una tía distante, conoce a Everard Wemyss, un hombre al
borde del medio siglo, recientemente viudo. Caballeroso y solícito, con
recursos económicos y dueño de una casona, al poco de consolarla se permite solicitarla
en matrimonio. La rapidez de la propuesta despierta los recelos de su tía sobre
el recién llegado, pero la joven accede.
III.
Wemyss ha perdido a su esposa Vera
merced a un accidente, pero las circunstancias no son claras. Cuando Lucy
empieza a intimar con Everard, el lector descubre a un consumado manipulador,
egoísta en extremo, que intenta satisfacer sus caprichos sin tener en cuenta
las razones y/o gustos de su joven cónyuge, sometiéndola continuamente a toda
clase de bajezas, de manera irreflexiva y despótica, que desemboca en la
enfermedad de Lucy quien, cada día, comprende mejor a esa omnipresente Vera.
Solo la tía intuye la realidad matrimonial e intenta una no tan velada
amenaza, pero la esclavitud persiste.
La versión digital, gentileza de EpubLibre
IV.
Las descripciones que realiza la autora en
materia emocional coinciden con lo que hoy, profesionales en materia de
psicología de la salud denominan un amor
tóxico: esa dedicación full time
al control del otro, a socavar su resistencia y establecer una relación de
sumisión incondicional, con riesgo cierto a su integridad física y moral si a
la víctima se le ocurriese abandonar tal grado de sojuzgamiento. Me pregunto
cuán incautos debemos ser -o solos nos debemos sentir-, para disponernos a aceptar semejante maltrato. En
ese aspecto, este libro es un noble precursor de aquel otro más célebre de
Daphne du Maurier: Rebecca.
V.
Con una prosa fluida, coloquial, y minuciosos detalles sobre acciones y sentires –que parecen haber sido vividos en carne propia por von Arnim-, las escenas no dejan lugar a dudas sobre el manejo enfermizo de Wemyss como tampoco arrojan ninguna esperanza para el futuro de Lucy. En suma, un libro muy interesante, por más que provoque cierto clima depresivo.
Lo leí el pasado año y me pareció magnífico. Encontré un final de lo más horripilante que se puede ver en la literatura. Es cierto que recuerda a Rebecca, pero en ésta el marido era la víctima de la mujer manipuladora y en Vera fue quien la hizo terminar como terminó. En todo caso, sí creo que di Maurier había leído esta novela antes de escribir la suya.
ResponderEliminarUn beso.
Tengo aún pendiente el libro de du Maurier para leer. Tus líneas, junto a las de Lorena, afianzaron mi idea de incorporarlo a las lecturas de este año; valga como reconocimiento para ambas.
EliminarDe por sí, el final del libro paga la obra.
Un beso para ti, Rosa.
Querido Marcelo.
ResponderEliminarAquí como muchas otras veces, he ido contracorriente. En buena parte debido a que hay gente que cuenta demasiado en sus reseñas y eso le restó emoción a los giros importantes de la trama. Alabo la creación de personajes y las relaciones entre ellos, que enganchan y adoro a la tía Dot, que pensé que al final daría la vuelta para hacer algo.
Una novela que da que pensar, sin duda. Pero a la que creo que le faltó fuerza al final.
Besitos rebeldes
Estimada Maja, estoy de acuerdo contigo salvo por el final: me parece que no había mejor salida que la que tuvo. Creo que von Arnim quería plantear que existen casos como éstos en los que no aguarda ninguna esperanza para la víctima.
EliminarLa tía Dot está bien construida, pero le falta decisión.
Besitos debatidores.
El final de esta novela es el más terrorífico que recuerdo haber leído con ese cierre de puertas a toda esperanza.
ResponderEliminarMe alegro de que hayas disfrutado/sufrido esta novela.
Un abrazo
Gracias a ti y a Rosa, pues a través de vuestras líneas pude tomar contacto con un texto que, de otra manera, creo que nunca habría sabido que existía.
EliminarLo más triste de todo, Lorena, es que lo que narra von Arnim en esta novela sigue ocurriendo.
Un abrazo para ti.
Me encantó este libro. Su final me dejó totalmente impactada, es de los finales más desesperanzadores que he leído... La autora, como también señalas, parece saber muy bien de lo que habla y el cómo lo cuenta me pareció magistral. Un libro necesario. Abrir los ojos en esas situaciones es muy complicado y tristemente es más habitual de lo que podamos imaginar...
ResponderEliminarTerrorífico pero real como la vida misma...
Regresé a la autora con su Abril encantado el cual cuenta con una voz y tinte totalmente distinto a este de Vera, pero que también me gustó mucho... Ahora tengo pendiente Elizabeth y su jardín alemán.
Por cierto, una pena que sea tan difícil conseguir por allí los libros de Trotalibros, está trayéndonos obras muy muy interesantes...
Un saludito, Marcelo.
Coincido contigo, María; el final es muy desesperanzador. No he tomado contacto con otros títulos de la autora aún pero, al menos, alguno de ellos puede hallarse en papel en librerías selectas, aunque el precio es prohibitivo. Ya resultan onerosos los de edición local; ni te imaginas los que vienen desde afuera.
EliminarYo también lamento no poder acceder a los títulos de esta casa editora, a no ser por vía digital. Parecen de edición muy cuidada.
Un abrazo para ti.