I.
Como me fuera propuesto por
alguien que había viajado a Vietnam en 2019 –y leído el libro, para
ambientarse-, no podía hacer caso omiso a menuda sugerencia. Además, el texto
me proporcionaba una ocasión única para comprender mejor los mecanismos
internos que se disparan a la hora de elegir los Premios Pulitzer de Literatura
-éste, de 2016-, merced a los temas abordados que, en su mayoría, refieren en
parte a la historia de E.E.U.U., o bien reflejan aspectos de ella.
II.
La historia se centra en la narración en
primera persona de quien fuera un topo:
un espía encargado de informar los pasos de los jefes para quienes
supuestamente trabaja y, así, poder prever los mecanismos para que se los
contrarreste. Oriundo de una aldea ahora ocupada por el Vietcong comunista –de
quien se declara simpatizante-
acompaña al General –de las fuerzas
del Sur- en su evacuación final desde Saigón y en su nueva vida en América.
III.
Gran parte del texto se ocupa en
establecer y exponer la doble moral
de su protagonista. Por un lado, debe comportarse como leal a la causa de los
evacuados –mostrándose partidario de sus acciones a posteriori, que buscan el regreso y la continuación de la lucha-
y, por otro, delatar cada nueva tentativa de restablecimiento del antiguo
dominio. En ese aspecto, el lector asiste al paulatino desdoblamiento de la
personalidad del narrador, que adhiere a la mirada del Vietcong –con su defensa
de la identidad de un estilo de vida propio, sin responder a dominación
alguna-, sin por ello abandonar los beneficios que otorga una previsible vida
en territorio americano.
IV.
Por otra parte, narra la historia de tres
amigos que han decidido firmar un pacto de sangre desde jóvenes, para defender
lo que consideran su forma de vida. Uno de ellos, más afín al narrador,
decidirá quedarse, por ser parte de la Revolución. El otro, que acompaña a
América a aquél, en la acción de evacuación final pierde a su familia y, con
ello, el sentido de su refugio; solo piensa en volver a su tierra. Ambos
encararán el regreso, con consecuencias muy distintas a las esperadas.
V.
Con una prosa fluida, de estilo ameno y coloquial y con escenas emotivas –y dolorosas-, Nguyen ofrece una mirada del refugiado que debió adaptarse a un entorno hostil con los extranjeros, fuertemente discriminador y receloso. Un paria sin patria de origen, incapaz de asimilarse en su país de residencia; lo que se dice un marginal. El mérito de la obra radica en un cuestionamiento con fundamentos hacia la imagen hagiográfica que libros y películas han vendido sobre la guerra de Vietnam. En síntesis, una novela histórica muy recomendable.
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