Fue un librero amigo quien me lo recomendó. Me sentí inseguro, porque no destino tiempo a thrillers pero, ante su insistencia, lo llevé. Poco después recordé haber visto en la pantalla grande el film, por lo que ideé esta combinación que presento.
Libro
ZONA CALIENTE
Charles
Williams (La Bestia Equilátera, 2016)
Harry
Madox lleva una vida errática. En la medianía de los treinta, desembarca en un
pueblo de mala muerte y, a poco de andar, demuestra ser buen vendedor de autos
usados. Pero el incendio de una hamburguesería cercana le permite tomar
conciencia de cuán fácil sería perpetrar el robo del banco local.
Su presente se desgrana entre coquetear con Gloria
Harper, la curvilínea e irresistible jovencita que lleva los libros del jefe
Harshaw –en un negocio de préstamos en una oficina paralela-, o enfrentar los
embates de Dolores Harshaw, esposa de éste y mucho menor que él, que halla
en Harry un material de entretenimiento personal. Así, todo está dado para que
se cometa el robo y salgan a flote algunos tópicos que anclan en el pasado.
Harper es víctima de un lugareño, Sutton, quien ha
tomado fotos suyas en situación comprometida y la chantajea. La Sra. Harshaw solo
espera lograr un nuevo y último ataque al corazón de su cónyuge para librarse
de él y heredar. Mientras tanto, tiende trampas para asegurarse a Harry, cuando
él y Gloria han decidido retirarse y vivir juntos en el Caribe –tras el atraco,
claro-.
Todo este policial –de los mejores- sostiene la
tensión hasta el final. Imposible despegarse del texto antes de su conclusión.
El desparpajo y la sensualidad de la Sra. Harshaw, la obsesión objetiva del
robo en Madox y el enamoramiento de Harper -de quien pudiera llevarla fuera y
lejos de ese lugar aburrido-, son las piedras basales de este thriller con notorios matices sexuales,
que tan bien desarrolla Charles Williams.
De prosa fluida y coloquial, ritmo trepidante y con
la construcción de una atmósfera que responde propiamente a los libros de
suspense, el conjunto de elementos hace de la novela un modelo en el género. Si
a ello le añadimos un desenlace magistral, imprevisible y sin fallas, todo indica
que estamos ante una obra sui generis.
Sigo creyendo que si existe un buen final, un cierre redondo, la novela no
puede menos que ser buena.
Para disfrutar tanto a quienes aman el género policial, como a los lectores en general. El libro fluye rápidamente y deja un buen sabor final. Para no dejar pasar. Apropiado para un entorno de descanso y relajación.
Film
LABIOS ARDIENTES
Dennis
Hopper (Orion, 1990)
Había visto el film en el tiempo de estreno. Las
potencias de los artistas en los roles principales ameritaban que así fuese. En
el apogeo de sus carreras y de su belleza física, tanto Don Johnson como
Virginia Madsen y la juvenil Jennifer Connely, prometían buenos momentos.
Yendo a la realización, el film
se apega bastante bien a la historia, aunque mejor al espíritu con que fue
concebida la obra de Charles Williams. Realmente, es un thriller de alto
voltaje, con un Harry Madox (Johnson) en su tinta, sacando jugo a su erotismo
tanto como a su parquedad y una Gloria Harper (Connelly) que se debate entre su
angelical adolescencia y su sexualidad a flor de piel. Pero los aplausos y el
reconocimiento se lo lleva Dolores Harshaw (Madsen), componiendo a una femme fatale clásica, quien no deja cabo
suelto para llevarse el premio mayor. De cabo a rabo, la versión de Hopper
rinde sus dividendos.
La banda de sonido se adapta bien
al entorno cansino y moroso del pueblo donde se desarrolla la trama. El elenco
secundario –un puñado de actores- consolidan el trabajo de las figuras
estelares y el conjunto se disfruta mucho. La fotografía y la cámara tienen el
tino de saber repartir el contraluz cuando es debido –sobre todo en las escenas
de desnudos- y la iluminación plena en el resto del film –que incluyen un
semidesnudo de Connelly-.
En suma, una buena combinación de
suspense, intriga policial y sexo que mantiene la tensión hasta el final, al
igual que el libro original. Para pasar un buen rato en familia o con amigos.
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