I.
Segundo volumen de esta colección. El título
puede resultar equívoco, porque Quignard no se refiere al Pasado como tal sino
a aquello que fue Antes: lo aorístico,
lo que no tiene límite ni fin, la esencia inicial donde todo era posible. Valga
un ejemplo como explicación: cada ser humano se vuelve limitado desde el
momento de su nacimiento –v.g., adquiere la lengua materna y asume que su vida
tendrá un final-. Pero Antes de ello, su existencia no tenía fin y podría haber
adquirido cualquier idioma, o no optar por uno en concreto, puesto que, al
igual que la vista, no les eran necesarias.
II.
Según el autor el Pasado cambia con las
circunstancias; su naturaleza es cambiante: la lengua, la nación, la geografía,
la familia, etc., lo condiciona. Así, la Historia se escribe en páginas a
partir de una lengua y esa Historia extiende el Pasado. En cambio, lo Anterior es
el lugar donde habita el alma, que puede viajar, comparar, regresar o moverse
sin límites.
III.
El texto abunda en fábulas
orientales, minúsculos detalles históricos, personajes marginales, análisis
semántico y filológico que quizás al lector profano les resulte algo arduo en
más de un sentido. Por ello se hace necesaria una lectura atenta y comprensiva,
para captar el significado del conjunto y no perderse en derivaciones
inconducentes. También exhibe algunas reflexiones interesantes,
“Hay una sensación por la
cual sabemos que fuimos engendrados, precedidos, y que no es específica de
nuestra especie. Agustín distinguía entre principium
e initium. Principium define el comienzo natural (la concepción física). Initium define el comienzo lingüístico o
religioso (la iniciación social).”
IV.
En suma, Lo Anterior habla de las
potencialidades del ser que, una vez expulsado del útero materno, se afana en
una búsqueda de aquello que ha perdido, del momento en que era parte de algo
mucho más universal,
“Lo Anterior está en el
límite de lo Nunca-ocurrido y es por lo cual no se encuentra con el pasado. Lo
Anterior le da el tiempo al hombre sin procurarle la percepción del origen.”
V.
Con la prosa poética de siempre y
el lirismo a flor de piel, esta colección de meditaciones convoca al lector hacia
reflexiones que bordean lo religioso y lo ontológico. Un regalo final,
Los peces son agua en estado sólido.
Los
pájaros son viento en estado sólido.
Los libros son silencio en estado sólido.
Gracias por ser un faro de claridad en un mundo lleno de ruido. Sumérgete en el mundo de Aviator a través de nuestro blog.
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