lunes, 11 de marzo de 2024

e-book 149. Recuerdos del exilio. Verde agua, Marisa Madieri

Minúscula, 2014


 I.

               Unas sentidas líneas sobre este título aparecidas ya hace mucho en la Red, lograron que lo incluyera entre mis búsquedas. No obstante, debió esperar varios años para que decidiera encararlo; el momento exacto para disfrutar de un libro hecho de recuerdos, a la manera de un diario personal. La autora, quien fuera esposa del escritor Claudio Magris, nos brinda una mirada singular acerca de su propia historia, que es la de muchos: el obligado exilio de su tierra.

II.

                Madieri nació en Fiume, -hoy Rijeka, Croacia- en medio de una sociedad donde su mayoría se reconocía italiana. Cuando en 1947 la Yugoslavia de Tito se apropia de este territorio, todos los italianos debieron migrar forzosamente, y ella y su familia, al dejar todas sus pertenencias en aquella tierra, fueron acogidos como lo que eran –exiliados- en los nombrados Silos Triestinos. Su historia, entonces, se debate entre aquella infancia tan nítida y la opacidad de la vida en Trieste.

III.

               Muchos años después, ya madura, recoge estas memorias como un legado de aquello que jamás podrá volver a ser. En ese aspecto, Madieri nos brinda un cúmulo de fotogramas –como el de aquellas viejas fotonovelas-, con una maraña de personajes, vecinos, etc., que van tejiendo una trama donde su vida social tenía lugar. Particularmente importante y entrañable es la figura de la abuela Quarantotto, verdadero centro del núcleo familiar.

La versión digital, gentileza de EpubLibre

IV.

                Mas no todo es ejercicio de la memoria. Madieri sabe intercalar su acontecer cotidiano –de noviembre de 1981 a noviembre de 1984, según sus fechas-, en medio de sus evocaciones, de manera de expresar sin cortapisas que éste es un trabajo a conciencia, no el mero resultado de ponerse a recordar fantasmas del pasado que aun revolotean en su interior. Y, por supuesto, nos participa de su amor por la vida, y por su esposo.

V.

               De estilo fluido y ameno, el conjunto de exposiciones goza de un beneficio adicional: la narración sólo se refiere a lo vivido, sin juicio de valor ni rencor por aquello que le ha tocado en suerte o desgracia. Ha logrado atravesar aquellos viejos dolores y convertirlos en un emotivo fresco de época que, a su vez, le ha permitido configurar su propio presente. El posfacio a cargo de su marido –viudo ya-, es la cereza del postre. Para no perder.

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