I.
Surgió entre un puñado de
propuestas que el miembro más experimentado del grupo nos allegó, de manera que
el resto optara. Cada cual valoró las posibilidades y la elección recayó sobre
el título de marras debido a que nunca antes habíamos compartido una novela
epistolar. Por otra parte, la más joven fue la más entusiasta al enterarse del
contenido.
II.
En un pasado cercano, Xavier ha sido
encarcelado por ser un insurgente
-¿subversivo?, ¿terrorista?, ¿revolucionario? ¿Cuántos otros epítetos
descalificadores encuentra el poder capitalista para designar a quienes luchan
contra él?-. Su compañera –A’ida, una activista que supo conocer el encierro-
le escribe cartas desde fuera. No tienen data anual ni tampoco están ordenadas;
solo se agrupan en tres paquetes atados con una cinta. El mismísimo autor dice
haberlas encontrado en la vieja cárcel de Suse (¿?) durante una visita, y
decidió exponerlas, sin revelar nada más.
III.
Así, el lector asiste a una
relación de pareja, comprometida con la militancia en pos de una sociedad más
igualitaria. Pero lo hace unilateralmente, a través de las misivas que le hace
llegar A’ida desde el exterior que, por otra parte, narran lo cotidiano y, en
muchos casos, evocan momentos o lugares que a Xavier le resultarán
significativos: un modo de sostener la relación a la distancia recordando un
pasado común y, también, una luz de esperanza en que ambos pudieran volver a
encontrarse. A cambio, Xavier realiza anotaciones en el reverso de las hojas,
con reflexiones sobre hechos e injusticias sociales.
La versión digital, gentileza de EpubLibre
IV.
Uno de los grandes aciertos de esta novela
radica en la forma elegida por Berger para hacernos llegar parte de la historia
–de manera que el lector, por ausencia de respuestas de Xavier, deba construir
el resto de la misma-. La otra, es la prosa poética que utiliza A’ida en sus
líneas, que responden a una mujer no solo enamorada sino que se esfuerza por
sostener anímicamente a su compañero, para que ambas fuerzas no decaigan. Además, deja entrever su participación en
la lucha política.
V.
Con un estilo fluido y ameno, que por momentos alcanza cierto grado de lirismo, Berger construye una obra sin asientos temporales ni geográficos, quizás algo panfletaria pero que no opaca el amor entre luchadores reivindicativos. Una novela que será del agrado de muchos lectores, jóvenes en particular.
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