I.
Un interesante comentario aparecido
hace años en la Red hizo que apuntara este título, de una autora para mi desconocida
(una más). Hubo que armarse de paciencia hasta que algún iluminado apostara por
ambos y arribara a estas costas. Como figuraba en el catálogo del importador, pero
no en los puntos de venta, decidí llevarme del sano consejo de mi abuelo socialista
–‘elimina los intermediarios, hijo’- y lo fui a retirar al depósito
directamente. Si buscaba una expresión literaria novedosa, aquí la encontré.
II.
El
libro no es una novela ni tampoco un conjunto de relatos inconexo; al
contrario, cabalga entre los géneros constituyendo una suerte de fragmentos con
un hilo conductor común: hombres y animales somos parte de un todo mucho mayor,
una Creación en la que nuestros roles pueden ser intercambiados con
naturalidad, en una suerte de metamorfosis ovidiana, que muchas veces no
termina por concluir, pero que en todos los casos dispara reflexiones sobre
nuestro lugar en el mundo.
III.
La telaraña y su tejedora, con que abre y
cierra el volumen, resulta una metáfora apropiada para situarnos como parte de
una de las tantas nebulosas que componen el cosmos, capaz de influir decisivamente
en nuestras efímeras vidas, sin incidencia personal; sólo porque así se
desarrollan los hechos, como si nuestras decisiones ya estuvieran signadas de
antemano por la porción de sucesos que nos destinó el azar.
IV.
Mujeres
que se convierten en pájaros, piernas que rematan en pezuñas de cabra y todo un
rico arsenal de animales que comparten jaulas, establos, rascacielos, plumas con
el género humano, transformándose unos en otros, son parte de miedos, sueños e
ilusiones, donde la humanidad y la animalidad se entremezclan sin solución de
continuidad. Es ésa la tela de araña con que la propia autora nos envuelve con
su hilandería fina.
V.
Con prosa depurada y poética, una imaginación desbordante y una sustancial
riqueza interior, Gutiérrez nos hace partícipes de fábulas que nos cuestionan
acerca del real valor de nuestra existencia y de cuán libres somos a la hora de
ejercer nuestros supuestos derechos a tomar el futuro en nuestras manos. Un
libro distinto, más que recomendable.