Sudamericana, 1998
El
general José María Paz, oficial de las Guerras de Independencia, es, por
antonomasia, el prototipo de militar profesional de siglo XIX. Había nacido en
la provincia de Córdoba en 1791 y estudiaba en aquella Universidad, cuando se alistó
para enrolarse en cuanto enfrentamiento hubo a partir de 1811, primero al mando
de Manuel Belgrano, luego a favor del Partido Unitario. Peleó contra los
españoles (‘realistas’, defensores del trono de Fernando VII y la pertenencia a
España); luego, contra el Imperio del Brasil; después, contra los caudillos.
Batalló en el Litoral y en Montevideo, en Córdoba y Santa Fe; sus huidas lo
condujeron a Paraguay, Uruguay y Río de Janeiro. Participó en las luchas
civiles y fue ministro de Guerra del Estado de Buenos Aires, al separarse éste de
la Confederación. Tamaño despliegue y convicción le valió el reconocimiento
póstumo y hoy, todo el límite seco que separa a la Ciudad de Buenos Aires de la
provincia homónima y del interior de este país, lleva su nombre. No podía ser
de otra manera.
El libro de marras es una novela
histórica, basada en un hecho puntual. En marzo de 1831, habiendo salido a
reconocer el terreno donde presentar batalla al caudillo de Santa Fe, Paz es identificado
por una partida de enemigos y perseguido; su caballo es boleado y él mismo
apresado. Su reclusión se prolongará ocho años y son sus pensamientos, su
filosofía, los que Sáenz nos hace llegar a través de reclusión en ese cubículo
de cuatro por cuatro metros.
Respetado por sus dotes de
estratega, Paz medita continuamente sobre las pasiones, contrapuestas a la
razón:
‘La poesía no es otra cosa
que la sublevación del hombre contra la razón. Por eso yo he dedicado mi vida a
luchar contra la poesía, cosa nada fácil en este país en donde un hombre
montado en un caballo moro puede levantar su lanza y hacer un firulete contra
el cielo como si dibujara la rúbrica de su terrible nombre… Esos poetas de los
gestos son los dueños de mi patria… Sin la razón el ser humano deja de serlo y
se convierte en un esclavo de sus propios sentimientos; sus únicos límites son
sus deseos y de esos deseos generalmente se imponen los más primitivos,…’
En sus páginas, Sáenz desgrana la
valentía de Paz de enfrentarse a la muerte totalmente desarmado, su aprendizaje
del sexo con una india, y el amor entre rejas con la sobrina con quien finalmente
se casa, que le proporciona buena dosis de esperanza y mitiga su inacción.
También desfilan otros personajes de
nuestra historia. Belgrano, al que erige como mejor militar; San Martín, que le
negó su incorporación al regimiento de Granaderos ‘por no dar la talla’ y un
grupo de caudillos entre los que destaca Facundo Quiroga, su acérrimo enemigo,
quien resume en su figura su propia razón de ser. Ambos, componen dos caras de
una misma moneda.
Ameno, fluido, con un montón de
sabias reflexiones acerca de los hombres, los gobiernos y la política, el autor
construye un relato sólido y repasa un período de la Historia Argentina, rica en
desencuentros, que complementan adecuadamente las ‘Memorias póstumas’ que el
propio general Paz dejó de legado a la posteridad y que, en opinión de Sáenz,
‘se olvidó de decir’, como reza el subtítulo del libro.
No me atraen las novelas históricas por razones obvias: algunas personas confunden leer novela histórica con leer historia. Pese a ello he leído y no rechazo por sistema leer novela histórica.
ResponderEliminarEsta que presentas parece interesante, el fragmento lo es y mucho. Las biografías, sean o no noveladas, siempre me interesan.
Menudo militarón!! :)
Un enorme abrazo querido Marcelo!!
Al igual que tú, U-to, soy de leer más sobre Historia que novelas históricas. Pero debo reconocer que la presente está muy bien. En un país que se formó con la Ilustración europea, se asentó con el positivismo decimonónico y que derramó sangre de caudillos por doquier, el fragmento encierra una forma de pensar este país que, si bien no justifica tanta lucha, al menos ofrece una de las miradas en pugna. El día que lea los seis volúmenes de Memorias de ese gran personaje que fue el 'Manco' Paz, seguramente tendré una visión mucho más real de aquel período. Sí, menudo militarón!
EliminarUn beso para ti!
Me parece fascinante la historia de Argentina en el período de las guerras entre los unitarios y los federales. Un ejemplo único de formación de un país y una nación. Pero lo que encuentro más admirable es que todos los héroes, independientemente del bando al que pertenecieron, tengan cabida en la mitología argentina (por llamarlo de alguna manera)- que en Buenos Aires CF te paseas por las calles Alvear y Lavalle igual que por Facundo Quiroga o Dorrego; que Lavalle esté sepultado en la Recoleta etc. En muchos países este tipo de reconocimiento sigue siendo impensable. Aunque me parece que quien falta es Rosas, ¿no?
ResponderEliminarEs que tenemos cierta tendencia a reconocer a los contrarios, muchos años después de su deceso, claro. Los restos de Juan Manuel de Rosas también se encuentran depositados en el cementerio de la Recoleta, Agnieszka. Eso sí, por más que busqué, no hay una calle con el nombre del 'Tigre de los Llanos', Facundo Quiroga. Claro! José M. Paz no lo permitiría!, Ja, ja.
EliminarUn beso.
¿Y la calle Facundo Quiroga en Palermo Chico? ¿O es que se trata de otro FQ? No me acordaba de la tumba de Rosas o la hicieron en los últimos 10 años, jaja. Siempre me sorprendió un poco que Don Juan Manuel no tuviera su calle ( o ¿estoy equivocada?) en el centro de la ciudad.
ResponderEliminarEs verdad! La avenida Brig. Gral. F. Quiroga es una avenida que va por detrás de la Fac. de Derecho y rodea al canal de TV estatal. Tiene pocos años. Debe ser que nunca voy por esos parajes, Agnieszka. Pero estás más informada que yo.
EliminarRespecto de Rosas, es una figura controvertida. La Av. Monroe en el barrio de Belgrano debiera llevar su nombre, pero la gente la sigue llamando Monroe. Cosas de la historia y de la gente.
Un beso!
la figura de Rosas es tan controvertida como la del 95% de quienes figuran en la denominación de todas las calles de CABA. Es una verguenza esta situación., En cuanto al libro "mis olvidos"..le he leido y me ha gustado. Buenos datos históricos
EliminarNo se si el 95%, pero sí muchos. Roca, Perón, Sarmiento... por citar algunos. El libro despierta la curiosidad por leer más acerca de esa época. Sobre todo, las 'Memorias' del Manco Paz.
EliminarGracias por darte una vuelta por acá, Restaurador!
Por favor Marcelo Z. Un placer. Me encantan los debates Históricos. Sin etiquetamientos y humanizando a las personas. Rosas merece su calle...es un verdadero anacronismo que CABA no la tenga cuando hasta Corrientes tienen avenidas Juan Manuel de Rosas. Te invito a mi blog: http://revisionistasdesanmartin.blogspot.com.ar/
Eliminarabrazos