Alba, 2013
I.
‘En
Sevastópol no me convertí en un general de las armas, sino de las letras.’
Ésta fue la frase, ubicada en la
contratapa del libro –en una edición exquisita en cartoné-, que me decidió. No
sabía que Tolstói había participado en la Guerra de Crimea como alférez de
artillería y que sus impresiones fueran recogidas en un libro de crónicas, con
tintes más periodísticos que novelescos. A sabiendas del reconocimiento de sus
trabajos más renombrados, llamó mi atención éste, con que inicia su tarea de
escritor –aunque antes había escrito tres novelas de carácter autobiográfico-.
II.
Tolstói llegó a Sebastopol en
noviembre de 1854 y partió tras la caída de la ciudad en septiembre de 1855. El
libro compila de primera mano su experiencia durante el largo asedio de once
meses que les fuera infligido a las tropas rusas por parte de la alianza
anglofrancesa – otomana antes de la evacuación final.
III.
El texto se compone de tres relatos.
El primero, con fecha de abril de 1855, refiere a la situación de la ciudad de
marras hacia diciembre de 1854. En él puede hallarse el primer contacto del
relator con la guerra, los proyectiles, el cañoneo y, fundamentalmente, con la
realidad de los heridos, sus mutilaciones, el barrial de las trincheras,
rescatando sólo de ello el espíritu ruso de amor a la patria.
IV.
El segundo, de fecha de junio de
1955, se ocupa de las relaciones entre la oficialidad rusa y los soldados.
Tolstói deplora sobremanera la soberbia y altanería de los oficiales, que se
consideran aristócratas, haciendo uso
de sus títulos de nobleza –príncipes, barones, etc.- cuya pompa no va a la zaga
de su cobardía, quienes detestan tener que ocupar un puesto en los bastiones en
los que campea la muerte. Dividido en dieciséis capítulos breves, da cuenta de
los recelos mutuos y de cómo, al avanzar la guerra, va cambiando el
comportamiento de los mismos.
V.
Por último, el tercer relato –de
diciembre de 1855- captura la derrota hasta la evacuación de la ciudad, en agosto
de ese año. Lo hace a través de veintisiete capítulos en los que se narran las
peripecias de dos hermanos que ponen fin a sus vidas al servicio de la patria.
La capitulación conlleva una sensación de fracaso oportunamente manifestada por
Tolstói, quien exhibe su postura pacifista en contra de los horrores de la
guerra. Un libro escrito al calor de los hechos, con una pluma ágil, amena y
una observación minuciosa, que resulta buena propuesta para iniciarse en las
letras del gran maestro ruso.
Uf, la de tiempo que no leo nada de Tosltoi. Gracias por traerlo. Una buena propuesta.
ResponderEliminarYo también, Ana! Afortunadamente, conseguí éste, del que no tenía idea y resultó interesante.
EliminarGracias por darte una vuelta por aquí.
Un beso.
Es cierto, Sebastopol es el lugar. Es el sitio en que un oficial con entusiasmo por la literatura descubre su vocación, y el sitio en que un patriota empieza a creer en la paz universal.
ResponderEliminarEn estos relatos probablemente está la semilla de La Guerra y la Paz, así como también el hombre y el escritor en que Tolstoi se convertirá. Si no es molestia, dejo mi reseña sobre este texto: https://libreriadeurgencia.wordpress.com/2020/04/12/el-sitio-de-sebastopol-leon-tolstoi/
Creo que no solo descubrió su vocación, sino que vio en primera fila los avatares de la guerra y de ello nació su fuerte vocación humanista.
EliminarAcabo de pasar por tu espacio, y me alegra saber que hemos coincidido. Nos volveremos a ver, por allí o por aquí. Saludos.