Capitán Swing, 2017
I.
Pude hacerme de una versión digital
de este libro tiempo antes de que en este país se discutiera la ley sobre
Interrupción Voluntaria del Embarazo (léase Aborto
Legal), cuyo clímax se alcanzó en junio de 2018 con la media sanción en la
Cámara de Diputados, aunque no llegara a refrendarse por negativa del cuerpo de
Senadores algunos días después. A principios del año en curso, una amiga
lectora necesitaba este título, lo que me recordó que debería incluirlo en mis
lecturas.
II.
Esta novela publicada por la autora en
1975, relata los pormenores de la vida de Firdaus, una mujer egipcia que se
encuentra recluida en la prisión de Qanatir, cerca de El Cairo, por haber sido
encontrada culpable de asesinato, y próxima a ser ejecutada. La narradora –alter ego de El Saadawi- explica cómo
llegó a ella: realizaba entrevistas a las prisioneras para tener, de primera
mano, los testimonios sobre la dominación machista de la sociedad musulmana a
través de las historias de las mujeres.
III.
El Saadawi deja lugar, entonces, a que sea la
propia protagonista, en una suerte de confesión en primera persona, quien narre
sus peripecias. Desde una infancia en la miseria y la pérdida del placer sexual
debido a la ablación genital, denuncia la mezquindad de su padre, los manoseos
y abusos de parientes a medida que crecía, y los vejámenes perpetrados por su
marido, hasta su caída en la prostitución.
La versión digital, gentileza de Epublibre
IV.
Dueña de un título secundario –rara avis para una mujer-, Firdaus
decide abandonar ese rol y hallar un empleo que le otorgue respetabilidad; la
dignidad de ser humano que la vida le ha negado. Pero el descubrimiento del
amor sólo le aportará una nueva cuota de humillación y un nuevo descenso. Así,
hasta tener que defenderse del avasallamiento físico de un proxeneta, con el previsible
final.
V.
Con una prosa directa y sin
florituras, El Saadawi construye una novela breve en la que desnuda las
relaciones de poder presentes en sociedades autoritarias de dominación machista
–como la musulmana, aunque no solo-. En ese aspecto, es un alegato sobre el
sometimiento de las mujeres, cuyas vidas parecen estar signadas por una férrea obediencia
a la tradición, con el único fin de brindar la más plena satisfacción al género
masculino. Un libro señero, de lectura necesaria en el camino hacia la igualdad
de género.
Pues mira Marcelo, esta vez sí que sí..., sí que me lo llevo. Me resulta muy interesante las pinceladas que nos das sobre esta novela y el tema que aborda. Me encantan este tipo de lecturas que creo todo el mundo debería leer y asimilar. Conozco esta mujer, aunque no la he leído, sé que es una gran defensora los derechos de la mujer en las zonas del mundo de mayor vulnerabilidad, es del estilo de la genial Chimamanda Ngozi, de la que sí he leído alguna cosa.
ResponderEliminarPues lo dicho, me la llevo.
Besos
Yo también soy partícipe de que todo el mundo debiera leer y asimilar, Marian. Es un punto de partida para volvernos más iguales.
EliminarLas mujeres sois vulnerables a la dominación machista; los varones hemos sido educados para ser exitosos, sin oposición ninguna. Deberemos cambiar el paradigma, donde todos tengamos nuestra porción de verdad y cabida en este mundo. Abogo por ello.
Si la lees, te gustará, por más que algunas escenas sean fuertes. Te creo capaz de sobrellevarlas.
Un enorme beso.
Tengo a esta autora, y este libro entre otros, pendiente de lectura. A ve si con este recordatorio por fin me pongo con ella.
ResponderEliminarMuy interesante todo lo que cuentas.
La situación de la mujer en los países musulmanes tiene aún que recorrer muchas etapas para llegar a ser algo medianamente aceptable. Si aún en los países de lo que llamamos occidente hay etapas que recorrer en la igualdad de los sexos, en estos otros, tienen que recorrer mundos.
Un beso.
No es solo en países musulmanes, Rosa. Una amiga dice que existe 'un enano fascista y dominador' en cada uno de nosotros -refiriéndose a los varones, claro-, que deberíamos extirpar.
EliminarAún en Occidente, no somos todos iguales. Ni los negros, ni los LGBT, ni... Pareciera que siempre hemos de hallar una 'otredad' en la cual hacer descansar nuestros propios miedos. En última instancia, ¿qué han originado el nazismo y el fascismo, sino miedo a lo distinto?
Un beso para ti.
Y lo peor es que ese enano fascista y dominador está también en algunas mujeres. A veces, sorprendo en muchas un toque machista que me pone los pelos de punta.
EliminarParece que si no estamos encontrando "otros" a los que echar el peso de nuestras insatisfacciones no estamos a gusto. Sí, los fascismos y similares derivan de este temor a que el "otro" que hemos creado nos ataque.
Ya estoy leyendo la novela. Escalofriante.
Somos bichos de costumbre; no nos gusta ni aceptamos lo distinto, a no ser que nos parezca inofensivo. Cuando sentimos amenazadas nuestra manera de ser, de vivir o de ver las cosas, sacamos lo peor de nosotros, mucho antes de intentar comprender al otro. Le llaman 'instinto de supervivencia'. Ja. Yo lo llamo 'chauvinismo' y mantener el statu quo.
EliminarEspero que disfrutes de la novela. Lo vale.
Un abrazo.
¡Hola, Marcelo!
ResponderEliminarEste libro es una novedad para mí y agradezco un montón que traigas la reseña. Si bien por el momento no me animo a leer semejantes atrocidades, lo tendré muy en cuenta en un futuro, cuando me encuentre más fuerte a nivel mental.
Acabo de conocer el blog, ¡Les sigo!
Un beso.
Hola, Tamara! Bienvenida!
EliminarTe aclaro: el libro contiene historias fuertes, pero no me animaría a decir que atrocidades, salvo, si quieres, las que muchas mujeres padecen. Está bien narrado, sin detalles ni morbo ninguno.
Yendo a tus estudios, mantenemos una mirada afín. Las Ciencias Ambientales no están lejos de este químico.
Nos leemos, si?
Un beso para vos.
Hola. ¿Lo digo yo o lo dices tú? Esta no me la llevo. Es que por qué tiene que haber gente que se lleva esa ración tan grande de sufrimiento que parece que incluso no le merece la pena vivir.
ResponderEliminarHace años leí El grito silenciado de Ana Tortajada y tuve pesadillas una semana. Entiendo la necesidad de dar voz a estas historias y que se acaben de una vez. Aunque cuesta creer que podamos solucionar esas cosas alguna vez porque los que podrían ni quieren ni les interesa, pasan olímpicamente.
Besos
Que hayamos tenido la suerte de poder sobrellevar nuestros reveses y angustias, Norah, no quita que haya gente que la pasa mal aún, verdad? Como tampoco debiéramos desestimar el sufrimiento ajeno, sea cual fuese.
EliminarEstas historias, solo resultan una denuncia a nuestros ojos, proclives a dejar pasar sin comprometernos. Creo que de eso se ocupa El Saadawi. Probablemente tengas razón: quienes tienen en sus manos la posibilidad de solucionarlo raramente harán algo al respecto. Pero no deja de ser un intento de esclarecer y testimoniar a la opinión pública, máxime en un contexto no favorable.
Besitos convencidos.
Lo leí hace mucho y me encantó. Era de esos que no corresponde lo que cuenta en cómo lo cuenta. Esa sorpresa que siempre te da el gusto por un libro(por belleza o por bien escrito o por lo apabullante o por lo que genera en el pensamiento o por..) con la fealdad de lo que cuenta.
ResponderEliminarGracias
El tema en sí mismo es terrible, pero su estilo literario es brillante, Wine. Refuerza la sensación de la fealdad con su prosa tan depurada como contundente.
EliminarUn libro que debiera ser leído por todos.
Un abrazo, Maestro.
Es un libro que me han recomendado muchísimo. De hecho estuve a punto de leerlo hace unos meses cuando por fin me estrené con Nawal El Saadawi pero finalmente me decanté por su ensayo La cara desnuda de la mujer árabe. Una autora muy recomendable, sin duda.
ResponderEliminarUn abrazo
A la denuncia de las condiciones de vida de algunas mujeres habría que añadir la fuerza de su prosa. Fue mi primer acercamiento a sus letras, y me ha gustado mucho. Apúntala; no la dejes pasar.
EliminarUn abrazo para ti, Lorena.