Alfaguara, 2005
I.
‘No
se puede hacer ningún relato verídico de cómo o por qué uno se convirtió en
escritor, ni existe ningún momento del que se pueda decir: Es entonces cuando
me convertí en escritor. Las piezas sueltas encajan más adelante, con mayor o
menor sinceridad,…’
A sabiendas de lo
que me espera aún para este año, decidí encarar la lectura de marras porque
trata sobre el proceso interno de quien desea dedicarse a escribir y, en parte,
de los miedos y las fantasías que eso conlleva.
II.
Esta
novela está narrada en primera persona por un escritor ya reconocido, quien
repasa sus años mozos en la
preparatoria de un internado de la Costa Este de E.E.U.U., a fines de los años ’50
de siglo pasado hasta su egreso en 1961, con un breve resumen -en los últimos
capítulos- de lo acontecido con su vida, y un reencuentro con uno de sus
profesores muchos años después que le permitirá cerrar aquella historia.
III.
El
protagonista es un joven judío, aunque formado en el catolicismo, que asiste becado
a una escuela de clase acomodada, que incentiva la creatividad literaria de sus
alumnos realizando anualmente un concurso de relatos, cuyo ganador podrá
entrevistarse a solas con un afamado escritor invitado. En el período que
abarca el texto, ellos son el poeta Robert Frost y los escritores Ayn Rand y
Ernest Hemingway.
La versión digital, gentileza de Lectulandia
IV.
Destaco
lo poliédrico del texto. Por un lado, plantea la diferencia entre los jóvenes
herederos de familias portadoras de apellido, que no tendrán ningún problema en
acceder a cualquier estudio o puesto de trabajo, y aquellos que intentan
alcanzar cierto prestigio, como único aval para poder desarrollar una carrera
profesional. Después, describe con detalle la atmósfera de competencia y
compañerismo presentes en estos centros de instrucción. Por último, se despoja
de la idílica mirada sobre la génesis del escritor, exhibiendo las dificultades
personales a la hora de abrirse camino hacia ello.
V.
Con
una prosa amena y fluida, escenas típicas de adolescentes –que no eluden el
compromiso patriótico, como el alistamiento para Vietnam-, Wolff señala con
maestría que nunca es un lecho de rosas alcanzar cualquier objetivo. Un libro
para disfrutar.
Leí del autor, hace muchos años (1999), "Vida de ese chico" y recuerdo que me gustó, pero no he vuelto a leer nada suyo.
ResponderEliminarEsta novela podría ser un buen pretexto para volver sobre él. Por cierto me gusta mucho Ayn Rand.
Un beso.
Es mi primera incursión en las letras de Wolff, tengo el que citas a la espera.
EliminarNo he leído nada de Rand, aunque algunos amigos me han sugerido algunos de sus títulos. También Wolff despierta su curiosidad citándola, aunque orille cierto aire fascista. Por lo pronto, me hice de sendas versiones digitales de sus sugerencias.
Un beso para ti, Rosa.
Es cierto que a Ayn Rand se la ha tachado de fascista en algunos círculos. Creo que eso es simplificar mucho su ideario y su visión de la vida. Probablemente es a su condición de emigrada de la Rusia bolchevique y su anticomunismo lo que le ha servido el ser tachada de fascista. Ella creía en la iniciativa individual y en un capitalismo que se controlara a sí mismo, cosa que se creía en aquella época por parte de muchos economistas y pensadores. Ahora se ha visto que eso no es así y el capitalismo en lugar de controlarse de desboca y no tiene límite. Creo que es una autora muy interesante.
EliminarDe todos modos, Rosa, su lectura haría ampliar la mirada social. Lo que sí me asusta es la dimensión de algunas de sus obras. Son como para tomarse el tiempo...
EliminarGracias por tu aclaración.
No se hable más. Esto se viene conmigo. Me encantan las historias sinceras de escritores y esta que vuelve la mirada a esos años en los que todo es tan raro y está revuelto dentro de uno, pues más. Aparte de que en esos colegios pasaba de todo. Menudo premio, si hubiera un concurso así me pediría entrevista con Stephen King.
ResponderEliminarBesitos ilusionados
¿¿Stephen King?? Yo creí que pedirías por tu amado Paul... ¿o ya no es tu amado Paul?
EliminarTe ha de gustar por varias razones: primero, describe muy bien el mundillo de las high schools; después, despierta el entusiasmo de leer a otros autores. Por último, la historia está tan bien narrada como resuelta. Apúntalo.
Besitos confirmadores.
Lo leí hace tiempo, pero no me acuerdo de mucho. Sí que me dejó buen sabor de boca.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo mismo me ha pasado. Es un buen libro.
EliminarGracias por darte una vuelta por aquí, Rocío.
Un abrazo para ti.
Me gusta cuando los escritores escriben sobre el proceso de escribir. Veo además que este libro tiene más alicientes como son las diferencias sociales y el ambiente en ese centro de estudios. Suena interesante.
ResponderEliminarUn abrazo
Wolff tiene una prosa fluida, que convence al lector. No se anda con detalles; va al grano y describe con sutileza el entorno social de esos claustros de estudio.
EliminarMe parece un buen libro como para iniciarse en sus letras, Lorena.
Un abrazo para ti.