lunes, 5 de junio de 2023

e-book 129. Contracaras de la ciencia. Un verdor terrible, Benjamín Labatut

 

Anagrama, 2020

I.

               Este libro, en mi experiencia, ha nacido con mala estrella. Cuando lo vi por primera vez, no llamaron mi atención ni autor ni contenido. Parecía uno de esos textos destinados a la divulgación científica, a la manera de James Burke y su ciclo Connections, de fines de los años ’70. Luego, cuando asomó la primera recomendación, una lectora amiga ya nos había brindado su opinión. Cuando logré hacerme de esta versión digital, el grupo al que pertenezco ya lo había compartido, y cuando algo después lo propuse como lectura a otros lectores, se inclinaron por otro título.

II.

             Esta retahíla de historias fragmentadas aborda una serie de descubrimientos científicos del último siglo que, si bien han aportado a la profundización de nuestros conocimientos sobre el mundo que habitamos y el universo al que pertenecemos, también se han prestado al uso de la dominación y el exterminio masivo, como ha sido el caso de los gases empleados en la Primera Guerra Mundial y el desarrollo y posterior detonación de las bombas atómicas, por citar algunos.

III.

               El libro abre con la historia de Fritz Haber y el Azul de Prusia, un colorante que ha tenido múltiples usos, entre ellos la síntesis del letal cianuro de potasio y otros productos cuya inhalación provocan una muerte horrorosa. El afán por destacar y ser reconocido a veces afecta de tal modo a sus investigadores que sus estudios y su praxis incurren en abierta inmoralidad al aplicarse al género humano –y a los demás reinos- de manera despiadada.

La versión digital, gentileza de otro lector

IV.

                Así, en cada capítulo, Labatut nos va ofreciendo figuras de la talla de Schwarzschild y su singularidad u horizonte de sucesos –el límite exterior de un agujero negro-; los avatares del genio matemático de Grothendieck; la formulación de la función de onda de Schröedinger y la teoría cuántica de De Broglie; el principio de incertidumbre de Heisenberg y los recelos que la mecánica cuántica hacían surgir en Einstein –contra la cual batalló hasta el fin de sus días-.

V.

               En estilo ameno y coloquial, hilvanando historias, Labatut ofrece un libro que exhibe las contracaras de la ciencia del siglo XX, amén de rencillas, celos profesionales y bajezas varias que siempre se dan cita en los centros de altos estudios, donde pululan las opiniones encontradas. Lo interesante del texto es que esas figuras de renombre se nos presentan en una faceta humana, cotidiana, despojada de la celebridad con que suelen revestirse sus investigaciones y opiniones profesionales. En suma, un libro distinto, para deleite de quienes aman la historia de la ciencia.

7 comentarios:

  1. Querido Marcelo:
    Sí, soy de ciencias pero en literatura no, a mí me van más las historias y los cuentos. Me vale que haya un experimento de por medio y sus batallas colaterales pero así en seco, por mucho que entre en el factor humano, no me atrae especialmente.
    Besitos fantásticos

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    1. Majísima, entiendo tu mirada. No a todo el mundo le van las historias basadas en popes de la ciencia, por más que nos los hagan aparecer en su 'faz humana'. Que no está nada mal, pero no es apto para todo público.
      Besitos comprensivos.

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  2. Me alegro mucho de ver este libro por aquí, Marcelo. Un libro, me temo, al que, por no ser novela, no se acercarán mucho lectores. Y sin embargo tiene también mucho de literatura y de ficción. Para mí esta lectura fue toda una grata sorpresa.
    Un abrazo

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    1. Ése ha sido un poco el tema de su escasa aceptación; los lectores prefieren ficción sin ciencia de por medio, Lorena.
      Comparto contigo, que nos lo has descubierto, que ha sido grato, aun sin mayores adhesiones.
      Agradecido, entonces.
      Un abrazo para ti.

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  3. Todos los físicos que mencionas me apasionan y esos descubrimientos, también. Que Einstein se equivocara en un par de cosas me parece fascinante. Apunto este libro porque aunque leo poco ensayo, este me atrae mucho.
    Un beso.

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    1. Tendemos a creer que Einstein era infalible; nada más lejos de la realidad: la desigualdad de Bell probó cuán errado estaba -junto con sus amigos Podolsky y Rosen- en la apreciación cuántica. Creo que los errores lo vuelven más humano, si me permites.
      Es una suerte de 'interpretación' que Labatut nos allega; no tiene perfil de ensayo, por más que utilice cierto vocabulario específico del género.
      Si te decides, ojalá lo disfrutes tanto como yo.
      Un beso para ti.

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    2. Sí, los errores humanizan. Por eso me resulta fascinante que se equivocara. Y que dudara de sí mismo. Creía que el universo era infinito, pero lo dudó en su famosa frase “Dos cosas son infinitas: la estupidez humana y el universo; y no estoy seguro de lo segundo”. Con esa frase empezaba un tema mío cuando daba clase.
      Otro beso.

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