Godot, 2020
I.
Leer a Fitzgerald es visitar los años locos de hace un siglo: una
época donde reinaban el charleston y el corte de cabello a lo Bob; una vida de liviandad e inconsciencia –mayormente neoyorquina-
donde la clase media acomodada local alternaba entre la bohemia y el
despilfarro –sustentado en burbujas, como
las del champán que se consumía, que bien darían cuenta hacia fines de esa
década-. Una propuesta de lectura grupal me decidió, pues tenía el ejemplar.
II.
El volumen incluye ocho relatos que desarrollan
la esencia de un flapper: joven cerca
de la veintena –mujeres en su mayoría-, que no responden al comportamiento
social que de ellas se espera. Así, esas féminas resultan tan frescas y espontáneas
como caprichosas y antojadizas, conscientes de su belleza y su poder para
neutralizar –y/o conquistar- al género masculino; sobre todo, a aquellos
apetecibles por su prosapia… y billetera, claro. Son filósofos aquellos varones que pueden reflexionar sobre lo que les sucede
y extraer conclusiones: aprendizajes que los han de mejorar. En síntesis, una
expresión que se acerca a lo fashion
de hoy: algo transgresor que es aceptado y está de moda pero que, como tal,
posee una naturaleza efímera.
III.
Una jovenzuela que se niega a
abandonar a un hombre maduro por la quimera de uno más joven; otra, que decide
dejar su pueblo para obtener un buen matrimonio; una muchacha que visita a su
hermano monje, dispuesta a cortar una relación con un hombre casado; un
muchacho que se convierte en ladrón para tener ingresos fáciles, o un hombre
que aprende a puñetazos cuál debe ser su norte, son parte de lo que Fitzgerald
nos propone, en esta mezcla de festejos y nocturnidad,
donde campea el alcohol y el clima festivo.
La versión digital, gentileza de EpubLibre
IV.
Sin embargo, no todo es pasatismo y ligereza.
Fitzgerald repara en la periferia de la sociedad, donde los aspirantes a una
vida mejor no siempre alcanzan sus objetivos, como tampoco aquellos que parecen
estar asentados dentro de sus roles sociales están inmunes a malas nuevas. En
ese aspecto, los cambios que fuerzan la pobreza, la falta de escrúpulos –capaz de
expoliar a un grupo de pioneros de sus tierras- o los avatares con que la
guerra sacude a las familias se hacen presentes en sus líneas. La efervescencia
no oculta sus amargores.
V.
Ambientada entre Georgia, Florida
y Nueva York, con una prosa más que fluida –y una pluma que parece desplazarse
sobre el papel por sí misma-, el autor testimonia la realidad de su tiempo. Puede
parecer superficial, y a veces, hasta predecible, pero sin duda refleja como
nadie la vida de la misma clase a la que él pertenecía. Una lectura muy interesante
y ágil.
No conocía este libro de cuentos de Scott Fitzgerald, un autor del que he leído varias novelas que me encantan, algunas un par de veces.
ResponderEliminarTomo nota. Los cuentos no me gustan tanto como el formato más largo, pero hay autores que gustan en cualquier formato.
Un beso.
Es un 'rescate' del primer Fitzgerald, Rosa. Por lo que dice en el prólogo, un grupo de traductores se dieron cita para compartir el trabajo de traducción de esta colección que data de 1921.
EliminarTiene altibajos, pero mantiene frescura sin dejar de observar el entorno social dentro del cual se movía el propio Scott. En el balance, sale airoso.
Un beso para ti.
Querido Marcelo, esta gente sabía divertirse. También es verdad que luego venían los llantos y el rechinar de dientes, porque todo acaba por cansar y si no evoluciona, mal asunto. Me gusta el término flaperas, que seguro le han dado al señor Fitzgerald mucho juego en estos relatos que me apunto. Siempre es bueno un viaje a la vida loca.
ResponderEliminarBesos
Fueron tiempos alocados aquellos años '20, tras una cruenta Guerra Mundial. Parecía que el futuro promisorio de EEUU no tendría fin. En fin, luego llegó el crack del '29 y...
EliminarEl término 'flappers', según una querida amiga -profesora de letras-, se acunó por el aleteo que causaban las cortas polleritas que las jóvenes usaban en sus salidas sociales.
Es un libro que te gustará.
Besitos confiados.