Acantilado, 2012
I.
Otra novela breve de Zweig, que
indaga en la naturaleza humana. El narrador, un reconocido consejero privado,
acaba de cumplir sesenta años y sus colegas de Facultad le rinden homenaje a
través de un documento biográfico que compila todos sus trabajos a lo largo de
su trayectoria. Pero el propio agasajado sostiene que, si bien se siente agradecido
por el gesto, no halla en aquél huellas de su vida; habla sobre su persona sin exponerlo.
Por eso aprovecha la ocasión para retrotraerse a su juventud y develar a su
numen inspirador.
II.
Roland, a la sazón él mismo, un
joven de diecinueve años, hijo del director de un instituto del norte de
Alemania expresa su rebeldía contra los gustos paternos al concluir el
bachillerato. Durante su estancia en Berlín elige una vida despreocupada, frecuentando
mujeres y la noche antes que los estudios. Humillado por la visita imprevista
de su padre, se instala en el centro del país en una pequeña universidad donde
descubre al profesor que no sólo lo iniciará en su vocación sino que marcará
toda su carrera posterior. El acceso a una habitación cercana a su maestro y su
esposa, su acentuado cambio de humor para con el protagonista y el trato frío
dispensado a su cónyuge –bastante menor que él pero mucho mayor que su
aprendiz- despiertan la curiosidad de éste, quien sospecha la existencia de un
enigma oculto.
III.
Con la prodigiosa pluma con que se le
reconoce, Zweig construye en un ciento de páginas un misterio y una revelación
para el aún inocente Roland, quien solo puede atisbar reproches ante la
angustia que su maestro –a quien admira- le genera en cada desplante o ironía.
La tensión se incrementa paso a paso hasta el paroxismo final donde todo
encuentra una explicación adecuada.
IV.
Destaco la composición psicológica de
los personajes, cada cual en su rol, y cómo el autor va llevando la trama hasta
su desenlace. La descripción de sentires y de reflexiones acerca de los acontecimientos
es lo más granado de la novela. Es posible que el lector perspicaz intuya hacia
dónde se inclinará la historia con el paso de las páginas, pero eso no limita su
lectura; por el contrario, enriquece la mirada sobre los detalles narrativos y
los elementos utilizados en su composición y ensamble. Una pequeña joya, de visita
más que obligada para quien desee dedicarse a las letras.